El brasileño Mauricio Augusto Marx celebra los 70 años de su Porsche 356 de 1952 con un viaje muy especial desde São Paulo hasta Stuttgart.
El Porsche 356 es uno de los deportivos más representativos de la historia del automóvil y cuenta con una legión de seguidores en todo el mundo. En Brasil no es diferente. Uno de ellos es Mauricio Augusto Marx, un paulista de 41 años, que desde los tres ya era un gran admirador de la marca Porsche, cuando se convirtió en el «propietario» de un 911 en miniatura. Su padre, además, coleccionó coches clásicos de carreras desde mediados de la década de 1960 hasta 1999.
Cuando cumplió 18 años, el padre le dijo al hijo que eligiera uno de los vehículos de su colección para llevar a cabo su propio proyecto de restauración.
«Me encantaba aquel Porsche 356 desde niño, admiraba su parte trasera anaranjada cuando estaba aparcado en un rincón del cobertizo. En realidad, ya lo había elegido, pero aún no tenía edad para apreciarlo de verdad. Fue amor a primera vista«, comenta Marx. «En 1998 lo cogí por primera vez. Al año siguiente, con la muerte de mi padre, terminaría asumiendo la responsabilidad de cuidar toda su colección de vehículos, pero nunca perdería mi gran pasión por el Porsche 356«.
El contexto y la relación padre-hijo con Porsche recuerdan a la historia de Ferdinand Porsche y su hijo Ferry. «Logré comprar colecciones de periódicos y revistas de los años 50 y encontré que mi 356 participó en al menos dos carreras en Brasil«. Una de ellas fue en el circuito de Interlagos, en 1957, y la otra en una subida de montaña, en Estrada Velha de Santos (en el Parque Estatal Sierra de Mar), donde terminó en tercera posición.
La pasión por el 356 es tan grande que Marx lo considera un gran amigo. “Un día, cuando iba a mi taller en São Paulo, vi un cartel, ‘Chatarrería del Viejo Zuza’, y decidí al momento que ese también sería el nombre cariñoso de mi Porsche 356«.
Marx dice que, como su padre, valora mucho la originalidad de los vehículos y por eso evita alejarlos de su condición de serie en la medida de lo posible. Dice que nunca ha tenido que hacer ningún trabajo de restauración a su «Viejo Zuza». “Me gusta dejar las cicatrices que tiene el coche, porque así puedo mostrar toda su historia, sobre todo si ha participado en carreras«.
En 1998, llevó al ‘Viejo Zuza’ al primer encuentro del Porsche Club Brasil, que deslumbró en Interlagos; desde entonces, este vehículo histórico también ha estado presente en otros concursos, reuniones, viajes y exposiciones. Su viaje más reciente ha sido este pasado marzo, mes de su fabricación, para celebrar el 70º aniversario del 356 en su Alemania natal.
Nada más aterrizar en Múnich, Marx se puso allí al volante del ‘Viejo Zuza’ para hacer un viaje de 2.500 kilómetros, en un recorrido que pasó por París, Bruselas y Essen. «Hubo algunos imprevistos durante el viaje, pero la suerte y la ayuda de algunos amigos hizo que pudiéramos llegar a nuestro destino. Uno de ellos fue un francés que me recomendó a un excelente mecánico de París, especialista en Porsche, que me regaló algunas piezas”. El viaje continuó desde Essen hasta Gmünd (Austria) para visitar el edificio Reutter, donde se encontraba el pequeño garaje en el que la empresa fabricó artesanalmente los primeros vehículos de su historia.
Cuando finalmente llegaron al Museo Porsche de Stuttgart fueron recibidos con una atención muy especial por parte de sus representantes. Incluso se reservó un espacio para exponer el coche a la entrada del museo durante toda la tarde. No faltaron los curiosos para fotografiar el vehículo en su estado totalmente original. Tenía la bandera de Brasil en el capó, lo que demuestra que el Porsche 356 también conquistó corazones lejos de su tierra natal.
Desde entonces y por un período de seis meses, el «Viejo Zuza» se quedará en las instalaciones de MOTORWORLD, un garaje en Stuttgart que custodia coches de coleccionistas europeos. Marx tiene pensado participar en más carreras y seguir sumando kilómetros, tal vez otros 10.000 más, entre eventos y viajes. Es un plan, por tanto, que no prevé la jubilación a corto plazo del viejo amigo.
Un auténtico clásico en la historia del automóvil
El primer automóvil con nombre Porsche salió a la calle el 8 de junio de 1948. Fue un 356 Roadster producido en Gmünd (Austria) y propulsado por un motor Volkswagen de cuatro cilindros y 1.1 litros, refrigerado por aire. La potencia del motor fue aumentada a 35 CV para el 356, llamado así por el número del proyecto de diseño. Pasó el tiempo y Porsche se convirtió en sinónimo de vehículos deportivos y de carreras, como así lo habían soñado los fundadores de la empresa, Ferdinand Porsche y su hijo Ferdinand Anton Ernst (Ferry). El 356 se fabricó hasta 1965 y alcanzó un volumen total de ventas superior a las 75.000 unidades.
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