De todos los Ferrari que se han creado hasta la fecha, a lo largo de más de 70 años, uno de los más extraños y poco agraciados estéticamente, es el Ferrari 250 GT SWB del Conde Volpi, más conocido como “breadvan” (literalmente, furgoneta de pan). Y decimos poco agraciado estéticamente porque sus formas, a priori, no presentan ningún equilibrio ni formas que puedan considerarse atractivas. Pero sin embargo, es uno de los coches más carismáticos y personales de cuantos llevan con orgullo el Cavallino Rampante en su carrocería.
No es un coche que saliera de los talleres de Maranello, de hecho, sus primeros días los pasó como un Ferrari 250 GT SWB normal, si es que se puede denominar como normal a un Ferrari de la década de los 60. Una unidad que Giovanni Volpi quiso evolucionar para estar al mismo nivel que los coches oficiales, por aquel entonces representados por el recién llegado Ferrari 250 GTO.
El Ferrari 550 Breadvan Hommage es obra del estudio del diseñador Niels van Roij
El Conde Volpi fue a lo fácil, al camino que abre el dinero obviamente, contratando a Giotto Bizzarrini, uno de los responsables del Ferrari 250 GTO y le encargó el ambicioso trabajo antes mencionado. Y lo que hizo Bizzarrini fue aplicar todo lo experimentado con el 250 GTO al 250 GT SWB, siendo responsable de su fabricación el carrocero Piero Drogo. El resultado lo conocemos todos y poco queda de aquel Ferrari 250 GT SWB, de hecho, ni siquiera el motor está colocado en el mismo lugar y se convirtió en una obra maestra, uno de los coches más espectaculares de la década de los 60.
La creación de este peculiar automóvil tomó tan solo 14 días, mucho menos de lo que ha necesitado el estudio de diseño de Niels van Roij para el mismo trabajo pero, en lugar de un 250 GT SWB, han usado un Ferrari 550 Maranello. Tiempos distintos, coches distintos y métodos distintos, pero el “Breadvan” moderno ha requerido de dos años de trabajo totalmente artesanal y empleando aluminio para la construcción. Ha sido mucho tiempo, pero sólo queda el parabrisas de la carrocería original.
Niels van Roij afirma que la elección del 550 Maranello para este trabajo se debe a su configuración de motor V12 delantero-central y cambio manual, muy cercana a la configuración del Ferrari “Breadvan” original. Motor, por cierto, que ha quedado totalmente intacto y mantiene sus 5,5 litros, los 485 CV y los 580 Nm de par.
El proceso de creación ha sido bastante tradicional, empezando por bocetos realizados con lápiz y trabajo de la carrocería artesanal, con informática de por medio al recrear los bocetos en tres dimensiones. Posteriormente se desmontó el coche por completo y se realizó un primer acercamiento con arcilla. Se pulieron algunos detalles y se comenzó a trabajar el metal, responsabilidad del carrocero holandés Bas van Roomen.
No se rinde homenaje al “Breadvan” sólo por fuera, en el habitáculo se ha realizado un trabajo igual de detallado. Los asientos, con estructura de fibra de carbono, se tapizaron de azul como en el modelo original, mientras que el resto del interior se cubrió con cuero acolchado con guateado de rombos. El selector del cambio manual está sobreelevado, como en el 250 GT SWB y los interruptores está realizado con aluminio fresado.
El motor está intacto, pero no así el chasis, que ahora incorpora unos amortiguadores ajustables desarrollados específicamente por Koni y los neumáticos son Vredestein Ultrac Vorti+.
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