Hay muchos motivos por los que las motos clásicas modernas gustan tanto a consumidores como a fabricantes: brindan la posibilidad de tener, por un lado, un vehículo con un motor moderno y eficiente con una estética clásica que no pasa de moda.
Por eso, hay muchas marcas que se han lanzado a esta tendencia, escogiendo un diseño retro para envolver unas prestaciones tecnológicas modernas, ofreciendo una experiencia de usuario completamente actualizada. Y lo han hecho en todos los segmentos, desde el urbano, hasta el trail, pasando por sport, custom y roadster.
Así, es posible moverse a dos ruedas por entornos de ciudad o por caminos sin asfaltar con modelos vintage, pero sin olvidar las prestaciones tecnológicas más actuales como pantallas digitales, faros LEDS con función de luz diurna, navegadores, o conexiones de USB para el móvil.
Los motores de estos vehículos no se quedan atrás, pudiendo encontrar modelos que cuentan con arranque eléctrico y sistema de inyección, algo que no sería posible en los motores de motos clásicas. Y lo mismo podemos decir de las suspensiones, que son de última generación, y de los frenos que, dependiendo de la cilindrada de la moto, pueden estar reforzados por un sistema de frenada combinada (CBS) o de antibloqueo (ABS).
Otra ventaja a tener en cuenta es que sus emisiones son respetuosas con el medio ambiente, ajustándose a las normativas Euro 4 y Euro 55, respectivamente.
Y, todo esto, a un precio que puede ser asequible, ya que dependerá de la cilindrada y equipamiento elegidos, como en el caso de cualquier vehículo.
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