El mundo de los rallies es, posiblemente, uno de los más pasionales y también, uno de los más complicados. Las carreras en circuito son sensacionales, pero, ¿os habéis imaginado en alguna ocasión rodando a más de 180 km/h por caminos de tierra y entre árboles? Hay que estar muy tronado para hacer algo así, pero ya quisiéramos muchos poder hacerlo. Quizá por eso, algunos de los coches más míticos “de calle” tienen su origen en los rallies.
Si, los Ferrari y los Aston Martin son auténticas bestias, pero hay coches que resulta incluso más míticos. ¿Acaso nadie se acuerda de los Lancia Delta HF Integrale? ¿O de los Ford Escort RS Cosworth? ¿Y los Audi quattro? Ejemplos de máquinas nacidas para los rallies que hoy son objetos de culto, coches de colección por los que se pagan enormes cantidades de dinero. Y si no te lo crees, echa un vistazo a los anuncios en la red de redes y luego nos cuentas.
No obstante, entre los coches de rallíes hay uno con un aura especial, un modelo del que solo existen 424 unidades y por el que se pagan más de 150.000 euros: el Subaru Impreza STI 22B. Pocos coches de rallye tienen tanto peso entre los fanáticos, no en balde, hablamos de un Campeón el Mundo de Rallies en tres ocasiones y de forma casi incontestable (1995, 1996 y 1997). El 22B llegó en 1998 para conmemorar esas victorias, con un coche de producción con los genes del coche de competición, convirtiéndose en un mito.
Ahora, Prodrive ha querido rendir homenaje a un automóvil al que conocen especialmente bien, pues fueron ellos quienes se hicieron cargo de las versiones de competición y, por tanto, fueron ellos quienes hicieron del Impreza un campeón de rallies. Pero para rendir este homenaje, han querido hacer algo especial, pero sin que por ello, se perdiera ninguna de las poco más de 400 unidades que se fabricaron del Impreza STi 22B. Por tanto, para la creación del Subaru P25 (o Prodrive 25, como también se le está llamando), han partido de un Impreza WRX de la misma generación, con carrocería de dos puertas, el cual, se transforma en una bestia.
Fibra de carbono, frenos AP Racing… y solo 1.200 kilos de peso
Sí, estamos ante un restomod, pero uno muy especial, al estilo de Singer, Emory o Alfaholics, llevando el coche al extremo, incluyendo detalles de elevadísima calidad, pero también dando forma a un automóvil cuyo precio es mareante. Oficialmente, el Subaru P25 contará 460.000 libras esterlinas, si impuestos, más de 530.000 euros… y solo se harán 25 unidades. Su debut está previsto durante el Goodwood Festival of Speed.
Cada ejemplar del Subaru Impreza WRX destinado a esta transformación, es desmontado por completo y sometido a una serie de modificaciones, que lo convierten en un coche mucho más rápido y potente que el 22B original. Primero, se cambian muchos paneles de la carrocería por elementos fabricados con fibra de carbono (capó, tapa del maletero, techo, paragolpes…), se instalan nuevos asientos también fabricados con fibra de carbono y se cambian algunas cosas del interior. No hay fotos de esta parte del coche, se podrá ver en Goodwood, pero Prodrive afirma que se ha instalado una nueva instrumentación digital con toma de datos.
La suspensión es de aluminio, totalmente ajustable, mientras que los frenos corren a cargo de AP Racing, con discos de 380 milímetros delante y pinza de seis pistones, siendo de 350 milímetros detrás con pinza de cuatro pistones. Las llantas son obra de la propia Prodrive, de aleación y 19 pulgadas, equipadas con gomas Bridgestone Potenza.
Gracias a los diferentes cambios efectuados, el peso el Subaru P25 es de 1.200 kilos, y por tanto, es más ligero que el Subaru Impreza STi 22B original.
Más de 400 CV y cambio secuencial
Lo que menos gustará a los amantes del 22B será la transmisión, porque se cambia por una caja de cambios secuencial de seis relaciones capaz de cambiar de marcha en 80 milisegundos. ¿Por qué han hecho algo así? Pues bien, resulta que según declaraciones de Prodrive, han querido recrear como sería el Subaru Impreza STi a día de hoy, o al menos su visión del modelo si fuera puesto a la venta actualmente. Teniendo eso presente, el uso de un cambio secuencial parece tener sentido, aunque es evidente que han querido hacer de este coche una máquina muy próxima a los modelos de competición.
De hecho, un vistazo bajo el capó deja clara esta idea. Sigue habiendo un boxer de cuatro cilindros, pero la base sobre la que se trabaja es uno de los últimos motores lanzados por la marca, el que monta el Subaru BRZ, aunque se han modificado ampliamente. Para empezar, la cilindrada es de 2.5 litros y monta camisas, pistones, bielas y válvulas específicas. Sin embargo, lo que más llama la atención es la adopción de un turbo Garrett procedente de competición y un intercooler de alto rendimiento, que ayuda y mucho a lograr las cifras anunciadas: más de 400 CV y 600 Nm de par. No confirman la potencia exacta, pero “más de 400 CV“ es suficiente para saber que no es precisamente un coche lento. Y si quieres un ejemplo, es capaz de completar el 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos. El escape Akrapovic de acero inoxidable y titanio también pone su granito de arena.
La potencia llega al suelo mediante un sistema de tracción total, obviamente. Además, cuenta con tres diferenciales, uno central activo y regulable, y diferencial en cada eje con deslizamiento limitado.
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