GUILLERMO LOPEZ
Tras dos años de desarrollo desde su presentación en agosto de 2018, Bugatti ha dado comienzo a las entregas del Divo 1 su nuevo modelo hiperexclusivo de alto rendimiento. La primera unidad de la corta serie de 40 que se van a producir del modelo ya ha sido entregada en el Atelier de la marca en la ciudad alsaciana de Molsheim, quien ha pagado por ella 5 millones de euros.
“El Divo1 es un nuevo hito en los 110 años de historia de Bugatti e ingresará en nuestra memoria junto con los hiperdeportivos Veyron y Chiron 2” , afirma Martin Winkelmann, presidente de Bugatti. “Con el Divo comienza una nueva era en Bugatti —dice Winkelmann—, la era de la moderna construcción de automóviles, El Divo es una obra maestra de la artesanía altamente personalizada que ofrecen las distintas colecciones de Bugatti”. Y es que el Divo es el primer Bugatti que ha sido creado durante su proceso de producción de manera digital. En su desarrollo, tanto los diseñadores como los ingenieros evaluaron el proceso de creación del modelo utilizando gafas de realidad virtual, imágenes a partir de las cuales fueron modelando diferentes modelos elaborados en espuma dura a escala 1:1 y pudieron observar sus proporciones incluso a distancias de 30 a 40 metros lo que les permitió obtener una mejor sensación de las formas y proporciones del coche.
El nuevo superdeportivo de la marca francesa lleva el nombre de Alberto Divo, piloto de competición francés que condujo para Bugatti durante 20 años durante los cuales sumó entre otras victorias seis Grandes Premios de Fórmula 1 y dos Targa Florio. Y Bugatti ha querido homenajear a su piloto con este nuevo modelo con el que reinicia su larga tradición como carrocero.
Con la palabra “coach” los ingleses nombran a los vehículos cuya carrocería es equivalente a los modelos de alta costura en el mundo de la moda. Esa misma palabra sirve para nombrar a aquellos modelos que han sido altamente personalizados al gusto individual de cada uno de sus propietarios. Y esta es precisamente una de las largas tradiciones que persisten en Bugatti, adaptar los vehículos al gusto particular de cada uno de sus propietarios es una tradición vigente en la marca desde que en 1932 Jean Bugatti, hijo de Ettore, el fundador de la marca, creó con tan sólo 23 años, el elegante y lujoso Type 41 Royale, conocido como el Royale Esders por haber sido carrozado específicamente para Armand Esders, un magnate del sector textil francés.
Aquel fue el primero de una larga lista de modelos personalizados desarrollados por Jean Bugatti, aunque no su obra maestra, pues como tal está considerado el Type 57 SC Atlantic, un coupé deportivo de impresionante atractivo y motor de más de 200 CV del cual únicamente llegaron a producirse cuatro unidades.
Desde aquellas personalizaciones anteriores a la II Guerra Mundial a las actuales no sólo ha pasado mucho tiempo. La diferencia con respecto a la construcción de modelos actuales como el nuevo Bugatti Divo es abismal. Entonces, los maestros fabricantes de carrocerías únicamente adaptaban las diferentes formas que visualizaban a los chasis disponibles, sin tener que modificar apenas la tecnología disponible. Hoy, las cosas han cambiado mucho. Las personalizaciones no sólo exigen modificaciones de carrocería, materiales y terminaciones también solicitan de los ingenieros importantes modificaciones en materia de tecnología embarcada y, como no podría ser de otra manera, del rendimiento sobre el asfalto del vehículo.
“Cuando desarrollamos el Divo, teníamos muchas libertades, porque la limitación de velocidad máxima para el vehículo se estableció en 380 km/h. Esto nos permitió el poder generar una mayor fuerza aerodinámica y de esa manera poder convertir el Divo en un modelo visual y técnicamente independiente del resto de la gama”, explica Frank Hayl, director adjunto de Diseño en Bugatti. Gracias a este simple detalle, el hiperdeportivo derivado del Chiron, razón por la cual ya de por sí es extremadamente bueno, ha ganado aún mayor agilidad y maniobrabilidad sobre el asfalto.
Pero también en términos de apariencia y diseño se distingue y diferencia del Chiron. Cuenta con una línea lateral más delgada y con entradas de aire adicionales para generar corrientes que permitan enfriar los frenos del coche. En suma, el Divo se percibe como un coche más plano y deportivo que el Chirón. Una percepción que se consigue también gracias a la adopción de un nuevo capó delantero con tomas de aire integradas que reducen la superficie frontal del vehículo y mejoran la carga aerodinámica del vehículo contribuyendo a redistribuir los flujos de aire desde la delantera del coche hacia la zaga, creando una cortina aerodinámica sumamente optimizada a lo largo del coche y rematada por el nuevo diseño del alerón delantero que, además de contribuir a generar más carga aerodinámica también ayuda a dirigir mayor flujo de aire a las tomas de aire delanteras. Estas generan cuatro flujos independientes de aire a cada lado del vehículo que contribuyen a refrescar el esfuerzo de los frenos del Divo.
En el frontal también destacan las compactas y livianas ópticas LED de estrecha apertura lumínica (tan sólo 35 mm) que llaman poderosamente la atención desde el primer vistazo que se echa al vehículo. Las ranuras abiertas para las ópticas delanteras —que incluyen luces de conducción diurna con forma de boomerang— se extienden hacia las aletas delanteras para dejar espacio a la boca del radiador, que parece estar flotando en el aire.
En la zona final del techo del vehículos el Dino abre una impresionante toma de aire NACA Air Duct, que junto con las abiertas en los laterales proporcionan el aire suficiente como para que respire adecuadamente el motor W 16 de 8.0 litros de capacidad que genera nada menos que 1.500 CV (1.120 kW) de potencia máxima .
Toda esta mejora aerodinámica permite dirigir mejor los flujos de aire hacia el nuevo alerón trasero de 1,83 m de ancho y hacerlo de una manera mucho más específica gracias a lo cual las siempre negativas turbulencias que el vehículo produce a su paso se minimizan. Esto se produce también gracias a la adopción de un nuevo difusor trasero dispuesto en una posición más elevada y gracias al cual el coche parece ganar mayor anchura, visualmente hablando, en su zaga.
En los laterales, además de las nuevas aperturas sobre las aletas el tratamiento visual dado a las nuevas llantas también llama la atención. Así, las líneas azules en los neumáticos son muy llamativas y hacen que las ruedas parezcan más grandes y, por tanto, más deportivas.
En la trasera del Divo, los diseñadores de Bugatti han introducido un elevado número de piezas elaboradas mediante procesos de impresión 3D, tecnología cada vez más presente en el mundo del automóvil por su gran fiabilidad y, cada vez, mejor precio y precisión de fabricación.
Así, las complejas luces traseras 3D resultan igual de impresionantes, especialmente por el amplio número de aletas que se abren en la zaga, de las cuales nada menos que 44 se iluminan para conformar las luces traseras del Divo.