Se avecinan fuertes emociones. Al menos para aquello afortunados que puedan pagar los algo más de dos millones y medio de euros que cuesta el nuevo Koenigsegg Jesko o bien tenga un amigo que pueda darse el capricho de tener una unidad de este superdeportivo en su garaje y cometa la “locura” de prestarle un vehículo cuyo solo motor promete el mayor número de rpm de un coche en el planeta.
Nada menos que 46.000 revoluciones por minuto. Una cifra ciertamente espectacular que sitúa al Jesko —o al menos a su motor— en la cúspide del rendimiento, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un “simple” V8 que supera con mucho el rendimiento de motores de mucha mayor capacidad (V10, V12) presentes ya en el mercado.
Dado a conocer a finales de 2019, prácticamente en coincidencia con el inicio de la pandemia, la comercialización del Jesko, uno de los vehículos más radicales actualmente presentes en el mercado —si no el que más— no se ha podido desarrollar normalmente tal y como habían previsto en Koenigsegg, de ahí que haya sido el propio Christian Von Koenigsegg quien haya ido desvelando video a video distintos aspectos técnicos e Innovaciones introducidos por los ingenieros de la marca en el Jesko así como mostrado el coche a clientes y aficionados al automóvil.
Al igual que viene haciendo con todas sus realizaciones, el fabricante sueco produce esta siempre por partida doble, es decir, a la unidad original añade uno o más unidades “fantasmas” o muletos sobre las cuales se van añadiendo las posibles modificaciones y variaciones que van surgiendo al margen de los planos originales.
El Jesko utiliza una mecánica ya conocida, pues el V8 5.0 litros Biturbo de cigüeñal plano que monta es el mismo bloque empleado en el Koenigsegg Agera RS
De esta manera, los ingenieros van transformando, modificando y mejorando los modelos, creando nuevas arquitecturas mecánicas, implementando los sistemas de hibridación o modificando la aerodinámica del vehículo hasta alcanzar la máxima expresión de este antes de adoptarlas como parte de la configuración definitiva del coche. Fruto de esta forma de trabajar es el espectacular alerón trasero activo del Jesko, todo un espectáculo cuando le vemos trabajar y contemplamos como varía sus posiciones y curvatura en función de la velocidad que desarrolle el coche o como abre y cierra su DRS cuando ello es necesario.
El Jesko utiliza para desplazarse una mecánica ya conocida, pues el V8 5.0 litros Biturbo de cigüeñal plano que monta es el mismo bloque empleado en el Koenigsegg Agera RS, aunque completamente modificado y rediseñado en numerosos de sus elementos principales para conseguir el rendimiento que los ingenieros se habían propuesto alcanzar con él. Y desde luego que lo han logrado. Con él, el Jesko entrega alcanza una potencia máxima de 1.623 CV con 1.500 Nm de entrega máxima de par, que se transfieren directamente a las ruedas del eje trasero del coche.
El motor esta sobrealimentado por un doble turbocompresor en el que se ha incrementado la presión del aire hasta los 20 bar para suprimir el “lag”, ese retraso en la carga, ese momento que se produce desde que pisamos el acelerador hasta que sentimos cómo funciona la inducción forzada de sobrepotencia, y este parece que por fin nos hace caso proporcionándonos ese mayor rendimiento que buscamos al pisar más a fondo el pedal del acelerador. Gracias a esa mayor sobrepresión en los turbocompresores se ha logrado que la respuesta sea mucho más inmediata. El resultado es una velocidad punta superior a los 530 km/h.
Según datos facilitados por el propio Christian Von Koenigsegg en uno de los videos que acompañan estas líneas, el Jesko puede acelerar desde el ralentí hasta alcanzar los 7.800 rpm, límite marcado con el mando de la transmisión en posición Neutral (punto muerto), en apenas 213 milisegundos, lo que significa que en apenas un segundo el motor trabajaría por encima de las 31.700 rpm. Según advierte asombrado el propio Koenigsseg, sus ingenieros han llegado a medir picos superiores a las 46.000 rpm al acelerar el coche desde cotas iniciales superiores a las del ralentí. Una cifra ciertamente sorprendente que permitiría disfrutar de un mayor control del vehículo, tal y como comenta en el video: “cuanto mejor sea el número de revoluciones que se pueda obtener, mayor control podrá tener el conductor sobre el automóvil que está guiando, puesto que éste siempre tendrá una inmediata capacidad de reacción”. Que el motor ofrezca una rápida y sorprendente respuesta cuando se usa desde bajas revoluciones, permite además disfrutar de una mayor capacidad de efectuar los cambios de marcha más rápidos.
El V8 del Jesko es un motor que, como muchos otros, se encuentra inmerso en continuo proceso de refinamiento y desarrollo, con el fin no solo de que cumpla las exigentes regulaciones en materia de emisiones, también con los aún más rigurosos estándares que la propia Koenigsegg se autoimpone como compañía especialista en este tipo de superdeportivos.
Todo el vehículo ha sido desarrollado bajo una misma filosofía, dotar con la máxima ligereza posible a todos y cada uno de los componentes que se utilizan en él. Lógicamente, esto se aplica por igual a los distintos componentes del motor y su tren de tracción. Así, la transmisión secuencial Light Speed (LST) reajustada especialmente para su uso a bordo del Jesko ofrece mayor capacidad de respuesta que la lograda nunca antes en otros modelos de la marca donde también se utiliza. Para ello, se ha rediseñado específicamente para su uso en el Jesko y esta nueva configuración la convierte en la transmisión más rápida del mundo, permitiendo cambios super rápidos que conllevan transiciones de marcha de apenas 20 a 30 milisegundos. Esto se logra gracias a que los ingenieros del fabricante sueco han propiciado que, entre el motor y la propia transmisión, en lugar de montar un único embrague se disponga de una serie de discos de menor tamaño y masas muy reducidas que se integran en la propia caja de cambios. Esta, en total, ofrece nueve relaciones de marcha y pesa 90 kg.
Las decisiones tomadas por los ingenieros de Koenigsegg vuelven una vez más a demostrar que pese a lo que muchos puedan opinar, en la técnica del automóvil no todo está escrito y siempre se pueden encontrar nuevas soluciones, como las alcanzadas en este coche. Una razón más del porqué de los 2.5 millones de euros que cuesta el Jesko o los 394.000 euros del kit opcional de carrocería (donde se incluye el imponente alerón trasero .0, con opcionales como un kit de carrocería por valor de 443.400 dólares o los 93.000 euros que cuesta cada una de las llantas que se ofrecen en los distintos diseños opcionales.
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