La particular historia de la fundación de Ferrari, y de los primeros automóviles diseñados por Enzo Ferrari, han causado que varios vehículos sean mencionados como el verdadero primer Ferrari de la historia. Si bien esto no es mucho más que algo anecdótico, estos diferentes automóviles nos ayudan a entender cómo “Il Commendatore” pasó de ser un empleado de Alfa Romeo, a fundar la marca más prestigiosa de coches del mundo.
Para entrar en contexto, comenzaba 1935 y la scuderia llevaba unos pocos años al frente del departamento de carreras de Alfa Romeo. Faltaba mucho tiempo para que la Fórmula 1 naciera, pero aun así, las principales fábricas de automóviles de Europa luchaban para demostrar quién era mejor en los diferentes Grandes Premios. En un momento de gran tensión política, la competición automovilística era el espacio perfecto para mostrar las capacidades humanas y tecnológicas de cada nación, y nadie entendió esto mejor que los alemanes. Ya en 1934 se vieron las primeras muestras de que los equipos Mercedez-Benz y Auto Union, con gran apoyo del gobierno alemán, iban a ser difíciles de vencer en los siguientes años. Y así fue, desde 1935 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, los germanos dominaron las temporadas de Grandes Premios.
Un coche con dos motores
En esta situación, se encargó al director técnico de la Scuderia Ferrari, Luigi Bazzi, diseñar un coche que fuera competitivo y devolviera a Alfa Romeo al primer plano. El objetivo era crear un coche rápido, pensando en circuitos como AVUS o Monza. Pero había un detalle: solo tenía cuatro meses para tener el coche listo.
Para el diseño del nuevo coche se tomó el chasis del exitoso y tradicional Alfa Romeo Tipo B (P3), que contaba con un motor de ocho cilindros en línea ubicado delante del piloto.
La característica principal de este nuevo automóvil era la de contar con dos motores iguales, que lo dotaban de una gran potencia. Esta idea surgió del propio Enzo Ferrari y se materializó en su taller propio en Módena. Para el equipo, el considerable aumento del peso total del coche no era de demasiada importancia.
En las primeras pruebas del Alfa Romeo 16C Bimotore, montando dos motores de ocho cilindros y 2.9 litros, el piloto Tazio Nuvolari superó los 280 km/h
En las primeras pruebas, montando dos motores de ocho cilindros y 2.9 litros, el piloto Tazio Nuvolari superó los 280 km/h, la velocidad que alcanzaban los Auto Union. El equipo fue optimista, incluso llegando a declarar a la prensa que aspiraban alcanzar los 340 km/h cuando el coche esté terminado. Sin embargo, durante las pruebas, los pilotos notaron problemas en la distribución de la potencia que debían ser solucionados.
Tiempo después, se realizaron retoques y se colocaron dos motores de 3.2 litros que alcanzaban, combinados, los 540 caballos de velocidad.
Finalmente, el nuevo 16C Bimotore, como fue denominado, estaba listo, y contaba con un motor delante y otro detrás del conductor. Estaban acoplados a un eje largo y eran gestionados por una sola caja de cambios y un solo embrague. La potencia se transmitía a las ruedas traseras a través de engranajes cónicos mediante dos ejes laterales. Algo muy importante para el tema del artículo es que los Bimotore llevaban el símbolo del “Cavallino Rampante” en el frente, en vez del símbolo de Alfa Romeo como uno pensaría. Esto no suscitó controversias al principio, pero, como luego detallaremos, provocó una pelea entre Ferrari y Alfa Romeo unos meses después.
No apto para circuitos
Los dos 16C Bimotore tuvieron su primera aparición en carrera en mayo de ese año, en el Gran Premio de Trípoli disputado en el veloz circuito de Mellaha. Tazio Nuvolari y Louis Chiron fueron los pilotos seleccionados. Cada uno corrió con diferentes centímetros cúbicos, siendo el motor más potente para el italiano. Si bien ambos lograron terminar la carrera, estuvieron muy lejos de los dos Mercedes-Benz y un Auto Union que ocuparon el podio. Nuvolari cruzó la línea de meta cuarto a casi nueve minutos del ganador Rudolf Caracciola y Chiron quinto a más de 10 minutos. El coche sufría de problemas de estabilidad, tanto en la salida de curva como en las rectas, además de un excesivo desgaste de neumáticos.
Pocos días después, los Bimotore viajaron a Alemania para participar en la Avusrennen, carrera disputada en el mítico circuito de AVUS compuesto por dos rectas paralelas y dos curvas. El coche había demostrado ser muy rápido en recta, por lo se necesitaba un gran resultado para demostrar que era bueno. Si bien el resultado de Chiron no fue nada malo, ya que finalizó segundo, el coche seguía con problemas difíciles de solucionar. Nuvolari, por su parte, ni siquiera pudo tomar parte de la carrera principal ya que fue eliminado en una de las mangas.
Fue precisamente Nuvolari quien cerró toda esperanza de desarrollo tras esta segunda y última demostración. Él les dijo a Ferrari y Bazzi que el Bimotore no era un coche para circuitos, y pidió volver al viejo pero funcional Tipo B (P3), esperando tiempos mejores.
Fue así que el Bimotore nunca volvió a un circuito. Pero Alfa Romeo no quiso que la inversión haya sido en vano y encargó a la Scuderia Ferrari preparar los coches para batir récords de velocidad, de gran prestigio en aquellos años. Cosa que lograron (alcanzaron 364 km/h), con el detalle de que aún llevaban el cavallino rampante de Ferrari y no el símbolo de Alfa Romeo. Esto enfureció a los altos mandos de la marca cuando notaron que, en las revistas de todo el mundo, el coche más rápido de Europa no era un Alfa Romeo sino un ‘Ferrari’.
El resto es historia
Y así terminó la corta y poco gloriosa historia del Alfa Romeo 16C Bimotore, el primer gran proyecto de Enzo Ferrari que, hasta cierto punto, llevó su nombre.
Unos años después, Alfa Romeo retomó el control de la división de carreras de la marca y la Scuderia Ferrari desapareció temporalmente. “Il Commendatore” fundó en 1939 su marca propia de automóviles, a la cual no pudo nombrar “Ferrari” debido a cláusulas de contrato con Alfa Romeo. El primer coche de esta empresa se llamó Auto Avio Costruzioni 815.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Enzo por fin pudo lanzar el primer coche con el nombre de Ferrari, el 125 S, que además fue el primero fabricado en Maranello. Alfa Romeo, ni ningún otro fabricante, nunca pudo vencer a los alemanes hasta que inició la Segunda Guerra Mundial y el automovilismo se detuvo por completo. Antes de eso, Nuvolari se había marchado de la escudería, desilusionado por la falta de competitividad, y fue contratado por Auto Union.
De los dos ejemplares del Bimotore, uno fue destruido y el otro fue encontrado en los años 90 en Nueva Zelanda y posteriormente restaurado a como era originalmente. Una réplica exacta creada por la propia Alfa Romeo se exhibe hoy en el Museo Casa Enzo Ferrari. Eso sí, esta réplica lleva el símbolo de Alfa Romeo al frente.
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