Todos los años Ford encandila a los fieles seguidores de su superdeportivo GT40 con una pequeña edición limitada que busca aumentar los límites del modelo. En esta ocasión el escenario elegido ha sido el Salón de Chicago y el nuevo modelo mostrado este GT Alan Mann Heritage Edition que comentamos a continuación.
Ganar a Ferrari, costara lo que costara. Henry Ford II quería un coche capaz de superar a los coches de Ferrari en las pistas de competición a toda costa. A principios de los años 60, Ford se planteó la idea de adquirir Ferrari, ante los insistentes rumores de que “Il Commendatore” Enzo se planteaba vender su empresa. Henry Ford gastó varios millones de dólares de la época en auditar el estado financiero y el valor de la empresa del cavallino rampante para presionar en el precio al mítico dirigente italiano y, precisamente eso, fue una de las razones que hicieron reflexionar a Enzo y negarle la venta de su empresa a Ford. “Los sueños no tienen precio” y Ferrari es una fábrica de sueños que no puede permitirse un control financiero estricto a la hora de plantearse el modelo. Los Ferrari se venden “sí o si”, por la fascinación y pasión que provocan al ser vistos, más allá del valor económico del propio coche en sí mismo. Primero es el coche, luego su precio. Si eres capaz de preguntar lo que cuesta, no eres el propietario adecuado para un Ferrari.
Pese a todos estos comentarios, el verdadero motivo por el cual Ferrari no vendió su empresa a Ford fue por la negativa de este último a que “Il Commendatore” continuara al frente de la división de competición de la marca italiana una vez adquirida la empresa. Ferrari solo producía vehículos deportivos de calle para poder financiar su verdadera pasión, la creación de rapidísimos vehículos destinados a la competición y poder así disponer de equipos en las grandes distintas competiciones en las que participaba, básicamente la Fórmula 1 y las carreras de GT (Gran Turismo). A la hora de firmar el acuerdo de venta de su empresa, Enzo se dio cuenta de que perdería el control de todo eso, de ahí su renuncia a la venta en el último momento que tanto enfadó a Henry Ford II.
Aquella negación encolerizó a “The Deuce” Henry Ford II “como nunca nadie antes lo había hecho”, comentaron por entonces muchos de sus colaboradores directos. Tal fue su irritación que el magnate norteamericano, acostumbrado a que nunca nadie le negara “hasta tres veces” ni se plegara a sus deseos, decidió vengarse de su rival europeo provocándole daño donde más le dolía: el mundo de la competición.
El motivo por el cual Ferrari no vendió su empresa a Ford, fue por la negativa de este último a que “Il Commendatore” continuara al frente de la división de competición
Ford dio orden a sus ingenieros de buscar por todo el mundo alguna compañía capaz de construir un nuevo vehículo de carreras que pudiera acabar con el fuerte dominio que por aquel entonces mantenía en el contexto de las carreras de resistencia. Lotus, Lola, Cooper, muchas fueron las preparadoras especialistas en vehículos de competición contactadas. Al final, Ford decide que Lola será el elegido para desarrollar su vehículo de competición. Una decisión con unos plazos muy cortos, dado que era necesario inscribir el coche en la edición de Le Mans de 1963.
Por esta razón, Lola decide no desarrollar un coche completamente nuevo, sino evolucionar el nuevo modelo a partir del vehículo de competición que ya presentó en la temporada del año 1962. Craso error. Ferrari vuelve a ganar en 1962 y el equipo Lola-Ford pierde. Aquel día en las oficinas del edificio principal de Ford en Dearborn los truenos asonaron en la planta noble, … situación que volvió a reproducirse en 1964. Fue entonces cuando se decidió entregar el control del equipo a Carrol Shelby, por aquel entonces uno de los pocos norteamericanos que contaba con una victoria en Le Mans y que ya había oficiado como consultor del proyecto para Lola.
Entre las primeras decisiones de Shelby se encuentra la contratación de Ken Miles, amigo personal, pero ante todo un ingeniero especialista y piloto de pruebas de contrastada calidad. Entre ambos desarrollarían el GT40 que triunfó arrolladoramente en la edición de las 24 horas de LeMans en 1966 consiguiendo un histórico triplete, y el triunfo en las siguientes dos ediciones (1967 y 1968).
Con el inicio de la década de los años 70 del pasado siglo, Ford dejó de producir el GT. El objetivo se había conseguido y era el momento de dejar al coche con su aureola de mito. No sería hasta 1999, tras la adquisición de Volvo para el grupo Premier creado por Ford con distintas marcas (Grupo automovilístico que bajo el control de Ford Automotive Group logró reunir entre 1999 y 2010 a Aston Martin, Jaguar Cars, Land Rover, Lincoln, Mercury y Volvo Cars), cuando se replanteó la oportunidad de recuperar el mito. En 2055, tras arduos trabajos, finalmente vio la luz un modelo deportivo con motor central que rendía tributo al ganador de las 24 Horas de Le Mans de 1966.
Se trataba de un superdeportivo coupé biplaza con cabina de dos puertas que se produjo entre 2005 y 2006 y cuya producción se retomó nuevamente en 2017 y continúa vigente hasta la actualidad, momento en el que surge la que bien podría ser la última edición del modelo, este Ford GT Alan Mann Heritage Edition que ahora comentaremos. En su día, cuando Ford recuperó por última vez el GT40 en 2017, Ford avisó de que su objetivo era mantenerlo en producción hasta 2022, de ahí que consideremos que esta puede ser la última versión que vayamos a ver del GT40.
Quinientas unidades
Así, del plan inicial que tan sólo preveía una producción de 500 unidades, Ford tuvo rápidamente que cambiar todos sus planes ante el elevado número de solicitudes recibidas. En apenas tres meses, la marca del óvalo contaba con una cartera de pedidos que superaba las 6.500 unidades. Ford replanteó por ello sus planes iniciales y elevo inicialmente la cifra de producción del GT40 hasta las 1.000 unidades primero y, poco después hasta las 1.350 unidades, cifra que ya ha sido superada y que, muy probablemente será bastante superior cuando la producción del superdeportivo llegue a su fin.
En ningún caso Ford se planteó elevar la cifra del modelo original, pero lo que si ha hecho ha sido generar distintas ediciones especiales del mismo, aunque siempre destinada a “premiar” la fidelidad de determinados clientes de la marca y de aquellos otros que recibían la aprobación del fabricante del óvalo. Una aprobación con la que Ford pretendía evitar la entrada de especuladores, dado que se han seleccionado especialmente a los compradores para que estos fueran reconocidos coleccionistas de este tipo de vehículos, incondicionales de la marca y personas con la suficiente solvencia económica para mantener el coche en propiedad y evitar de esta manera la continua especulación que se produce con este tipo de coches en el mercado.
La “gama”, por así llamarla del Ford GT40 se ha ido incrementando durante todos estos años gracias a la aparición de las Heritage Edition Series, ediciones limitadas a un número fijo de unidades con las que la marca ha ido conmemorando los hitos del modelo primigenio de los años 60 en el mundo de la competición.
Así, en 2017 llegaría la GT `66 Heritage Edition que evocaba con tan solo 27 unidades al GT ´40 conducido por Ken Miles que acabó 2º en la edición de las 24 Horas de Le Mans de 1966. En 2018 se lanzó la GT 67 Heritage Edition, 39 unidades en conmemoración del coche ganador en Le Mans en 1967. Al año siguiente, en 2019 se hizo lo mismo con la GT 68 Gulf Livery Heritage Edition, 50 unidades que conmemoraban la victoria del año 68; y en 2020 llegaría la GT69 Gulf Livery Heritage Edition que, con igual producción, homenajeaba la última participación del GT 40 original en Le Mans.
A estas ediciones especiales del GT40 creadas por la división Heritage de la marca del óvalo se añaden otras dos: la GT’66 Heritage Edition del año 2006 con la que se celebró el 40° aniversario del mítico triplete en Le Mans, la GT 64 Heritage Edition, única edición conmemorativa que se dedica no al coche de competición sino al prototipo original del modelo.
Y ahora llega esta Ford GT Alan Mann Heritage Edition, una serie especial limitada presentada hace unos días con motivo del Salón del Automóvil de Chicago 2022, con la que Ford quiere recordar a los coches pintados con el color rojo habitual de las unidades que la escudería Alan Mann Racing desarrollo en 1965 y 1966 de los dos prototipos iniciales del modelo en Inglaterra, el AM GT-1 y el AM GT-2 que se basó en el GT Mk-1. Ninguno de los dos triunfaría en la carrera, de resistencia, pero los trabajos y desarrollos realizados en su momento fueron de gran ayuda para que Shelby American Inc, la empresa de Carroll Shelby, desarrollara el GT Mk-II de 1966 con el que se logró el triplete en LeMans 1966.
“Para Alan Mann Racing y la familia Mann es un gran honor celebrar la épica herencia deportiva del Ford GT con esta fantástica edición limitada”, comentaba Henry Mann, director de Alan Mann Racing Ltd con motivo de la presentación del coche. “Ver los colores rojo y dorado de nuestro equipo volver de nuevo a la vida y estrenar este nuevo GT Heritage junto a uno de nuestros GT 40 originales en Chicago es algo realmente mágico”, afirmó Henry Mann.
Icónico dorsal 16
El Ford GT Alan Mann Heritage Edition está dotado, al igual que aquel coche inicial, con el dorsal número 16 que lució en la competición y con las míticas barras del Ford GT en color dorado, recreando el aspecto exterior de aquella unidad primigenia del coche destinada a la competición.
El Alan Mann Heritage Edition es un coche completamente matriculable y homologado para su uso a diario en carretera abierta que recrea los prototipos experimentales de los años 65 y 66 del Ford GT diseñados por el equipo Alan Mann Racing, conocidos como AM GT-1. Un vehículo que en su día ya utilizaba materiales ultraligeros en todos los elementos del coche para aligerar el peso del conjunto, concepto que en su día siguieron Shelby y sus ingenieros para introducirlos en el GT40 Mk-II ganador de Le Mans en 1966 para imponerse a los todopoderosos Ferrari.
Para esta edición especial, Ford ha recurrido a instalar una carrocería ultraliviana elaborada por completo en fibra de carbono con la que ha configurado un vehículo de 4,78 m de largo por 2,00 m de ancho que acumula un total de 1.460 kg de peso. La carrocería se ofrecerá personalizada al gusto de cada comprador, pero siempre con el color rojo, el número 16 en los dorsales de competición instalados en techo, puertas y capó delantero y con la icónica doble banda que recorre el Ford GT desde su frontal por el capó y el techo hasta alcanzar el alerón trasero que en esta serie especial Alan Mann Heritage Edition siempre estará acabada en el tradicional color dorado que decoraba la unidad 16 de la escudería en los años 64 y 65 que sirve de base para el modelo Heritage actual.
En el acabado exterior se incluyen igualmente distintos elementos elaborados en fibra de carbono vista acabados en color negro brillante, como son el splitter aerodinámico frontal, las carcasas de los retrovisores exteriores, las distintas rejillas de ventilación del motor, el difusor aerodinámico trasero o el suelo de los vanos de acceso al habitáculo.
Ese mismo color es el elegido para el acabado lacado de las llantas de 20 pulgadas con diseño de cinco brazos dobles que monta el GT ’40 Alan Mann Heritage Edition, a través de las cuales se visualizan los amplios discos perforados y las potentes pinzas de freno firmadas por Brembo lacadas también en negro y con las grafías destacadas en el mismo color rojo de la carrocería.
En la trasera, además del ya mencionado difusor aerodinámico de nuevo diseño destaca igualmente el nuevo alerón trasero activo, que además de sus clásicas funciones aerodinámicas también ejerce de aerofreno para el coche gracias a que las funciones que le permiten desplegarse en función de la velocidad alcanzada también le permiten equilibrar el coche a la hora de frenar y detener el vehículo.
En el interior también encontramos esos elementos del acabado exterior que identifican al GT Alan Mann Heritage Edition. Así, se introducen elementos en fibra de carbono vista en los guarnecidos interiores de las puertas, en la consola central, en la cúpula y contorno del panel de la instrumentación o en la propia estructura de los asientos deportivos, tapizados en el prestigioso acabado Ebony Alcantara, con las costuras y remates en colores rojo y dorado y el característico logotipo GT bordado en los reposacabezas. Ese mismo material empleado en la tapicería también se utiliza en distintas partes del interior del coche, como pueden ser algunos de los elementos que componen el salpicadero, determinados pilares del techo o en el aro del volante, donde las costuras son en color negro.
Tras el volante, destacan como uno de los elementos que Ford ofrece a sus clientes para personalizar el vehículo las levas de cambio acabadas en el nuevo color rojo Alan Mann Red que se añade a la paleta de acabados del fabricante con esta edición del GT 40. Color que se complementa con determinadas inserciones y aplicaciones rematadas en tonos dorados tanto en el panel de la instrumentación como en la consola, los biseles de las puertas o la zona inferior de los pilares A en ambos extremos del parabrisas delantero.
La mecánica no cambia especialmente, pues se mantiene el característico bloque de seis cilindros en V y 3,5 litros de capacidad que aporta en esta ocasión 655 CV de potencia y que al igual que es tradición en el modelo está dispuesto en posición central trasera, justo por detrás de los respaldos de los asientos y por delante del eje trasero para aportar mayor equilibrio al conjunto, con el que el Alan Mann Heritage Edition alcanza los 347 km h acoplado a una transmisión automática de siete relaciones de marcha.
Por el momento, Ford no ha comunicado el número de unidades que tiene previsto fabricar de esta nueva edición especial que, como ya dijimos anteriormente, bien pudiera ser la última del GT40 si se cumplen los objetivos que el fabricante tenía cuando se inició el lanzamiento del coche allá por 2017. La marca del óvalo no se ha pronunciado hasta el momento en ningún sentido, ni tampoco se ha comunicado el precio al que vende a sus clientes esta nueva edición limitada. Lo único que sí se puede confirmar es que las primeras unidades comenzarán a entregarse a sus propietarios a finales del primer trimestre de este mismo año.
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