Spiess TC 522. Posiblemente, este nombre no te suene de nada, y por una parte es normal, solo se fabricó una unidad en los años 90 y su creador, Robert Spiess, no tenía ningún tipo de relación con el mundo del automóvil. En realidad, este alemán era conocido por la producción de transformadores eléctricos industriales. Sin embargo, como ocurre en ocasiones, decidió fabricar un vehículo deportivo, empleando soluciones avanzadas y en pleno auge en aquellos años.
A simple vista, hay quien dice que parece un Koenigsegg y siendo obra de un fabricante de transformadores eléctricos industriales, podría pensarse, erróneamente, que el Spiess TC 522 es un coche eléctrico. Respecto a su parecido con el Koenigsegg, lo vamos a dejar a la apreciación de cada uno, pues las pocas similitudes que podemos encontrar se limitan a la vista lateral y a la forma de abrirse los diferentes compartimentos del vehículo. Si nos atrevemos a comentar, que al igual que su denominación, su diseño, sobre todo el frontal, resulta un tanto insulso.
Los años 90 fueron especialmente prolíficos en lo que a coches deportivos se refiere, además, mostrando diseños y soluciones que se consideraron, entonces, vanguardistas. Algunos de los mejores coches deportivos se lanzaron en aquella época, modelos como el Bugatti EB110, el Ferrari F50, el Honda NSX, el Jaguar XJ220 o el Lamborghini Diablo GT, fueron protagonistas del panorama mundial en los 90. Y no olvidemos que por aquel entonces, además, también se lanzó el McLaren F1. Fibra de carbono, motores atmosféricos y turboalimentados con más de 500 CV, aluminio, carrocerías diseñadas en el túnel de viento… aquellos coches eran «lo más de lo más».
Muchas soluciones son punteras actualmente
Corría el año 1992, cuando el Spiess TC 522 hacía acto de presencia. Era un prototipo todavía en desarrollo, pero ya permitía grandes prestaciones, de hecho, solo con algunas de las cifras que se conocen, podría haber plantado cara al Ferrari F50 y al Lamborghini Diablo. Y sí, decimos «podría», porque nunca pasó de la fase de prototipo. El desarrollo resultó ser extremadamente caro, y junto a la recesión de los 90, Robert Spiess optó por detener el proyecto. Hoy, el coche está desaparecido.
Es una lástima que no se completara el desarrollo, pues este deportivo alemán habría sido considerado pionero en algunas soluciones. El chasis, por ejemplo, era una estructura tubular de acero reforzada con fibra de carbono, con suspensión de control electrónico. La fibra de carbono también se empleó para la carrocería, que por su parte, estaba diseñada para ser aerodinámicamente muy eficiente y muy eficaz. El frontal contaba con muy pocas aberturas y los faros recurrían a una cubierta transparente, muy en boga en aquellos años, para mejorar la penetración. La parte inferior de la carrocería era una estructura en sándwich de fibra de carbono y kevlar, diseñado para crear un efecto suelo con el que pegar el coche al asfalto a alta velocidad. Las llantas también fueron diseñadas con objetivos aerodinámicos, aspirando el aire al girar para refrigerar los frenos.
La parte trasera supone un gran contraste frente a cualquier deportivo moderno por su sencillez. No hay grandes salidas de aire, no hay difusor, solo dos enormes pilotos y un terminal de escape en el centro, de tamaño bastante contenido.
V8 de origen yankee y cambio semiautomático Xtrac
A partir de aquí los datos disponibles varían según la fuente consultada, demostrando que se trata de un vehículo sumamente desconocido. Solo se coincide en una cosa: el motor es un V8 de origen Chevy Corvette, colocado en posición trasera central. Unos afirman que este motor era atmosférico de 5,5 litros, capaz de rendir 339 CV y 483 Nm de par. Otros aseguran que era un V8 de 5,8 litros, sobrealimentado por dos turbos, capaz de rendir más de 500 CV.
Fuera cual fuera el motor, estaba combinado con un cambio semiautomático desarrollado exprofeso por la casa británica Xtrac y enviaba la potencia a las ruedas traseras. En cuanto a los datos de prestaciones, los disponibles, concuerdan más con un coche cuyo motor rinde más de 500 CV. La información disponible asegura que el sprint hasta los 100 km/h desde parado lo completaba en cuatro segundos y alcanzaba los 340 km/h. De ser cierta, era un coche muy rápido.
Robert Spiess tenía intención de fabricar 100 unidades, pero, como ya se ha comentado, ni siquiera se completó el desarrollo del prototipo por los elevados costes y el elevado precio al que se debería haber vendido.
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