El futuro de los modelos tanto de competición como destinados a su uso en la carretera de Alpine viene marcado por este nuevo Alpenglow. Un coche que más que un simple prototipo es un completo compendio de a cuanto aspira lograr la marca francesa para su desarrollo en estos próximos años.
La hoja de ruta de Alpine ya está trazada y dibujada. Y todo ello se encuentra plasmado en este prototipo Alpenglow que la marca francesa acaba de dar a conocer esta misma mañana con motivo de su presencia en el Mondial de l’Automobile que se celebra actualmente en Paris.
El Alpenglow prefigura el camino a seguir por los futuros modelos de la marca en cuanto a estética, configuración mecánica y rendimiento. Modelos que introducirán de lleno a la marca en la nueva tendencia Dream Garage de vehículos híper deportivos y que por fin ponen al día el diseño de sus creaciones abriendo la puerta a nuevas estéticas más allá de las que marcaba su hasta la fecha “visión única” que marcaban el A110 creado a inicios de la década de los años 60 del pasado siglo.
Así, del ya añejo aunque bellamente actualizado diseño de Giovanni Michelotti pasamos a este Alpenglow en el que confluyen tanto las líneas de diseño originales de la marca para sus coches de calle como las experiencias acumuladas por sus barquetas y vehículos destinados a la competición durante los 65 años de existencia de la marca. Un diseño que a primera vista ya transmite emoción y elegancia a partes iguales y que servirá para dar cabida a Alpine tanto a nuevos segmentos del mercado como a competiciones con nuevos enfoques sostenibles, además de en los futuros campeonatos basados en el uso de energías sostenibles, hidrógeno incluido.
“El diseño poderoso y lujoso de Alpenglow insinúa como serán los autos Alpine del mañana y nuestra visión de los deportes del motor en el futuro. Con la tecnología del hidrógeno a bordo, estamos fortaleciendo nuestro compromiso con un futuro responsable y para mantener el placer de conducir tan real como siempre”, manifestaba Laurent Rossi, CEO de Alpine durante la presentación del prototipo en el Salón de París.
La marca deportiva del Grupo Renault abre con el Alpenglow las puertas de su futuro, buscando una mayor sostenibilidad y tratando de llevar esta al mundo del motorsport, aunque aseverando que mantendrá en todo momento su oferta en cuanto a sensaciones y emociones de conducción se refiere. Para ello procura mantener en este prototipo el avanzado diseño que caracterizó a los productos de Alpine desde su fundación en 1957. Un diseño que siempre ha tenido muy en cuenta aquello que todo vehículo debe priorizar: su conductor. Pero no anticipemos y vayamos por partes.
Si hablamos del diseño exterior del Alpenglow, Alpine parte de la idea de sostenibilidad que la marca quiere propiciar de cara a su futuro. Un futuro que pasará, sí o sí, inexorablemente por el hidrógeno en general y, en particular, por el hidrógeno verde, siendo esta ya una de las soluciones previstas por la marca para los próximos años. Y de igual manera que el motor de hidrógeno únicamente emite vapor de agua durante su funcionamiento, es precisamente el líquido elemento el que proporciona a los diseñadores de Alpine las claves necesarias para desarrollar el diseño exterior del Alpenglow.
Máxima fluide, línea muy dinámica y claramente en forma de gota de agua, colores y materiales, todo recuerda al agua. Y no sólo eso, todos ello también formará parte de los modelos que la marca deportiva francesa vaya desarrollando en el futuro, pues todos ellos partirán de los fundamentos que este Alpenglow pone sobre la mesa de dibujo. Agua, si, pero también fuego, hielo, viento o vapor son los que inspiran la creación del prototipo, la extrema fluidez de la aerodinámica alcanzada y la pureza de las líneas de su carrocería. El resultado de todo ello es un coche de apariencia notablemente ágil y elegante, que tanto pude derivarse hacia un modelo de alta competición como hacia un vehículo para el uso diario sobre la carretera.
Si miramos el Alpenglow desde una posición cenital las formas de su carrocería nos permiten visualizar rápidamente dos triángulos que se superponen entre sí, entrecruzándose para conformar una figura afilada y penetrante que garantice las sensaciones a bordo. La cabina con el puesto de conducción va dispuesta en una posición central, alrededor de la cual se disponen en los pontones laterales los depósitos para almacenar el hidrógeno que habrá de impulsar al vehículo. El diseño exterior ofrece una envoltura ligera y flotante con los pontones diseñados en forma de lágrima (nuevamente aparece el elemento agua). Un diseño altamente emocional dota al Alpenglow de una silueta única, muy característica y, en especial, muy elegante y de gran atractivo, en la que lo que más destaca son las formas de la cabina, en forma de casco transparente y azulado, muy monolítica, donde lo que más resalta a primera vista es la silueta de su conductor.
Si volvemos nuevamente a nuestra anterior posición cenital, apreciaremos claramente el arco frontal luminoso con una raya teñida de rojo que se conforma en su zona frontal que expresa el amanecer de una nueva etapa para la marca deportiva francesa, que se prolonga a lo largo de todo el coche a través de un eje longitudinal que recorre todo el coche desde el frontal a la zaga. Todo ello conforma una nueva e inédita rúbrica luminosa que identifica claramente al Alpenglow y aporta una innovadora estética al modelo, sin por ello dejar de ser fiel a los valores tradiciones de la marca: la pasión por la velocidad, las prestaciones siguen más presentes que nunca antes, pues con todo ello el nuevo superdeportivo aparenta ser un cometa que más que arder mientras penetra en la atmósfera, lo hace a medida que avanza sobre el asfalto.
Toda esa fuerza del color fuego se transforma cuando llega a la zaga donde la identidad luminosa del Alpenglow torna en distintos tonos de azul convenientemente degradados unos de otros que aportan esa visión “sostenible” al modelo, indicando con ello la extrema limpieza de sus emisiones: únicamente vapor de agua.
El diseño de la zaga no solo es muy limpio, también muy abierto. Extremadamente abierto diríamos, hasta el punto de que apenas se vislumbra nada salvo como fluye el vapor del agua hacia su exterior. Las luces azules proyectan desde los escapes una estela que aporta al Alpenglow una sensación tan deportiva como mágica. En la trasera del coche también llama la atención el peculiar diseño de su alerón, grácilmente integrado en el conjunto del coche, hasta el punto de que su presencia y funcionalidad prácticamente se desvanecen en la imagen global del modelo, una tendencia que cada vez observamos más frecuentemente en los nuevos diseños que van llegando. Aún así, y pese a esa práctica “transparencia” que el alerón disfruta, la importancia de su función como generador de carga aerodinámica para la trasera del Alpenglow sigue resultando fundamental para reducir tanto la resistencia aerodinámica como para facilitar la estabilidad lineal del vehículo y mejorar su paso por curva.
En los laterales, las llantas ofrecen un diseño similar al de los copos de nieve que están a punto de lograr la transparencia. Un diseño que evoca a la alta montaña, base de la identidad de Alpine, cuyo recuerdo figura a modo de triángulo en el centro de las mismas, al igual que sucede en el interior del coche cuando miramos el centro del volante.
Por otra parte y como ya mencionamos antes, la silueta del coche se ha diseñado en torno a los dos depósitos de hidrógeno instalados en los pontones laterales que envuelven el cuerpo del Alpenglow, cuyas formas permiten, además, optimizar los flujos de aire y mejorar su rendimiento aerodinámico, gracias al importante cambio de positivo a negativo que se producen en los flujos durante los giros gracias a las formas triangules antes comentadas que permiten canalizar mejor los movimientos del aire sobre la carrocería. Igualmente, en los laterales se abre una línea de caracteres permite crear un túnel de viento a partir de la entrada de aire que estos van configurando.
Claramente diseñado con una orientación a las pistas de competición, y en un claro guiño al A220 de Alpine de finales de los 60, se han recuperado los largos alerones traseros y cónicos que favorecían entonces y lo hacen también ahora las respuestas aerodinámicas de la zaga.
El resultado es un vehículo de poco más de 5 metros de longitud por poco más de 2 anchura, cuya escasa altura, levemente inferior a 1 metro. Unas proporciones que aportan gran agilidad al modelo y que han facilitado a los diseñadores de la marca deportiva francesa el poder esculpir sobre las formas de su carrocería las futuras características que los próximos modelos de Alpine van a ir ofreciendo en el mercado. Todo el nuevo lenguaje de diseño de la marca deportiva del grupo francés se encuentra plasmado y expresado en las nuevas formas del Alpenglow.
Tanto los colores como los materiales utilizados se han inspirado en elementos y estados naturales (fuego, agua, hielo, viento, vapor, …), conformados en formas tanto opacas como translúcidas que van evolucionando y transformándose a medida que nuestros ojos recorren las líneas del vehículo. Observación que nos permite igualmente visualizar cuanto sucede en el interior del mismo, claramente inspirado en las carreras de resistencia, donde lo primero que llama la atención es el nuevo volante geométrico que avanza el estilo de conducción deportiva de alto rendimiento que puede llegar a exigir el Alpenglow a su conductor. Tras el volante, unas levas de cambio transparentes y retroiluminadas refuerzan esa sensación de ligereza que la cabina transparente aporta.
En el volante, además del icono alpino de la marca ubicado en su centro antes referenciado, destacan igualmente los dos selectores dispuestos en su parte inferior para el control y manejo de distintas funciones integradas a bordo (track control, frenada regenerativa, …), junto con un tercer botón que activa la función de adelantamiento mediante la cual el motor aporta una dosis extra de potencia para facilitar la maniobra. Igualmente, una “cerradura” con forma de prisma acoge la llave de igual configuración que permite arrancar el vehículo y con la cual se completa la pirámide central que al hacerlo ilumina y da vida al Alpenglow.
Toda la carrocería está elaborada en fibra de carbono, en su caso de carbono procedente íntegramente de operaciones con materiales reciclados, lo que incrementa aún más la visión de Alpine de cara a la necesaria sostenibilidad que el automóvil ha de aportar a nuestra sociedad.
En cuanto a los componentes mecánicos, todos se destacan mediante el empleo de un acabado especial en color negro para los mismos, como se aprecia en las suspensiones o en la columna de la dirección, que además de ser visibles destacan claramente por ello a simple vista. Esa combinación se altera en los pedales, las levas del volante, los triángulos que encapsulan los depósitos del hidrógeno —donde el gas se almacena a 700 bares de presión—, el alerón trasero o parte del capó del vano motor, cuya terminación transparente permite revelar la nueva tecnología y aporta elementos de interés para cuantos aficionados se detienen a contemplar el coche.
Además de mostrar el Alpenglow, Alpine ha anunciado con motivo del Salón de París la configuración de su próxima generación de modelos destinados a conformar ese Dream Garage al que aludíamos al inicio. Serán tres los modelos exclusivos e innovadores que Alpine lanzará al mercado, todos ellos propulsados al 100 por cien con soluciones eléctricas. Además del esperado reemplazo para el A110, llegarán un nuevo compacto deportivo para el segmento B y un crossover Gran Turismo para el segmento C, todos ellos igualmente centrados en ofrecer la máxima emoción y placer de conducir y centrados plenamente en el conductor en su configuración.
En todos ellos, la nueva firma luminosa que se expresa en el frontal del Alpenglow estará presente, sirviendo de inspiración a las ópticas tanto delanteras como traseras de los futuros modelos de la marca. Igualmente, los tres nuevos modelos contarán con volantes diseñados a partir del dotado con funciones ergonómicas que se ofrece en el Alpenglow, eso sí, cada uno de ellos con las funciones específicas aplicables a su orientación, capacidad y rendimiento, con el fin de proporcionar siempre al conductor la mejor y más completa experiencia de manejo del vehículo posible.
Por último, el futuro hipercar de Alpine para las LMDh, también beberá directamente de las fuentes expresadass en el Alpenglow. El parabrisas en forma de casco, la disposición trasera de su motor, las formas aerodinámicas son la máxima expresión del espíritu de la configuración y a buen seguro tendrán mucha presencia en el futuro vehículo de competición de Alpine.
En cuanto a las mecánicas que impulsaran a los futuros Alpine, la marca renuncia a los motores ICE, aunque mantendrá en su gama motores térmicos híbridos siempre y cuando estos funcionen con combustibles sostenibles, el hidrógeno verde entre ellos. La idesa es orientar por completo su oferta hacia vehículos dotados con soluciones neutras en carbono con una oferta configurada por motores 100 por cien eléctricos de batería (BEV) además de impulsados mediante pila de combustible (FCEV).
Los ingenieros de Alpine avanzan igualmente en sus investigaciones para el desarrollo de un futuro motor híbrido de hidrógeno como solución respetuosa con el medio ambiente que permita disfrutar igualmente de la potencia, ligereza y, por qué no, de las emisiones sonoras necesarias para mantener el ambiente de los eventos del automovilismo de competición. Alpine ya dibuja un futuro sostenible para las carreras donde las emisiones nocivas se vean sustituidas por vapor de agua y la musicalidad que emanan los tubos de escape se mantenga.