Bruce McLaren era un apasionado de los coches. Se ganó la vida como piloto, para, después, fundar su propia empresa y comenzar a crear máquinas tremendamente rápidas en pista, pero siempre con la idea de ofrecer un coche de muy altas prestaciones para carretera. Y a punto estuvo de hacer realidad su sueño, con el desarrollo del McLaren M6 GT de 1969. No obstante, este coche nunca llegó a hacerse realidad, pues el proyecto acabó cuando Bruce falleció en un accidente mientras probada una unidad, precisamente, del M6 GT.
La idea de un coche de altas prestaciones para vías públicas no se volvió a retomar hasta mucho después, hasta que Gordon Murray entró en McLaren, en plena era de Ron Dennis. Fue Murray quien habló con Dennis y fue capaz de convencerle de la necesidad de crear un deportivo para carretera, que estuviera muy por encima de todo lo que había en el mercado. Una forma de demostrar hasta donde eran capaces de llegar, empleando soluciones tomadas directamente de competición. Además, se propusieron fabricar muy pocas unidades, únicamente 300 coches, pero nunca se llegó a esa cantidad por las malas condiciones comerciales y el elevadísimo precio del coche.
Obviamente, hablamos del McLaren F1, el considerado mejor deportivo de la historia y un coche que es un objeto de culto, un coche que marcó para siempre el devenir de la compañía británica y que incluso ha influido en otros modelos, como el no menos espectacular McLaren Speedtail o en el GMA T-50, diseñado y desarrollado por el propio Gordon Murray.
La historia de los coches para vías públicas de McLaren tiene otro capítulo con Mercedes. Allá por el año 2000, los alemanes compraron una participación del 40% de la firma británica, tras haber sido suministrador de motores para Fórmula 1 desde el año 1995. El resultado de esa compra fue el Mercedes SLR McLaren, un automóvil que contó con la colaboración de McLaren durante la etapa de diseño y que, finalmente, se fabricó en el Technology Center que McLaren tiene en Woking. Un coche muy espectacular, aunque en realidad era un Gran Turismo muy rápido y no un deportivo puro. Quizá por eso hoy día no sea tan valorado.
Llega el McLaren MP4-12C
El SLR McLaren, en realidad, no fue más deportivo porque los alemanes no quisieron, no podemos olvidar que Mercedes, a excepción de los Black Series, no ha creado nada demasiado radical e incluso estos, siempre mantienen un pequeño “colchón” que sigue siendo la seña de identidad de Mercedes. Además, aunque se añadió el nombre de McLaren a la denominación, la firma británica tan solo colaboró en algunos apartados, no era un auténtico McLaren.
Completado el programa SLR, Mercedes vendió su participación en McLaren en el año 2010, aunque antes, en 2007, el fondo soberano de Bahrein (Mumtalakat Holding Company) se convirtió en el mayor accionista de la compañía británica, influyendo en la toma de decisiones y comenzando con el desarrollo de un nuevo modelo, esta vez 100% McLaren, que iría destinado a producción. Este proyecto, totalmente finalizado, se presentó en el Goodwood Festival of Speed de 2010 bajo la denominación de McLaren MP4-12C, un coche cuyo diseño final se había presentado un año antes, en 2009.
Aunque era un coche totalmente McLaren, muchas cosas se fabricaban por suministradores externos, tales como el motor, el chasis o diferentes elementos clave. Luego, McLaren lo ensamblaba todo en su centro de producción, inaugurado en noviembre de 2011, situado junto al Centro de Tecnología de la firma.
Una de las características más destacadas del McLaren MP4-12C era el chasis, un monocasco de fibra de carbono que recibía el nombre de “Carbon MonoCell”. Solo pesaba 80 kilos y era fabricado por Carbo Tech en Salzburgo. Tanto delante como detrás, había dos subchasis fabricados con aluminio, destinados a soportar la suspensión, de doble horquilla en ambos ejes, con barra estabilizadora y control de chasis activo y el propulsor.
V8 de cigüeñal plano turboalimentado de diseño propio
Para el motor no se recurrió, como en el caso del F1, a fabricantes externos, sino que McLaren diseñó el propulsor y encargó la producción una empresa especializada. El diseño y desarrollo del propulsor también contó con la colaboración de Ilmor y Ricardo. Este motor todavía está presente actualmente en la gama, o al menos sus genes, ya que el actual propulsor V8 4.0 es una evolución de este primer motor.
La fabricación del motor, un V8 a 90 grados con cigüeñal plano y 3.799 centímetros cúbicos (93 milímetros de diámetro de pistón y 69,9 milímetros de carrera) con dos turbos M838T de McLaren, era totalmente con aluminio y la realizaba Ricardo. Tenía cárter seco, dos árboles de leva por cabeza, cuatro válvulas por cilindro, sincronización variable de las válvulas, una relación de compresión de 8,7:1 y un sistema de gestión Bosch ME17.8.3. Visteon suministraba los radiadores. Rendía 600 CV a 7.000 revoluciones y 600 Nm de par entre 3.000 y 6.500 revoluciones.
Para la transmisión, se recurrió a un sistema automático de doble embrague con levas en el volante y siete relaciones, llamada Seamless Shift. No era un elemento fabricado por McLaren, sino por Graziano Transmissioni, en Turín y se combinaba con diferencial abierto que usaba un sistema de freno de dirección a estilo de la F1, en el que la rueda trasera interior frenaba durante las curvas rápidas para reducir el subviraje.
Las prestaciones, como cabría esperar, no eran malas. Era capaz de acelerar desde parado hasta los 100 km/H en 3,3 segundos y su velocidad máxima era de más de 320 km/h.
Fallos de juventud
Sin embargo, aunque era un coche rápido (pero poco emocionante estéticamente), el McLaren MP4-12C actualmente no tiene una buena imagen y está considerado como un coche problemático. Y tienen razón, pues tuvo bastantes problemas de fiabilidad, no en balde, era el primer modelo de McLaren de fabricación en serie (el F1 era de fabricación totalmente artesanal) y tuvieron que aprender durante la marcha.
Los fallos eran casi todos relacionados con la calidad de fabricación: fallos en el mecanismo de las puertas, problemas de iluminación, la pantalla daba constantes fallos… Y no podemos olvidar la electrónica y sus duendes, un quebradero de cabeza para McLaren con este primer coche.
No obstante, sin este coche, no tendríamos actualmente modelos como el McLaren 720S o como el McLaren Senna, así que tiene ganado su lugar en la historia y si alguien está dispuesto a pulir los fallos que pueda tener, también es un buen modelo de colección.
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