El próximo 26 de enero saldrá a subasta en Arizona un modelo ciertamente exclusivo y prácticamente único. RM Sotheby´s pondrá a puja una de las dos únicas unidades originales de fábrica producidas del Corvette ZL-1 Stingray producidas por Chevrolet en 1969. Un vehículo que disfruta de un mítico estatus entre los modelos Corvette de producción en serie y cuyo precio más que duplica con creces el de una nueva unidad del Corvette.
Según los documentos archivados por General Motors en sus archivos, está más que verificado y contrastado que tan solo dos unidades de este mítico modelo configurado como vehículo descapotable fueron producidas en 1969 en la factoría Chevrolet de San Louis (Missouri, EE. UU.). El vehículo fue comercializado a través de la red de concesionarios de la marca en los Estados Unidos, pero nunca llegó a desarrollarse su producción como la del resto de las versiones conocidas del Corvette, ya que tan sólo se llegaron a producir dos unidades del mismo dado que el modelo fue un desarrollo experimental con vistas a lograr la homologación de la FIA/NHRA. Según consta en la documentación de GM, Chevrolet nunca tuvo la intención real de crear una serie más amplia con vistas a la venta del modelo al gran público.
Sin embargo, eso no ha impedido que el Corvette Stingray ZL1 Descapotable se haya convertido en una rara pieza de coleccionista deseada y buscada ávidamente en el mercado de los vehículos de época, clásicos y de colección por los aficionados y coleccionistas de modelos Chevrolet de aquellos años finales de la década de los ’60 del pasado siglo.
Fue la fría tarde del 30 de diciembre de aquel año cuando John W. Maher, un ciudadano norteamericano residente en Leechburg, Pensilvania (EE.UU.) se presentó en las instalaciones del garaje sito en West Penn, un barrio de la ciudad de Pittsburg (Pensilvania. EE. UU.) para proceder a intercambiar su coche, un Corvette Convertible L88 del año 1968, por el primero de los dos Corvette ZL1 Descapotables que se produjeron, y concretamente el identificado con el número de chasis 194679S710209, tal y como consta en la documentación de fábrica que se adjunta con el vehículo. Se trata, por tanto, no sólo de una de las dos únicas unidades del ZL-1 convertible producido, también de la única de este modelo Corvette que fue vendida a un cliente de la marca. Chevrolet ha producido a lo largo de su historia distintas generaciones del Corvette así como docenas de series limitadas y de colección desde que el modelo deportivo fuera presentado en 1953. Sin embargo, de entre todas ellas, sin duda alguna el ZL-1 del 69 es un modelo realmente especial. Los ingenieros de la marca equiparon aquellas dos unidades con motores de gran cilindrada completamente nuevos que aportaban mayor potencia y par que ninguna otra de las variantes hasta entonces conocidas. Cuando los clientes solicitaban una unidad RPO ZL1, Chevrolet entregaba un Corvette equipado con el motor 427 CI, una mecánica con el bloque enteramente producido en aluminio y dotada con sistema de aceite de cárter seco y cuyo peso había sido específicamente aligerado por los técnicos e ingenieros de Chevrolet en aproximadamente 46 kilos de peso, al tiempo que le habían dotado de bielas más robustas y cabezales de cámara abierta.
Inicialmente, el objetivo de Chevrolet para este modelo era el de reemplazar a la ya por entonces legendaria versión L88 del Corvette, para lo cual la marca americana no quiso escatimar en modo alguno. Así, para desarrollar el nuevo motor de ultra alto rendimiento del ZL1, Chevrolet solicitó la colaboración de McLaren, con vistas a poder utilizar el coche en el mundo de la competición, concretamente en las Canadian-American Challenge Cup Series organizadas por la SCCA.
Oficialmente, el ZL-1 montaba el refinado y liviano motor Chevrolet L88 de 8 cilindros en V y 7.0 litros de capacidad al que los ingenieros de la marca habían dotado de los cambios anteriormente mencionados a los que hay que añadir un nuevo árbol de levas dispuesto en posición más elevada, y un diseño mejorado de la culata de aluminio de cámara abierta con cuatro pernos adicionales. Sin embargo, esta última variación que los ingenieros de Chevrolet introdujeron en el motor no está presente en la unidad que sale a subasta, dado que el cambio no se produjo hasta marzo de 1969 y la unidad mecánica del ZL-1 Convertible que sale a subasta es una de preproducción identificada con el número 710209 y que conserva las cabezas de aluminio de la culata de cámara cerrada previa a la modificación introducida. Conviene destacar, eso sí, que el motor que la marca incorporó al ZL-1 fue el más potente que Chevrolet había montado hasta la fecha en el Corvette.
Al seleccionar primero el RPO L88 antes de agregarle el RPO ZL-1, el sistema de frenado asistido que el vehículo montaba en función de su potencia era el de serie, al igual que el esquema de suspensiones, compuesto en la parte posterior por un eje trasero de tracción positiva. El vehículo contaba igualmente con sistema de encendido transistorizado. Y si al igual que el listado de componentes y elementos que componían su dotación de serie era bastante amplio para la época en cuanto a mecánica se refiere, no sucedía lo mismo en cuanto a elementos de confort se refiere. Así, el listado de los que no incluía su equipo de serie es igualmente amplio, echándose en falta elementos como el equipo de sonido, calefacción, aire acondicionado, elevalunas eléctricos, dirección asistida y muchos otros más. Su equipamiento de serie era tan limitado que ni tan siquiera incluía la cubierta del electroventilador, y no sólo por restar peso al conjunto, también porque los técnicos de la marca consideraron que su instalación a bordo interrumpía el normal desarrollo de los flujos de aire.
Tales limitaciones no impidieron que el precio que Chevrolet pidió por el modelo fuera casi tan llamativo como el propio diseño del coche, pues esta versión ZL-1 Convertible del Corvette, con la carrocería elaborada completamente en aluminio y con los accesorios a bordo para obtener un mayor rendimiento y velocidad sobre el asfalto requería que el comprador duplicara el precio base del Corvette del cual se derivaba.
Sin embargo, aquello no representó dificultad alguna para su comprador. Consciente del nuevo motor y de la transmisión automática M40 que montaba el coche, perfecta para lanzar al coche a gran velocidad gracias a las descargas idóneas de su embrague, Maher buscó desde el primer momento hacerse con una de estas unidades y después de mucho esfuerzo y dificultades logró asegurar su pedido gracias a la intervención directa del que fuera dos veces campeón nacional de SCCA y vicepresidente senior de Gulf Research (por entonces socio secreto de GM en sus operaciones clandestinas para la preparación de carreras de competición), Grady Davis.
Los archivos de GM indican que el 21 de noviembre de 1968, fue cuando finalmente se aprobó la entrada en producción del tren motriz ZL-1/M40 para su instalación en el Corvette y que, justo al día siguiente, fue cuando se aceptó el pedido de la unidad de Maher, un Corvette ZL1/M40 Convertible (710209) en color Mónaco Orange (AVM236), color que fue especificado ex profeso para el coche en homenaje a la ayuda de Davis y al apoyo de la Gulf Oil, cuyos colores defendería en las competiciones en las que participó.
Desde febrero de 1969 hasta noviembre de 1972, Maher y su Corvette dominaron con pulso firme todas las competiciones de subidas en cuesta y montaña en las que participaron, los eventos de autocross a los que acudieron así como numerosas carreras de resistencia en el oeste de Pensilvania. A partir de esa fecha, el coche se mantuvo inactivo en el garage de Maher hasta que este lo devolvió a la actividad en 1989, para hacerlo competir de nuevo. Durante los siguientes 15 años, el coche participó en numerosos concursos y competiciones de Corvette por todos los EE.UU, hasta que en 2007, Maher finalmente decidió vender el coche., quien tras arreglar su aspecto y mejorarlo lo presentó nuevamente a concurso en 2008 en The Quail.
En 2012 el coche fue sometido a una profunda revisión y actualización de su estado en los talleres de Corvette Repair de Kevin Mackay en Nueva York, el restaurador de mayor renombre a escala global de unidades Corvette especialmente significativas, donde logró la prestigiosa certificación Blomington Gold que refrendaba el perfecto estado del mismo. Allí, ya desde el mismo momento en el que se procedió al desmontaje del vehículo, los ingenieros pudieron verificar el excelente estado de conservación en el que se encontraban todos sus componentes. De hecho, el único daño que pudo ser verificado fue el que en su día representó una grave avería del motor sufrida en carrera que forzó a cambiar el motor original por una nueva unidad.
En 2018, esta unidad del ZL-1 Cabrio fue cedida en préstamo al prestigioso Museo del Automóvil de la Fundación Simeone en Filadelfia (Pensilvania), donde ha permanecido expuesta hasta hace unos pocos meses. Gracias a la amplia y extensa documentación existente del modelo, toda ella original de fábrica, se puede confirmar que se trata de uno de los Corvettes de producción de mayor interés en la historia de la marca. Y será el próximo 26 de enero cuando el coche salga a la venta en la subasta que organiza RM Sotheby´s en Arizona, siendo esta la primera vez que un Chevrolet Corvette Stingray ZL-1 Convertible se ofrece públicamente en venta.
Lo dicho: una oportunidad que no te puedes perder.
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