A partir de una vieja carrocería de un Porsche 993 Cabriolet, un resto de fábrica de los que Porsche dejó tras finalizar la producción de los 911 refrigerados por aire de los años 90, RUF ha creado el “Bergmeister”, apodo que ya ha adoptado un Porsche de apariencia y fisonomía bastante diferenciada con lo que viene siendo habitual en la marca y que ha terminado por conformar el 909 Bergspyder.
Este nuevo Porsche 909 Bergspyder o Bergmeister, como ya se le conoce, es un modelo único desarrollado a partir de un diseño de Tony Hatter, creador del ya mítico 911 (993) original de la marca de Stuttgart. La barqueta surge de la idea de crear “algo realmente divertido” con lo que poder participar en las pruebas y competiciones automovilísticas de subida a la montaña y esa misma filosofía es la que ahora ha pretendido recrear el especialista alemán RUF para dar satisfacción a uno de sus exclusivos clientes, creando un vehículo auténticamente único a partir del diseño original del 909 Bergspyder creado por Porsche para participar en el Campeonato de Europa de Montaña en 1969.
Por aquel entonces, al frente del equipo de diseño de Porsche se encontraba un joven Ferdinand Piëch, quien años más tarde no solo alcanzaría la presidencia del fabricante deportivo alemán, sino que también se posicionaría como el máximo líder primero de Audi y, posteriormente de todo el Grupo Volkswagen. Al igual que otros grandes diseñadores y especialistas en competición, la obsesión de Piëch era alcanzar la máxima ligereza posible en sus vehículos, algo que sin duda alcanzó de pleno en el 908 Bergspyder, pues una vez acabado el coche apenas pesaba 384 kilos. Una cifra realmente exigua que, además, le posiciona como el coche más ligero jamás producido por la marca alemana.
Aún así, el concepto del Bergspyder no caló y su falta de éxito comercial provocó que su diseño y configuración cayeran pronto en el olvido hasta la llegada del posterior Porsche 981, el Boxster Spyder con el que la marca deportiva volvía a poner de relieve la importancia de la ligereza en la producción de un automóvil.
Por todos estos motivos, cuando un cliente solicitó a la división de operaciones especiales del preparador especializado en Porsche hacer “un coche divertido inspirado en los viejos modelos de las competiciones de montaña”, la búsqueda de inspiración de los ingenieros y diseñadores de RUF en su viejo modelo de competición rápidamente se puso sobre la mesa de dibujo.
Así, el modelo único o one-off al que ya se conoce como el nuevo Porsche RUF 909 Bergmeister retomaba los viejos diseños ultraligeros creados por Piëch para elaborar en fibra de carbono y materiales ultraligeros los nuevos paneles de la carrocería del nuevo modelo, moldeando todos ellos acorde a las nuevas tendencias y conocimientos adquiridos en el terreno de la aerodinámica y aportando técnicas de estilo y diseño más actuales. Sin embargo y, pese a los intentos de los técnicos de RUF, las nuevas tendencias constructivas y las nuevas exigencias que la homologación de vehículos para su uso en carreteras abiertas, ha impedido alcanzar el tan reducido peso alcanzado por el vehículo original, elevándolo ahora hasta algo menos de los 1.100 kg, una cifra bastante más elevada que la alcanzada por el diseñado por Piëch, pero igualmente reducida comparándolo con los diseños actuales que se ofrecen en el mercado de este tipo de vehículos.
Así, por ejemplo, en el frontal del vehículo, el paragolpes delantero adopta formas más modernas e introduce nuevas tomas de aire de diseño más actual que se ven flanqueadas por elementos tendentes a favorecer un mejor flujo de aire sobre la carrocería como son las nuevas aletas aerodinámicas o los canards de nuevo diseño y pequeño tamaño introducidos en él.
Tanto las aletas delanteras como las traseras del nuevo 909 Bergmeister se han diseñado con formas curvas que se integran hasta desvanecerse con el resto del cuerpo de la carrocería. La ausencia del techo se suple con un parabrisas de corto tamaño, pero más que suficiente para derivar las corrientes de aire por encima del habitáculo interior hasta que el flujo de los mismos es recogido por una cubierta del motor en la trasera convenientemente ventilada para facilitar la respiración del bloque se oculta bajo la misma y a la que se dota de una pequeña ala para favorecer una mayor carga aerodinámica sobre el eje trasero del coche que, sumada a la tradicional ala de pato final de la carrocería, aporta una apariencia tan sencilla como efectiva para los fines que se persiguen.
En los laterales del Bergmeister, junto con las líneas gráficas en color verde que en claro contraste recorren las zonas inferiores de la carrocería terminada en color blanco, unas atractivas llantas de aleación de 19 pulgadas de tamaño y diseño de aire retro configuradas por cinco brazos dobles calzan unos neumáticos de notable anchura. El diseño abierto permite apreciar el potente equipo de frenos del coche, en el que se han incluido el eficaz equipo de frenos carbonocerámicos de Porsche, con discos de 350 mm.
Ese mismo contraste del verde sobre el blanco también se incluye sobre el capó delantero, recorrido en su zona central por una estrecha franja en el mismo color verde inglés que arranca a modo de espada en el borde del capó hasta alcanzar la base del corto parabrisas. En su punta más avanzada, el logotipo de RUF, elaborado sobre la misma base en forma de escudo medieval que conforma el de Porsche, destaca con su brillante color dorado.
De igual modo, en la trasera, bajo la cola de pato que remata el conjunto de la carrocería, el color verde vuelve a ganar protagonismo, esta vez ocupando toda la fascia trasera dispuesta entre esta y el paragolpes trasero.
Situados ya en el interior del coche, la práctica totalidad de la superficie de la cabina se ha elaborado con una terminación en Alcantara de color negro. La gamuza recubre tanto el salpicadero, como los guarnecidos de las puertas y el volante y se combina con una tapicería elaborada igualmente en el tartán de color negro que recubre los asientos tipo bacquet con los que los especialistas de RUF han dotado al coche. El pedalier es de aluminio y el diseño del salpicadero se aparta por completo de la imagen tecnológica actualmente preponderante en la industria del automóvil, pues su diseño carece por completo de una gran pantalla para el control del sistema de infoentretenimiento a bordo y de los numerosos botones o controladores dedicados al control de posibles sistemas de ayuda a la conducción. Tan sólo cuenta con un interruptor para las luces antiniebla, otro para controlar la velocidad del electroventilador y de otro que permite desconectar la batería para evitar su descarga.
Aún así, el preparador de Pfafffenhausen tenía claro que simplemente con el peso y el rendimiento del vehículo sobre el asfalto no bastaba para conseguir que su nueva propuesta realmente contribuyera a mejorar el producto final resultante, máxime cuando la que ofrecía el modelo original ya había demostrado en el pasado su plena eficacia. En RUF tenían claro que no bastaba con ofrecer un motor más potente y mejorar los diseños de Piëch, había que lograr hacer el resultado final aún más emocional y atractivo que el de su predecesor para proporcionar en esta nueva interpretación del cabrio la mayor diversión posible al volante. Síntomas una vez más de la importancia que la reducción del peso ha tenido.
El cuadro es “de los de antes”. Está plagado de relojes, cinco en total, dispuestos horizontalmente y prácticamente todos de igual tamaño, en los que el conductor puede encontrar y disponer en todo momento de la información que precisa para el adecuado control del vehículo durante la marcha.
Para ello se ha actuado tanto sobre la aerodinámica que ofrece el diseño del coche como sobre el motor de cilindros opuestos horizontalmente (boxer) sobrealimentado que la nueva variente incorpora y que actualmente se ofrece también en los modelos de la serie 993 de los 911 actuales. Un motor que ya al ralentí se siente más que suficiente y capaz para ello pero que una vez que se pisa el pedal del acelerador y comienza a rendir acorde a las exigencias del conductor obliga a sujetar el volante con fuerza, a acomodarse bien en el asiento elaborado en una única pieza por los especialistas de RUF (al que denominan cariñosamente “Lollipop” por la peculiar forma de su reposacabezas). Todo ello para disfrutar con el fuerte golpe de potencia que el bloque de 3.6 litros aporta a cada requerimiento del conductor sobre el pedal y de los amenazantes silbidos del turbo que nos van indicando cuanto nos estamos “calentando” en nuestra conducción.
Con 450 CV de potencia y hasta 600 Nm de par disponible, el bloque boxer de seis cilindros enfrentados y 3,6 litros de capacidad sobrealimentado mediante un único turbocompresor (que está desarrollado a partir del motor que RUF monta en el BTR2 basado en el 911 (993) de los años 90) permite al Bergmeister con el impulso que le proporciona romper las corrientes de aire a su paso con la misma facilidad que lo hace un disco de hockey cuando un jugador profesional lo golpea con fuerza. Los técnicos del preparador con sede en Pfafffenhausen lo han acoplado a una transmisión manual de seis relaciones de marcha que envía todo el poder de la mecánica a las ruedas del eje posterior empleando para ello un diferencial de deslizamiento limitado.
Algo parecido también sucedía con el modelo original de 1968, creado para competir directamente en el campeonato de Europa de Montaña contra los por entonces modelos Ferrari que dominaban la especialidad. Para impulsar aquellos 430 kg, el 909 montaba un motor ocho cilindros boxer de 2.0 litros de capacidad que desarrollaba 275 CV de potencia acoplado a una transmisión de cinco relaciones de marchas.
El cliente del que partió la propuesta de crear algo divertido al preparador no ha querido reservar la exclusiva del modelo y conformar un modelo único y exclusivo. Sí que se ha asegurado al menos un par de años de la misma, pero con ello no evitará que, en función del interés que el modelo despierte en otros clientes, RUF pueda desarrollar una corta serie de unidades del mismo. Y según comenta Alois RUF, la CEO de la empresa, ya hay unos 15 que podrían estar cautivados por la apariencia del mismo y desear disponer de su propia unidad. Al no disponer como en la unidad primigenia de un mayor número de bases originales del 993 cabrio original del que parte este Bergmeister, de llegar a consolidarse, la versión de producción que RUF desarrollaría se elaboraría a partir del nuevo monocasco de fibra de carbono que RUF elabora a medida para las versiones CTR y SRC del modelo actual.
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