Mercedes… Es muy curioso lo que ocurre con Mercedes. Primero, al menos en España, se le tildaba de “coche de abuelo”, el coche que se compraba el jubilado tras toda una vida ahorrando. Sin embargo, segundo, a nadie se le escapaba que Mercedes era alta gama, era lujo, era calidad y por supuesto, era potencia y velocidad. Un Mercedes era el coche del abuelo, pero en el fondo, mucha gente quería uno y lo escondía. Era el deseo secreto de muchos conductores, un deseo que, de un día para otro, o casi, pasó a ser un coche totalmente diferente. La firma alemana se transformó poco a poco, dejó atrás esa imagen de coche “para señores” y comenzó a ganarse una imagen muy diferente. Incluso se ha terminado por ver a gente joven a los mandos de un Mercedes. ¿Qué pasó con la marca?
Fue una transformación que la propia marca promocionó durante algunos años, algo está pasando en Mercedes decían, y vaya si pasó. Pero ese eslogan vino después de un verdadero cambio, que comenzó a cambiar la percepción que la gente tenía de la compañía, llegó después del lanzamiento del Mercedes SLK, algo que ocurrió en 1996. El SLK era algo inaudito en la marca, parece como si añadir la letra K a la mítica denominación SL había supuesto algo fuera de lo normal. De hecho, había colas para la ver la versión de producción en el salón del automóvil de París y en Estados Unidos provocó una locura nunca vista, con colas en los concesionarios para realizar un pedido y listas de espera de hasta un año. El Mercedes SLK fue el primer paso de los alemanes hacía un cambio que sería muy importante para ellos.
La presentación del Mercedes SLK estuvo precedida en 1994 por la puesta en escena de un prototipo que, aunque con rasgos claramente “concept cat”, ya dejaba ver las formas y el posicionamiento que tendría el nuevo modelo, incluso se mostró por primera vez el funcionamiento del techo, una innovación que dejó a todos con la boca abierta. El Mercedes SLK fue el primer descapotable de producción en disponer de un techo metálico plegable, en lugar del característico techo de lona. La presencia de este techo tuvo tanta repercusión, que el segmento de lso descapotables, sin importar número de asientos o el segmento, empezó a ver una llegada masiva de modelos con techo metálico plegable, incluso el Mercedes SL –la generación R230– optó por un sistema como el estrenado por el SLK.
El Mercedes SLK se fabricaba en Bremen, Alemania y era uno de los modelos con una estrella en el frontal más pequeños y deportivos de cuantos se vendían en aquellos años. Deporitvidad, claro está, al estilo Mercedes, es decir, sin radicalidad, con refinamiento y con un comportamiento que, frente a un BMW Z3, se podía tachar de burgués. El caso es que había usuarios que querían eso, un descapotable de comportamiento más taimado, pero que no dejara la deportividad totalmente de lado y además, era un Mercedes, con todo lo que ello suponía.
No obstante, lo que realmente volvió loco al mercado fue su techo metálico. Se tenía un coupé con mal tiempo y descapotable en el caso contrario, sin los rigores de un techo de lona, aunque tampoco exento de sus propios escollos, obviamente, como la reducción del maletero a una cosa totalmente inexistente si se conducía con el techo plegado. Solo se necesitaban 25 segundos para guardar el techo y tener el cielo por montera, momento en el cual, el maletero, de 348 litros, pasaba a contar con solo 148 litros.
Además de todo esto, el Mercedes SLK también fue uno de los coches más inusuales de Mercedes en otro apartado: el habitáculo. La variedad de colores y sus tonalidades, dejaban a las claras que el SLK no era el tradicional Mercedes, serio y distinguido: azul, rojo, blanco, amarillo, gris… las combinaciones de colores era muy llamativas y por supuesto, nunca vistas en la marca. Se fabricaron un total de 311.222 unidades del Mercedes SLK, de las cuales, 111.520 unidades corresponden a Mercedes SLK 230K, la versión que, según los expertos, es la más equilibrada e interesante de la gama, gracias a un propulsor de cuatro cilindros y 2,3 litros sobrealimentado por compresor y 191 CV. Potencia más que suficiente para completar el 0 a 100 km/h en 7,6 segundos
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