Juan Miguel Domínguez Seda | 11 abril, 2025
Clásicos


En abril de 1985, hace justo 40 años, se produjo en la F1 un acontecimiento más que relevante. El Autódromo Fernanda Pires da Silva, conocido popularmente por todos como el Circuito de Estoril, acogió el GP de Portugal de Fórmula 1 que, en ese año, era la segunda ronda del Campeonato del Mundo. En una lluvia torrencial, un joven piloto brasileño se subió al escalón más alto del podio con un Lotus negro y dorado, patrocinado por la tabacalera John Player Special. Ese piloto era Ayrton Senna da Silva. Aquel día, el piloto brasileño, logró la primera de sus 41 victorias en el Gran Circo. Con motivo del 40 aniversario de dicha victoria, vamos a repasar hoy los detalles más curiosos de aquel Gran Premio ¡Arrancamos!

La segunda ronda del mundial 1985 de F1

El Circuito de Estoril entró por primera vez en el calendario del Mundial de F1 en 1984. En ese debut, el GP de Portugal acogió la carrera final de la temporada. El estreno de Estoril en F1 fue por todo lo alto, ya que allí se decidió el título entre los dos McLaren: el de Niki Lauda y el de Alain Prost, siendo el austríaco el campeón del mundo con el margen de puntos más pequeño de la historia de la categoría: 0,5 puntos. Para el año siguiente, cambiaron la ubicación del Gran Premio en el calendario, siendo ahora la segunda prueba de la temporada tras el GP de Brasil que, para aquellos años no se celebraba en Interlagos, sino en el Autódromo de Jacarepaguá, en Río de Janeiro, y que fue demolido para construir el parque olímpico de los Juegos de Río 2016.

Una lluvia torrencial

Ayrton Senna disputaba su segunda temporada en la Fórmula 1 en 1985. Durante todo 1984 compitió para el modesto equipo Toleman, en el que sorprendió al mundo al lograr tres podios. Estos resultados hicieron que en Lotus se fijaran en él. El brasileño fue fichado por el equipo fundado por Colin Chapman y su estreno en Brasil no fue el deseado al tener que abandonar por un fallo eléctrico.

En la segunda carrera de Portugal pasó todo lo contrario. Desde el inicio del fin de semana se veía venir que iba a ser una carrera muy especial para Senna. El brasileño logró la primera de sus 65 poles en la F1. La carrera se caracterizó por contar con mucha lluvia y con una pista muy mojada. Esto hizo que Senna brillara más que nunca. La carrera originalmente iba a contar con una longitud de 70 vueltas, pero desde dirección de carrera se tomó la decisión de acortarla hasta las 67 vueltas, porque se excedió el límite máximo de dos horas permitido en una carrera de F1. 

Senna dominó de principio a fin y de la manera más aplastante posible. No solamente había logrado su primer triunfo en la F1, sino que lo hizo doblando a todos los coches menos al segundo, el Ferrari del italiano Michele Alboreto, al que le sacó un minuto y dos segundos de ventaja. El podio fue completado por el francés Patrick Tambay con su Renault, equipo que abandonaría la F1 como constructor a finales de ese mismo año y que no volvería al Gran Circo hasta el año 2002.

La consolidación de Mónaco 1984

En el documental estrenado en 2010 de Senna, el brasileño recuerda con muchísimo cariño dicha victoria en Estoril, y no es para menos. Hablaba en unas declaraciones que en su segundo año en F1 logró su primer sueño, ganar una carrera. También decía que la experiencia de subir a lo más alto del podio era como una droga: “era algo tan intenso, que una vez que lo pruebas, no puedes parar de buscarlo”. 

Como decimos en el título de este apartado final, Senna ya había demostrado todo de lo que era capaz de hacer bajo la lluvia con el Toleman de 1984 en las calles de Mónaco. En aquella ocasión, Senna perdió la carrera al ser suspendida tras la bandera roja sacada, dejándole con la espina clavada de no haber logrado esa primera victoria. Sin embargo, el destino le tenía reservado una segunda oportunidad y, bajo las mismas circunstancias, pero con un coche mejor, Senna se quitó dicha espina, ganando en Estoril. Tras la victoria en Estoril, llegó otra victoria más en Bélgica. La fiabilidad le impidió luchar por el título aquel año, pero sí sirvió para que años más tarde fuera fichado por McLaren donde, por fin, pudo cumplir su sueño de ser Campeón del Mundo de F1.



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