Juan Miguel Domínguez Seda | 7 julio, 2025
Competición


Tazio Nuvolari fue uno de los mejores pilotos que existieron en los grandes premios del período de entreguerras. Fue también el primer gran piloto de la Scuderia Ferrari, cuando el equipo del Cavallino Rampante no era una estructura independiente, sino que operaba como la división de competición de Alfa Romeo. Tazio Nuvolari cosechó muchas victorias pero si tuviéramos que escoger una, esa sería la del Gran Premio de Alemania de 1935, también conocida como la victoria imposible. Acompáñanos en este artículo histórico para conmemorar el 90 aniversario de una de las carreras más espectaculares que se han celebrado en el Infierno Verde de Nürbrurgring.

GP Alemania de 1935

El 28 de julio de 1935 se celebró en el circuito de Nürburgring el Gran Premio de Alemania. Esta prueba era la cuarta carrera puntuable para el Campeonato Europeo de Grandes Premios, el predecesor de la Fórmula 1 actual. En las tres carreras anteriores, Mercedes-Benz había dominado con mano de hierro haciendo el pleno de victorias con el Mercedes-Benz W25. La primera carrera del año, el Gran Premio de Mónaco, fue ganada por el italiano Luigi Fagioli, mientras que las dos siguientes, el Gran Premio de Francia en Linas-Montlhéry y el Gran Premio de Bélgica en Spa-Francorchamps, fueron ganados por el alemán Rudolf Caracciola, haciendo que los alemanes lograran el pleno antes de la carrera de casa.

Nueve flechas de plata vs tres Cavallinos desfasados 

Con la superioridad que habían demostrado los coches alemanes en las pruebas anteriores entre los Auto Union y, sobre todo, los Mercedes-Benz, los propios alemanes daban por hecho que la racha iba a continuar en casa. Los teutones fueron con toda la artillería, inscribiendo un total de nueve participantes: cinco Mercedes y cuatro Auto Union.

Por parte de los italianos, Alfa Romeo se presentó con tres vehículos de la Scuderia Ferrari: uno de Tazio Nuvolari, otro de Louis Chiron y otro de Antonio Brivio. Estaba pensado también que hubiera un cuarto Alfa Romeo de Ferrari con el francés René Dreyfus al volante, pero no tomó la salida. Es curioso un detalle, y es que Tazio Nuvolari, originalmente, quería correr esa temporada en Auto Unión, pero Achille Varzi ya estaba allí y no quería compartir equipo con Nuvolari. Nuvolari contactó con Enzo Ferrari para volver a correr para su equipo pero Il Commendatore lo rechazó, una decisión que tuvo que revertir cuando intervino el propio Benito Mussolini, obligando a Enzo a contratar a Tazio para un equipo italiano.

Había mucha expectación con esta carrera. En el Nürburgring había un total de 300.000 espectadores, incluidos algunos de los oficiales más importantes del III Reich. La distancia de la carrera era de 22 vueltas, a un circuito de 22,8 km de longitud y con 172 curvas. El orden de la parrilla de salida fue por sorteo, no por tiempos de vuelta, y “casualmente” la pole position fue a parar a uno de los pilotos y equipos locales, el Auto Union de Hans Stuck.

La victoria más épica de la era de los grandes premios 

La carrera tenía pinta de ser, nunca mejor dicho, un paseo militar de las flechas plateadas. Y así lo fue al principio. El liderato lo tomó el Mercedes-Benz de Manfred von Brauchitsch, mientras que los Alfa Romeo de Chiron y Brivio se retiraron por problemas mecánicos. Esto provocó que Tazio Nuvolari se quedara solo ante el peligro y fuera la única alternativa real a los alemanes. 

Tazio Nuvolari llevó al límite su Alfa Romeo P3, que para 1935, ya era una máquina obsoleta en comparación con los Auto Union y los Mercedes. Tazio dio todo lo que pudo y más, llegando a estar segundo en el inicio de la última vuelta a 35 segundos del Mercedes de Manfred von Brauchitsch. Todo parecía indicar que el alemán se llevaría la victoria, pero sus neumáticos se desgastaron al forzar la máquina demasiado. Esto permitió a Nuvolari alcanzar al alemán, adelantándolo y cruzando la línea de meta en primera posición.

El público estaba impresionado, porque esperaban en la meta la llegada de Manfred von Brauchitsch, pero Tazio Nuvolari con su coche obsoleto, logró llevarse la victoria y aguarles la fiesta a los altos mandos del gobierno alemán y a 300.000 espectadores. Estaban tan convencidos de la victoria de uno de los alemanes, que solo trajeron el himno de Alemania. Al ganar Tazio Nuvolari, no sonó el de Italia, y la corona de flores que le dieron en el podio era más grande que él, porque estaba diseñado para un piloto alemán alto, no para un piloto italiano de 1,55 m de estatura. 

Tras el GP de Alemania hubo tres carreras más del campeonato: el GP de Suiza, el de Italia y el de España. En las tres volvieron a triunfar los alemanes, con dos victorias de Mercedes y una de Auto Union. Rudolf Caracciola se llevó el primero de sus tres títulos de este campeonato. La victoria de Tazio Nuvolari con ese Alfa Romeo anticuado en el circuito más difícil fue la única que no ganaron los alemanes, dándole un toque épico como nunca antes se había visto en la historia del automovilismo.



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