La firma británica AC Cars es famosa por un solo coche, al menos entre la mayoría de los aficionados: el Cobra. De hecho, el coche nació exactamente como AC Cobra, pasando posteriormente a denominarse Shelby Cobra, Es lógico, por otra parte, pues el Cobra fue uno de los coches más notables de AC, aunque en realidad fue idea y obra de Carroll Shelby, quien tuvo la ocurrencia de meter un V8 en el bastidor de un AC Ace, dando como resultado un coche bastante rápido, lo suficiente para convertirse en un mito.
Sin embargo, AC Cars tiene muchos más coches en su haber, aunque no sean justamente reconocidos. Incluso llegó a poner en circulación un modelo a finales los 80 y comienzos de los 90, que retomó la denominación de AC Ace, aunque no fue, ni de lejos, tan reconocido como el original. Aun así, merece la pena hacer un repaso del modelo, pues supone una interpretación muy actual del típico roadster inglés equipado con un motor norteamericano, con todo lo que ello conlleva.
Para conocer el último de los AC Ace, hay que viajar hacia atrás en el tiempo, concretamente hasta 1982, cuando Brian Angliss, propietario de la empresa Autokraft, comenzó a fabricar réplicas del Cobra con una calidad excelente, tan buena, que se hicieron muy populares entre los fanáticos del modelo. Gracias a la calidad y al detalle de sus réplicas del Cobra, se le permitió emplear oficialmente la marca AC, que, hasta el momento, había tenido una vida muy agitada, cambiando de manos constantemente e incluso llegando el caso en el que los derechos de la marca y los de fabricación, no estaban en manos de la misma persona. Algo que cambió en 1986, cuando Brian se hizo finalmente con los derechos de producción. Ya tenía en su poder los derechos de marca y gracias a controlar los derechos de producción, comenzó con el desarrollo de un nuevo modelo, que debería resucitar el sello británico.
Brian aprovechó los lazos que tenía con Ford (y las asociaciones anteriores de los yankees con la propia marca AC Cars), y se emplearon componentes de Ford para el desarrollo del nuevo modelo de AC. En primera instancia se llamó “Ace of Spades” y se basó en la plataforma del Ford SierraXR4x4, incluyendo la tracción total, el motor de seis cilindros y la caja de cambios de cinco relaciones. Todo ello vestido con una carrocería de tipo targa que no acabó por convencer a los potenciales clientes. Esto los llevó a buscar otras opciones en cuanto a diseño y al mismo tiempo, tomando otras soluciones a nivel técnico.
Por un lado, se desarrolló un nuevo chasis de acero, que era 13 centímetros más corto en cuanto a batalla y la empresa IAD se encargó del diseño exterior. El resultado, un roadster puramente británico animado por un V6 Ford 3.0, se presentó en 1991, pero no comenzó su producción hasta 1993. Para entonces, el V6 Ford había dejado su lugar a un V8 también Ford, un 5.0 litros tomado del Mustang GT de aquel momento con 228 CV. La carrocería se fabricaba con aluminio en su totalidad y el techo era de accionamiento eléctrico. También se equipó con aire acondicionado, asientos calefactables y todos los detalles típicos de un modelo británico, como adornos de madera y cuero por doquier.
Cuando se puso en producción, el AC Ace (también conocido como AC Ace Brooklands) tenía un precio que rondaba las 50.000 libras esterlinas, una tarifa que lo ponía a la par del Mercedes 500 SL, con todo lo que ello suponía. Solo se fabricaron un total de 46 ejemplares hasta 1996, casi todos con volante a la derecha. La empresa volvió a tener problemas económicos y cambió de propietarios pasando a denominarse AC Car Ltd. y volviendo a poner en producción el AC Ace, pero solo se hicieron 12 unidades más hasta el año 2000. Desde entonces, AC Cars no ha vuelto a mostrar actividad alguna y ahora, es posible encontrar unidades del AC Ace con el V8 5.0 del Mustang GT por unos 35.000 euros.
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