Con su sangre fría y su personalidad previsora, hay quien considera a Alain Prost el mejor piloto de la historia de la Fórmula 1. Tenía como máxima ganar las carreras a la menor velocidad posible, y quizá por eso no brilló con la misma fuerza que otras estrellas con más magnetismo. Hoy le hacemos justicia y rendimos homenaje a un gigante, compañero de equipo en McLaren-Honda y eterno rival de Ayrton Senna.
“Alain Prost”, respondió sin titubear Bernie Ecclestone, presidente y director ejecutivo de la Fórmula 1 desde 1950 a 2017, cuando el diario británico Daily Mail le preguntó en 2020 quién era para él el mejor piloto de F1 de la historia. Ecclestone no es el único, son muchos los que sienten que el automovilismo le debe una al piloto francés, a menudo eclipsado por el magnetismo del mito Ayrton Senna.
Cuando le preguntaron a Bernie Ecclestone por el mejor piloto de F1 de la historia, respondió sin titubear, Alain Prost
Ganador de cuatro campeonatos del mundo, dos de los cuales ya los había conseguido cuando su camino se cruzó con el de Senna, Prost era quizá el único talento de aquellos tiempos capaz de jugar el papel de rival del brasileño. Durante años, se midieron en un duelo de titanes, empujándose mutuamente a superar sus límites, a menudo de forma peligrosa. “El Profesor”, como se le conocía en el mundo de la F1, ganó tres de sus cuatro títulos en los 80s con 39 victorias en Grandes Premios del total de 51 de su carrera.
Los años dorados
Tras el fatal accidente que costó la vida al piloto Jo Schlesser en 1968, Honda se retiró de la competición. Regresó a la pista quince años más tarde para vivir los éxitos de los años dorados como proveedor de motores de los equipos Spirit, Williams, Lotus, McLaren y Tyrell. El período de 1983 a 1992 marcó los mejores años de la marca en competición, y también de Alain Prost.
Los años 80 fueron sin duda los mejores años de la Fórmula 1, con las pistas repletas de pilotos de leyenda como Emerson Fittipaldi, Niki Lauda o Gerhard Berger. Pero lo que ha quedado en la memoria por encima de todo es el sinfín de escenas míticas que ofrecieron Alain Prost y Ayrton Senna, protagonistas de una de las más grandes rivalidades de todos los tiempos.
Para muestra, un botón. En el GP San Marino de 1988, Honda se apuntó un doblete mítico con las victorias de Prost y Senna, que ganó su primer campeonato mundial al volante del MP4-4. Los dos pilotos fueron los únicos que consiguieron llegar a meta. La historia ha querido, sin embargo, que recordemos esta fecha con una mezcla de admiración y tristeza: justo seis años después, el 1 de mayo de 1994, en el mismo circuito, Senna sufrió el accidente que le quitó la vida.
Un “profesor” en la jungla
Ya en 1980, durante la primera carrera de Prost en Buenos Aires, el mundo de la Fórmula 1 se dio cuenta de que había llegado una estrella. Nadie daba crédito, no entendían cómo aquel jovencísimo debutante era capaz de hacer temblar a un experimentado John Watson.
Constancia, precisión y sangre fría. En un deporte marcado por la pasión y la supervelocidad, Alain Prost era un campeón con cualidades muy diferentes a las de los grandes talentos de la época. De complexión pequeña, el francés solía terminar las carreras igual que las comenzaba: fresco y calmado. Su fuerte era la puesta a punto, el análisis previo a la carrera, un rasgo que le valió el apodo de “El Profesor”. Prost arriesgaba sólo lo estrictamente necesario. En un momento en que la muerte estaba muy presente en la pista, el francés tenía muy claro que quería correr, pero no quería morir.
Quizá si hubiera tenido otra manera de pensar podría haber cosechado más victorias, por ejemplo, en 1984, cuando perdió por tan sólo medio punto frente a Niki Lauda. Pero, siguiendo su filosofía, esto también habría significado cometer más errores y los errores por entonces podían salir muy caros. Prost lo sabía bien. Durante toda su vida sufrió problemas de espalda, secuela de un grave accidente en Estados Unidos durante su primera temporada. Presenció la muerte de su amigo y piloto canadiense Gilles Villeneuve en 1982, y estuvo junto a Elio De Angelis cuando perdió la vida en el circuito Paul Ricard en 1986. Aun así, desde que debutó hasta que se retiró en 1993, sólo en cinco ocasiones terminó Prost fuera de los dos primeros puestos.
Tras su última victoria en 1993, Prost se retiró, pero no se fue. Siguió trabajando en el mundo de la Fórmula 1 dirigiendo su equipo Prost Grand Prix (1997-2001) y fundando el equipo e.dams de Renault en la Fórmula E (2014, 2015). También siguió apuntándose victorias en los campeonatos sobre hielo de Francia.
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