Alfa Romeo afronta un futuro que bien podría ser la salvación de la marca, o su desaparición. Ya lo dejaron claro desde Stellantis, la Anonima Lombarda tiene 10 años para ser rentable, si después de ese tiempo no da beneficios, cerrarán el grifo y Alfa tendrá que decir adiós, no habrá medias tintas ni perdones honoríficos como ha estado haciendo FIAT. Y ese futuro dio su primer paso hace muy poco, con el lanzamiento del Alfa Romeo Tonale, un SUV, un tipo de coche que ahora parece querer todo el mundo, que busca ser un éxito de ventas y llenar las arcas de la marca.
Por suerte, desde la firma italiana dejaron claro que no tendrían un catálogo plagado de SUV, que habría más opciones y más modelos, aunque todavía falta por saber que camino seguirá la compañía. Lo único claro, es que Alfa Romeo acabará siendo un fabricante de coches eléctricos, como todos los miembros de Stellantis y eso podría hacer trizas la esencia de la marca, la cual, no obstante, ha estado pendiendo de un hilo desde la década de los 80.
Alfa Romeo ha sido siempre una marca con un marcado talante deportivo, una característica que han intentado mantener hasta el momento, incluso cuando se pasó a la tracción delantera tras el Alfa 75 por decisión de FIAT. Fue por entonces cuando la marca comenzó a decaer, siendo incapaz de recuperar imagen y ventas. Sirva de ejemplo que el Alfa Romeo 33 o el Alfa Romeo 75 no tienen esa aura de coche clásico y deseado que sí tienen otros Alfa.
Sin embargo, hay algunos modelos posteriores que sí podrían acabar como coches de colección con el paso del tiempo, incluso empiezan a ver sus cotizaciones crecer. Entre ellos, el Alfa Romeo 147 GTA, destaca especialmente ahora que los compactos deportivos, aunque mucho más potentes y rápidos, han dejado de emplear motores atmosféricos y se han visto plagados de motores turbo. El turbo no es un problema, ni mucho menos, pero es evidente que la pureza de conducción que da un motor de aspiración natural y más si cabe, siendo un “Busso”, no se puede igualar con un turbo.
Diseño de Walter de’Silva, auténtica esencia Alfa
En la década de los 90, FIAT decidió darle un nuevo impulso a Alfa Romeo y puso, entre otras cosas, una buena inversión para mejorar calidades y un diseñador que fue capaz de mantener y aumentar la esencia de Alfa Romeo con diseños que hoy están muy valorados. Ese tipo, ese diseñador, fue Walter de’Silva, quien luego acabaría en el Grupo Volkswagen creando los Audi A5 y compañía, y sí, el SEAT León y el SEAT Toledo, aunque este último no debería haber acabado en producción. En Alfa, de’Silva dio forma al genial Alfa Romeo 156, un éxito de ventas para la marca, así como el Alfa Romeo 147, otro éxito en el segmento de los compactos, que parecían ser por fin la piedra que faltaba en el camino para regresar de nuevo a donde la marca debería estar.
El corazón del Alfa Romeo 147 GTA es un motor V6 Busso con un diseño exterior solo igualado por motores de superdeportivos, con un sonido embriagador
Como todos sabéis, fueron coches con buena aceptación en el mercado, pero no fueron los salvadores de la marca, Cuando tocó reemplazarlos, las cosas no salieron como se esperaba y todo el trabajo y todos los logros obtenidos durante la vida comercial de los 147, 156 y 166 e incluso con el GT, no sirvió de nada y la marca volvió a quedarse pendiente de un hilo. No en balde, entre otras cosas, solo tenían en catálogo el 159, el Brera y el Spider, más el Giulietta que llegó después. Tres coches que se parecían excesivamente entre ellos y que no acabaron de convencer a los compradores, dejando al Giulietta durante muchos años en el mercado, más de los que debería haber estado.
Eso, quizá, le de cierto peso a los coches de de’Silva, pues sí lograron algo más de peso en el mercado. Uno de los argumentos de esos coches es, claramente, el diseño, de’Silva supo implementar un diseño puramente italiano, que cuadró a la perfección con la esencia de la marca y con el aumento de calidades que FIAT llevó a cabo en los coches salidos de Arese. Una conjunción que puso a los modelos de aquel entonces en boca y en el garaje de muchos usuarios. Y esto último podría ser real incluso si los usuarios no conducen un Alfa Romeo, porque fue Walter de’Silva quien puso de moda el tirador oculto de la puerta trasera, estrenado con el Alfa Romeo 156.
Además, ambos modelos tuvieron versiones deportivas que ayudaron a mejorar la imagen de la marca, aunque no eran los mejores deportivos de su segmento. Sin embargo, el Alfa Romeo 147 GTA fue un coche muy especial, pues no había similar en el mercado, ni siquiera el Volkswagen Golf R32, equipado también con un bloque V6, podía considerarse tan especial, aunque eso no quita que sea un coche espectacular del cual, quizá, hablemos algún día.
El V6 Busso, el corazón del 147 GTA
Y esa aura especial, esa forma de destacar por encima del resto, es culpa de su imagen, sí, pero, sobre todo, de su corazón, de su motor V6 Busso. Con un diseño exterior solo igualado por motores de superdeportivos, con un sonido embriagador y su condición de atmosférico, el propulsor del 147 GTA era clave en la personalidad del compacto italiano y, obviamente, en su conducción. Aunque también es justo reconocer que los consumos no eran su fuerte, superando los 12 litros cada 100 kilómetros a poco que se aumentara el ritmo. o, reduciendo la autonomía más de lo que cabría esperar. Se dice que a ritmo en carretera de montaña resulta muy complicado superar los 300 kilómetros de autonomía con el depósito lleno.
Este motor es un V6 de 3.2 litros basado en el V6 3.0 del Alfa Romeo 166 al que aumentaron la carrera de los pistones. Se lograron 250 CV a 6.400 revoluciones y 300 Nm de 4.800 revoluciones, cifras que ya se superan fácilmente con motores 2.0 turbo, pero que en un atmosférico requieren más régimen. También se hicieron cambios en otros apartados, como la distribución, los conductos de admisión y escape, los pistones y en la refrigeración, que añade un radiador de aceite.
Con este motor, el Alfa Romeo 147 GTA podía alcanzar, según datos oficiales, los 246 km/h (en sexta a unas 6.450 revoluciones) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos, mientras que los 1.000 metros con salida parada los completa en 26,1 segundos.
En lo referente al chasis, el 147 GTA tenía cambios en tarados de suspensión, en la posición de algunos elementos que forman los ejes, nuevos casquillos, barras estabilizadoras más gruesas…
¿Llegará a ser miembro de los Alfa de colección? Argumentos no le faltan e incluso el mercado empieza a darles la importancia que merecen, con precios que suben poco a poco. Por el momento, los precios parten de, aproximadamente, los 14.000 o 15.000 euros, aunque se han pagado más de 40.000 euros por unidades en muy buen estado y con pocos kilómetros.
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