Ferrari. Posiblemente, muy posiblemente, la marca de automóviles más famosa del mundo. ¿Cómo han llegado hasta ahí? Pues a base de ganar carreras en Fórmula 1, de crear automóviles muy especiales, y de un trabajo de marketing sencillamente brutal. Pero el hecho de ser una empresa mundialmente famosa, no quiere decir que todo el mundo conozca realmente lo que esconde y de dónde viene esta compañía.
Se podría decir que Ferrari tiene dos fechas de fundación. Por un lado está el equipo de carreras, la Scuderia Ferrari, cuya primera aparición, como equipo de competición de Alfa Romeo, data de 1929. En el otro lado está el constructor de automóviles de calle, actividad que comenzó a realizar en 1947. Datos que entremedias están separados por un período de inactividad de cuatro años, en los que Enzo no podía usar su nombre para fabricar automóviles por un acuerdo con la Anonima Lombarda.
El Auto Avio 815 fue el primer vehículo de calle salido de la cabeza de Enzo Ferrari
Durante esos cuatro años, Enzo Ferrari aprovechó el dinero obtenido tras su marcha de Alfa Romeo para poner en marcha un proyecto propio que debido al acuerdo firmado con Alfa no podía llevar su nombre. Nació así la Auto Avio Costruzioni, cuyo primer objetivo era fabricar piezas para aviones, una industria boyante en aquellos años, pero que finalmente terminó fabricando coches. En concreto tan sólo dos unidades, siendo así el primer automóvil fabricado por Enzo Ferrari.
¿Se podría decir que estamos hablando de los primeros pasos de Ferrari? Si nos referimos a la fábrica de automóviles deportivos afincada en Módena la respuesta es no. Posteriormente, tras la Segunda Guerra Mundial, aparecería el Ferrari 125 S, el primer coche fabricado por la actual Ferrari, pero en realidad era el segundo automóvil de Enzo. Aunque en realidad, tampoco son los primeros pasos de Enzo en el mundo del automóvil, pues el italiano llevaba muchos años relacionado con los coches y, sobre todo, con las carreras.
La Auto Avio Costruzioni era la forma física de las ansias de Enzo por fabricar no un coche, sino un motor V12. Enzo se quedó prendado la primera vez que vio un motor de 12 cilindros, un Packard americano, algo que creció en intensidad tras ver otros propulsores similares de Auto Unión y Alfa Romeo. Desde ese momento, se fijó como objetivo fabricar su propio V12 y no paró hasta conseguirlo. De hecho, según sus propias palabras, Ferrari no vendía coches, vendía motores, el resto lo regalaba porque en algún lugar había que ponerlos.
Así, Auto Avio Costruzioni dio a luz al 815, un biplaza deportivo realizado con componentes FIAT (algo muy habitual), que fue el único modelo de la compañía, pues estalló la Segunda Guerra Mundial y todo se fue al traste. ¿Habrían aparecido más coches si no hubiera estallado la contienda? Nunca lo sabremos, pero quizá lo que ahora conocemos como Ferrari sería la Auto Avio.
El Auto Avio 815 se estructuraba sobre el chasis de un FIAT 508 C “Balilla”, el cual se modificaba para adaptarse a los requerimientos de Enzo. De la carrocería se encargaba Touring, que empleó su técnica “Superleggera” al fabricarse con aleación de aluminio y magnesio (Elektron) pesando tan solo 54 kilos. Bajo esa carrocería de formas curvas y muy limpias, unas suspensiones Dubonnet en el eje delantero y un eje rígido en el trasero.
Bajo el capó delantero había un ocho cilindros de 1.496 centímetros cúbicos, realizado mediante la “fusión” de dos motores del FIAT 508 C Balilla. Tenía dos válvulas por cilindro y cuatro carburadores para rendir unos 75 CV. La caja de cambios también era del FIAT, pero se modificó con nuevas relaciones gracias a los piñones diseñados y fabricados especialmente por Auto Avio.
Regresando un poco hacia atrás, recordarás que hemos dicho que éste no es el primer Ferrari, aunque todo el mundo afirme lo contrario. Y decimos esto, porque Ferrari siempre ha fabricado sus propios motores, al igual que los chasis y diversos componentes, mientras que el Auto Avio Costruzioni lo único propio son las suspensiones y la carrocería, junto a las relaciones del cambio.
De las dos unidades producidas, una de ellas cuenta con la batalla más larga (nº de chasis 815/020) y otra con batalla corta (chasis 815/021). La de batalla larga teóricamente se desguazó en 1958 y se perdió para siempre, pero la de batalla corta sigue completa y totalmente activa en la Colección Righini, poseedor del coche desde 1955.
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