Todos conocemos el Citroën Traction Avant, o como se le conoce en España, el Citroën 11 Ligero, aunque este último se trate de una versión del mismo (no todos los Traction Avant son 11, ni todos los 11 son ligeros). Se trata del primer automóvil fabricado en gran serie con chasis monocasco y tracción delantera, una singularidad que le da nombre (Traccion Avant es, literalmente, tracción delantera). Se comenzó a fabricar en 1934 y estuvo en la línea de montaje hasta 1957 siendo muy usado en España como taxi.
Un coche histórico, desde luego, pero no fue el primer coche con tracción delantera. Si que tiene el honor de ser el primero con dicho sistema de transmisión fabricado en gran serie, pero ya se venía experimentando con esta solución desde hacía tiempo. De hecho, uno de los pioneros en la tracción delantera, aparecido antes que el Traction Avant, también era francés y curiosamente, al igual que el modelo de Citroën, tenía lazos con Gabriel Voisin (el diseñador del Traction Avant había trabajado anteriormente en Voisin), uno de los pioneros del automóvil cuyas soluciones sorprendieron a muchos.
Bucciali fue una innovadora marca francesa de automóviles nacida hacia el primer cuarto del pasado siglo
Entre los primeros coches con tracción delantera que podemos encontrar en la historia de este invento, están los espectaculares Bucciali. No todo el mundo conoce este nombre, que más parece italiano que francés, pero adornó las carrocerías de una marca de coches muy especial e innovadora, que nació casi por hobby y cuya trayectoria apenas duró 10 años. No en balde, sus coches eran demasiado diferentes, sufrieron algunos problemas de fiabilidad y se vieron abrumados por la crisis económica que sacudió el mundo a finales de la década de los 20 e inicios de los 30.
Bucciali fue un fabricante francés fundado por los hermanos Angelo y Paul-Albert Bucciali en 1922 (hijos del compositor ciego Joseph Bucciali). Ya habían probado suerte anteriormente, entre 1918 y 1922, pero era un pasatiempo y no una empresa seria, algo que sí sucedió desde 1922. Sus primeros automóviles se lanzaron al mercado bajo el sello BUC, salidos de una pequeña fábrica situada en las cercanías de París, empleando motores Ballot, Violet o S.C.A.P. (Société de Construction des Automobiles Parisiennes). Sin embargo, cuando se trata de automóviles de competición, donde tampoco se prodigaron en exceso, los motores eran modificados y se dice que llegaron a trabajar en un bloque V4 “2 tiempos” con sistema de precompresión similar al que DKW puso en circulación en 1939.
No fue hasta 1926 cuando apareció el primer Bucciali. Desde este mismo instante, la marca saltó a la fama por su sorprendente diseño y por emplear un sistema de tracción delantera. Se presentó en el Salón de París de 1926 con la denominación de Bucciali TAV (por “Traction AVant”) y estaba animado por motores S.C.A.P. de cuatro y ocho cilindros en línea. De este modelo apenas se fabricaron 40 unidades, pues, como ocurrió con el Citroën Traction Avant en sus primeras ediciones, las juntas homocinéticas eran una fuente de problemas constante.
Lejos de amilanarse y de echarse atrás, los hermanos Bucciali volvieron a la carga en el Salón de París de 1928 con el Bucciali TAV6. Nuevamente, empleaba un sistema de tracción delantera, pero también una caja de cambios Sensaud de Lavaud con cuatro relaciones de funcionamiento automático “variable” muy similar a la transmisión “Dynaflow” que desarrollaría General Motors años más tarde. Todavía faltaban dos años para la aparición del DKW F1 y seis años para que Citroën pusiera en circulación el Traction Avant.
Otra de las innovaciones del Bucciali TAV6 fue su equipo de suspensiones, independientes en las cuatro ruedas, así como sus enormes llantas fabricadas con Alpax, una aleación de aluminio y silicio, con una gran resistencia a la corrosión y a la tracción. Además, al contrario que sus máximos rivales, el Bucciali TAV6 llamaba la atención por su poca estatura, teniendo el chasis muy cerca del suelo y por lo tanto, teniendo un centro de gravedad muy bajo. Esto se debe a que su chasis era de tipo portante, como el del Traction Avant y como el que usan todos los automóviles modernos.
Los Bucciali trabajaban, al mismo tiempo, en vehículos blindados para el ejército, lo que permitió que pudieran desarrollar suspensiones con muelles helicoidales de buen funcionamiento, en lugar de emplear las ballestas como hacía sus rivales. Aquel Bucciali TAV6 empleaba un motor Continental de seis cilindros.
Más adelante, en 1931, apareció el Bucciali TAV12, el modelo más grande y potente de la compañía. Era una evolución del TAV8, que a su vez era una evolución del TAV6 pero equipado con un motor de ocho cilindros en línea presentado un año antes. El TAV12 hacía uso de un bloque de 12 cilindros tipo Knight con 120 CV, que había sido facilitado por Gabriel Voisin uno de los mayores defensores de este tipo de propulsor.
La última aventura que se conoce de Bucciali fue el TAV16, un modelo que, en teoría, equipaba un motor de 16 cilindros obtenido a base de juntar dos bloques de ocho cilindros del TAV8. A este motor se le conocía como “double huit”, doble ocho. Dicen las malas lenguas que ese motor nunca llegó a existir, que era una maqueta realizada para llamar la atención. También se tenía proyectado un modelo con tracción a las cuatro ruedas para participar en las 24 Horas de Le Mans, pero la crisis acabó con las aventuras de estos innovadores hermanos.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.