A inicios del siglo XX, al amparo de la fascinación que tanto por el lujo como por la continua superación de la velocidad en el mundo de la competición había en toda Europa, surgieron en muchos países numerosos fabricantes de todo tipo de automóviles. Uno de ellos fue el francés Delage, una marca que gozó de una buena reputación y predicamento durante la primera mitad del siglo XX hasta que tras no lograr superar la crisis provocada por la segunda guerra mundial desapareció finalmente en 1953.
Eran años de aventura y de asunción de riesgos. El cambio del milenio hizo que muchos se lanzaran a conseguir sus sueños y ese fue el deseo de Louis Delage, cuando en 1905 abandonó su cómodo trabajo de 600 francos mensuales para, con los 35.000 francos que le concedieron en un préstamo, fundar en las cercanías de París la marca que llevaría su apellido: Delage.
Aquel capital apenas le dio para fundar un pequeño taller con dos tornos y tres empleados —entre los cuales se encontraba un antiguo diseñador jefe en Peugeot— donde empezaría a producir piezas para otros fabricantes, como Helbé, un fabricante de chasis francés que también gozó de relativo prestigio en aquellos tiempos.
Delage comenzó a producir sus automóviles de la forma más sencilla y habitual en aquellos tiempos. A partir de los chasis de Helbé y con motores procedentes de De Dion Bouton, Delage carrozaba el conjunto para producir sus propios vehículos. Así nació en 1906 su primer modelo, una voiturette Tipo A con motor monocilíndrico de 9 CV con la que incluso participaría en la Copa de las Voiturettes de Rambouillet en la que se inscribió con dos unidades. Una se averió durante los siete días de pruebas de regularidad de los que constaba la competición, pero la otra acabó en segunda posición.
Aquello sirvió de impulso a Delage, tanto que en apenas un año ya había ampliado y cambiado la ubicación de su taller a unas nuevas instalaciones con más de 4.000 m2 y una plantilla mucho más numerosa. Poco a poco fue ampliando su gama de productos, con los cuales igualmente fue adquiriendo prestigio y honores en las competiciones de la época lo cual le reportaba mayores éxitos comerciales.
La I Guerra Mundial, punto de inflexión para Delage
Para 1912, Delage ya había nuevamente trasladado y ampliado sus instalaciones y producía más de 1000 unidades anualmente con motores propios de cuatro cilindros y válvulas laterales. Su éxito fue en aumento, pero la llegada de la Primera Guerra Mundial obligó a paralizar la producción y destinar su factoría a la producción de municiones para el Ejército francés.
Tras la contienda, Delage reanudó los trabajos automovilísticos, pero esta vez se dedicó a la fabricación de vehículos de superior tamaño. Abandonó la producción de voiturettes y coches pequeños para afrontar retos mayores. El primero fue el CO, vehículo con motor 4.5 litros de seis cilindros y válvulas laterales que entregaba 20 CV y que fue el primer automóvil en montar frenos delanteros.
Durante los años 20, Delage se especializa en la producción de turismos de mayor tamaño, con motores de cuatro y seis cilindros. En 1929 lanzo su espectacular D8 cuatro litros. Una de sus mejores creaciones. Presentado en el Salón de París, el coche estaba llamado a atraer a la marca el interés de grandes carroceros franceses de la época (De Villars, Pourtout, Chapron, Leotourneur & Marchand, Figoni & Falaschi o Fernandes & Darrin,…) pero la crisis económica de aquel año frustró todos los planes de Delage.
Las décadas de los años 20 del pasado siglo fue la más esplendorosas para Delage. En ella llegaron no sólo sus vehículos más famosos, también los mayores éxitos en competición. Sin embargo, al final de la misma la crisis económica de 1929 dejó sus secuelas en la empresa. El sector del lujo se vio especialmente afectado y pese a la calidad de los modelos y los productos de Delage, las ventas no acompañaron, afectando gravemente a la solidez económica de la empresa.
Las tensiones financieras no desaparecieron y en la primavera de 1932 Delage tenía que devolver un préstamo de 25 millones de francos que había solicitado para la producción de D6. En abril de 1935 la factoría de Delage cerraba sus puertas y paraba su producción, aunque pocos meses después reaparecieron como Delahayes tras entrar en asociación con Walter Watney, un hombre de negocios con el que fundarían la Societé Nouvelle des Automobiles Delage (SAFAD). La sociedad continuaría con la producción de vehículos hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial cuando se vio obligada a cerrar sus instalaciones. Tras alcanzarse la paz, Delage fallece en 1947 y su empresa le sobrevive en un mercado de postguerra muy difícil y complicado para los vehículos de lujo hasta que en 1954 fue absorbida por el grupo empresarial Hotchkiss, quien puso punto final a la marca como fabricante de automóviles.
Los modelos de Delage marcaron numerosos récords mundiales de velocidad durante la década de los años 20 y 30 del pasado siglo. Como fabricante, tiene igualmente un Campeonato del Mundo de Grand Prix (1927) y numerosos premios alcanzados en los Concours d’Elegance, siendo la marca francesa que mayor número de ellos acumula. Entre los triunfos de los modelos Delage hay distintas victorias tanto en Le Mans como en las 500 millas de Indianápolis previas a la primera guerra mundial.
El D12, una nueva oportunidad para Delage
Y así ha permanecido hasta que justo antes del estallido de la pandemia, en 2019, el empresario francés Laurent Tapie y la Societé de Les Amis de Delage anunciaron su intención de revitalizar a la marca como productor de automóviles. Su idea es iniciar de nuevo el camino con la producción de una corta serie de unidades de un híperdeportivo, el D12 que se supone que inicialmente habría de haberse presentado en 2021, pero cuya producción se ha visto retrasada, como tantas otras, por culpa de la pandemia.
Se trata de un modelo híbrido de 1.100 CV de potencia con un diseño inspirado en el que ofrecen tanto los monoplazas de alta competición como los cazas de combate. Con él, los nuevos propietarios de la maca quieren poner fin a los casi 70 años que Delage lleva fuera del mercado. Lo primero que llama la atención es que, pese a su apariencia de monoplaza, es un biplaza, pues cuenta con dos asientos dispuestos en formación 1+1, una fórmula ya vista en otros modelos.
En su construcción, Delage recurre a la misma arquitectura y soluciones técnicas que habitualmente se emplean en un monoplaza de Fórmula 1, así cuenta con un monocasco dotado con una caja frontal de carbono y será el primer coche de carretera del mundo que incorpore las suspensiones contractivas que han revolucionado la fórmula uno. Su diseño ha cuidado especialmente la aerodinámica. Según sus creadores, el Delage D12 produce casi el doble de la carga aerodinámica que habitualmente generan los mejores superdeportivos en cualquiera de sus modelos destinados a un uso legal en la carretera.
Su diseño recuerda claramente al de un monoplaza de fórmula 1 “carrozado” o al de alguno de los hypercoches y modelos que se empiezan a conocer para la futura categoría de las LMPh que arrancará en 2023. El Delage D12 ofrece una carrocería dotada con un frontal muy similar al de los actuales monoplazas de la Fórmula 1, con un elaborado alerón delantero y un morro central muy afilado y terminado en punta a través del cual y gracias a una cubierta transparente, se pueden apreciar claramente los elementos tanto de la suspensión como de la dirección presentes en el eje delantero.
Los pasos de rueda delanteros están carenados por completo y en su parte frontal se ubican unos muy compactos grupos ópticos conformados por los proyectores LED, enmarcados entre dos cejas luminosas. El carenado de las ruedas del eje delantero sirve igualmente de apoyo para ubicar unos finos y estilizados retrovisores exteriores a ambos lados del modelo, en los que se integran los indicativos de dirección y de emergencia del vehículo.
El ascendente morro del vehículo va a su vez ensanchando hasta ir conformando la cabina del D12 a la que se accede de manera un tanto dificultosa. El coche no dispone de puertas laterales convencionales, sino que dos amortiguadores levantan la zona superior de la cabina para que piloto y acompañante “salten” literalmente a su interior cual si este fuera la cabina de un caza de combate.
El puesto de conducción es muy similar e igualmente espectacular. Los laterales del salpicadero están orientados por completo al conductor. Está conformado básicamente por tres pantallas digitales que ofrecen cuanta información el piloto precisa para la conducción del coche. El volante son dos joysticks unidos por una amplia zona central en la que se ubican al alcance de los pulgares una serie de botones de control de los distintos sistemas implantados a bordo. En su zona central, el volante incorpora el logo tradicional de Delage, que mantiene inalteradas sus formas y diseño del pasado. Piloto y pasajero van sentados sobre unos ligeros asientos tipo bacquet elaborados en fibra de carbono que cuentan con arneses de seguridad tipo de competición en lugar de con los habituales cinturones de seguridad.
Los laterales del coche se conforman en función de la aerodinámica del vehículo, dado que desde el final del paso de rueda delantero hasta la zaga todo son bocas de ventilación y oquedades para favorecer los flujos de aire tanto destinados a favorecer la refrigeración de los frenos en ambos ejes como la sustentación y la estabilidad del coche mediante su aerodinámica. El aire para que la mecánica respire procede básicamente de la boca abierta sobre la cúpula de la cabina, justo por detrás de donde esta se abre.
La vista lateral muestra igualmente unas llantas de carbono gran tamaño, sobre las cuales se calzan unos neumáticos de bajo perfil. Su diseño de 9 pétalos está especialmente configurado para aprovechar la aerodinámica que generan y refrigerar el potente equipo de frenos que se visualiza tras de ellas. Junto a los grandes discos de carbono perforados, las potentes pinzas de seis pistones se presentan acabadas en el color azul tradicional y firmadas por Delage.
Los diseñadores de Delage han aprovechado los grandes pontones laterales para carrozar los pasos de rueda traseros hasta hacerlos acabar en una zona trasera ciertamente espectacular en la que todo es desmesurado. Desde el tamaño de las salidas de los flujos de aire procedentes de los pontones y de la zona del tren de tracción híbrido, hasta el agresivo y muy deportivo difusor trasero, el gran alerón dinámico dispuesto sobre la trasera o las dos grandes bocas del escape de su motor térmico
El tren híbrido está conformado por una mecánica V12 de 7.16 litros de capacidad y 990CV de potencia que ha sido desarrollado y preparado especialmente por el propio fabricante y con cuyo empuje combinado con el motor eléctrico de 110 CV (130 en la versión destinada a los circuitos). Delage aún no ha facilitado registros del rendimiento del coche, pero se habla de un rendimiento conjunto de 1024 CV en la versión Club, la destinada a los circuitos de competición y de 1.115 en la versión GT. Igualmente se espera una velocidad máxima de 360 km/h, con una capacidad de aceleración 0 a 100 km/h inferior a los 2,5 segundos.
Delage quiere convertir su hypercar en el coche más rápido del mundo. Así, previamente a su presentación (que probablemente se producirá durante el segundo semestre de 2023) el D12 realizará una gira de pruebas y test para afinar su puesta a punto por distintos circuitos de competición y carreteras de Estados Unidos, antes de afrontar uno de los retos que sus creadores se han propuesto: arrebatar al Lamborghini Aventador SVJ su registro como el coche más rápido en Nürburgring (6:44.97)
Para su puesta a punto, Delage cuenta entre los miembros de su equipo con un probador excepcional, el ex campeón del mundo de Fórmula 1, Jacques Villeneuve, quien tendrá por delante una importante labor, pues el Delage D12 ofrece cuatro modos de conducción diferentes: 100 por cien eléctrico en ciudad, híbrido en carretera, híbrido de máximo rendimiento para su uso en circuitos y un modo mixto que se puede configurar en hasta 423 combinaciones de uso posibles.
La nueva Delage únicamente tiene previsto producir 30 unidades de su Hypercar. Los clientes podrán optar entre dos posibles versiones: GT, destinada a su uso en carretera, o Club, configurada para su uso en los circuitos. El precio de cada coche es de 2 millones de euros más IVA. Se espera que las primeras unidades comiencen a entregarse a los clientes a finales de 2023 o inicios de 2024.
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