Cada vez es más frecuente encontrar en la oferta de vehículos presentes en el mercado, modelos deportivos de carácter roadster o barchettas que carecen de un elemento que es vital para la seguridad en el automóvil: el parabrisas. Y lo sorprendente no es que estos modelos se puedan adquirir, lo sorprendente es que estén homologados para su uso en las carreteras y vías convencionales.
El parabrisas es uno de los elementos de seguridad que más vidas salva cada año. Aunque parezca obvio recordarlo, la principal función del parabrisas es proteger al conductor y a los ocupantes del vehículo ante la posible intrusión de objetos al interior del habitáculo. Tiene igualmente otras funciones, como es la de servir de arco de seguridad en caso de vuelco del vehículo y es un complemento necesario para el buen funcionamiento de otros sistemas de seguridad presentes a bordo, como pueden ser algunos de los distintos airbags o los modernos sistemas de seguridad ADAS, a los que en muchas ocasiones sirve de soporte para que puedan funcionar correctamente.
Curiosamente, los últimos modelos que están apareciendo en el mercado sin portar en su configuración y diseño parabrisas delantero son todos modelos deportivos de carácter Premium. Modelos que, según se expresa, pretender hacer disfrutar al conductor y su pasajero (la gran mayoría son biplazas) de las sensaciones que produce disfrutar del aire en la cara, cuando en la realidad eso es inviable, puesto que para poder conducir uno de estos modelos es preciso disponer de un casco que aporte seguridad en caso de vuelco al tiempo que también se precisa contar con una visera que evite que el aire golpée directamente en la cara, puesto que a partir de determinadas velocidades (todas ellas por debajo de los límites legales, la fuerza del viento sobre los ojos obliga a cerrar estos en mayor número de ocasiones y durante más tiempo de lo habitual en un parpadeo convencional, lo que supone un grave riesgo para la conducción.
Por otra parte, incluso en los momentos en los que el tiempo acompaña para el uso de este tipo de modelos, hay determinados elementos que resultan peligrosos para la conducción que la disponibilidad de parabrisas ayuda a evitar. Viento, lluvia, polvo en suspensión,… son sólo algunos de estos elementos que pueden surgir en cualquier momento y suponer un grave problema dado que su presencia puede comprometer seriamente la seguridad durante la conducción.
Por último, conviene tener en cuenta que no somos los únicos que circulan por las calles y carreteras. Eso significa que, en cualquier momento, el vehículo que nos precede puede proyectar algún objeto sobre el asfalto en dirección a nosotros. Elementos como pequeñas piedras o trozos de asfalto que los neumáticos levantan del suelo, o el polvo y arenilla acumulados en la caja de un camión o de un pick up.
Pero todo ello no ha impedido que lleguen al mercado una nutrida representación de modelos roadsters y barchettas. Una moda que, en esta época moderna del automóvil, podemos considerar que recuperó Renault con el lanzamiento del Spider en 1996, un modelo para la competición que podía adquirirse con o sin parabrisas. Como él, todos los modelos que siguen esta moda que trata de recuperar las sensaciones que ofrecían aquellos modelos que se popularizaron en los años 40-50 con numerosos famosos a sus volantes que, en algunos casos , como sucedió con James Dean, fallecieron a su volante.
Entre los modelos más representativos de esta nueva ola, hemos seleccionado estos diez como los más conocidos, muchos de los cuales ya os hemos presentado en nuestro Blog Premium:
- Lamborghini SC20.
- McLaren Elva
- Ferrari Monza SP1 y SP2
- Aston Martin V12 Speedster
- Lotus 3-Eleven 430
- Dallara Stradale
- Ariel Atom
- Caterham Seven 620Ri
- KTM X-Bow
- Polaris Slinshot S
- Vühl 05
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