
El Ford Model B Roadster de la década de 1930 es un vehículo que simboliza una era de transformación en la industria automotriz estadounidense. Introducido en 1932, el Model B fue parte de una serie de coches que marcaron un cambio significativo en la trayectoria de Ford, ofreciendo así características modernas y un diseño atractivo que capturó la atención del público. A continuación, vamos a repasar los detalles más importantes de este icónico modelo de la marca del óvalo.
CONTEXTO HISTÓRICO
Durante la Gran Depresión, los consumidores buscaban vehículos que no solo fueran accesibles, sino que también ofrecieran un buen rendimiento y comodidad. Henry Ford, el fundador de la compañía, había revolucionado la producción automotriz con las cadenas de montaje a raíz de la comercialización de su modelo más famoso, Ford Model T. Esa filosofía o espíritu revolucionario de producir en masa vehículos accesibles para todo el mundo, lo mantuvieron con la producción de este modelo, que fue concebido como el sucesor del Ford A.

Ford Model A, el predecesor del Model B
DISEÑO Y ESTILO
El Ford Model B Roadster se destacó por su diseño elegante y aerodinámico, que era innovador para la época. Presentaba una carrocería de dos puertas, con un diseño de línea baja que le daba una apariencia deportiva, con una longitud total de 4.204 mm. La carrocería estaba hecha por completo de acero, lo que la hacía más duradera y menos propensa a la corrosión en comparación con los modelos anteriores que utilizaban paneles de madera. Además, el Model B venía con una capota de lona que se podía plegar, para transformarlo en un vehículo con techo.

Detalle de la cubierta de lona de un Ford Model B
MOTOR Y RENDIMIENTO
El corazón del Ford Model B era un motor delantero y tracción trasera, de cuatro cilindros en línea, que ofrecía una potencia de aproximadamente 65 CV. Este motor fue una mejora significativa en comparación con los motores de dos cilindros utilizados en algunos de los modelos anteriores de la marca, aunque paralelamente a esto, Ford produjo también versiones con motor V8, siendo esta variante el primer coche de bajo precio comercializado de manera masiva en Estados Unidos con un V8, marcando un punto de inflexión en la historia automotriz estadounidense.

Ford Model B Roadster
La combinación de un diseño ligero y un motor potente, permitía al Model B alcanzar velocidades dignas de rivalizar con otros coches contemporáneos, lo que lo hacía atractivo para los jóvenes y para los entusiastas de la velocidad en general.
Uno de los aspectos más interesantes del Model B fue su transmisión. Ford introdujo una caja de cambios de tres velocidades que permitía una conducción más suave y eficiente. Esto fue un gran avance, teniendo en cuenta que muchos vehículos de la época, todavía utilizaban transmisiones de tan solo dos velocidades.

Detalle del perfil de la parte delantera del Ford Model B Roadster
GRAN CAPACIDAD DE PERSONALIZACIÓN
Un aspecto que hacía especial al Ford Model B Roadster, era que ofrecía muchas opciones de personalización, lo que permitía a los compradores adaptar el vehículo a sus necesidades y preferencias. Los clientes no solo podían elegir entre diferentes colores de pintura, sino también elegir accesorios como espejos y tapicería personalizada.

Interior de cuero marrón de un Ford Model B Roadster
PRODUCCIÓN Y LEGADO
La producción del Ford Model B Roadster no duró tanto en el tiempo, solo tres años, desde 1932 hasta 1934. Pero durante este período de tiempo, a Ford, con sus modernas técnicas de cadenas de montaje, le dio tiempo a fabricar la impresionante cifra de 4.320.446 unidades, una locura de cifras, aunque, al mismo tiempo, no sorprenden teniendo en cuanta que cuando se produjo el Model T, más de la mitad de los automóviles del planeta eran unidades de este modelo. Aunque el Model B fue rápidamente reemplazado por el Ford 48 de 1935, su legado perdura. Se considera uno de los coches que ayudaron a establecer a la marca como referencia en la industria automotriz estadounidense.

Ford Model B Roadster personalizado con decoración de llamas durante una concentración de vehículos clásicos
El Model B también ha mantenido su atractivo como vehículo de colección. Los entusiastas de los coches clásicos buscan restaurar y preservar estos vehículos, y muchos Model B Roadsters a día de hoy, se pueden contemplar no solo en salones o museos, sino también en concentraciones de vehículos clásicos al aire libre. Su diseño icónico y su historia significativa continúan atrayendo a nuevos aficionados, asegurando que el Model B siga presente en la memoria colectiva del automovilismo.
En resumen, el Ford Model B Roadster de principios de los 30 es un vehículo que representa una era de innovación y renovación de la historia de la industria automotriz. Con su diseño atractivo, motor potente y una gran cantidad de opciones de personalización, se convirtió en un símbolo de la libertad y aventura. A pesar de ser un vehículo tan antiguo y con un periodo de producción efímero, su legado ha perdurado y sigue siendo, más de 90 años después de su lanzamiento, una parte importante de la historia del automóvil y de la cultura popular de Occidente.
