Si hay un aspecto en el que destaca Volvo es el de la seguridad. El fabricante sueco no solo desarrolla sistemas que hacen el coche más seguro sino que, además, investiga sobre el funcionamiento de los mismo en caso de accidente, y como mejorarlos. De esta parte del trabajo se encarga un grupo de profesionales que son conocidos como los detectives internos de la compañía. También podrían ser denominados como el propio equipo CSI del fabricante de automóviles sueco, haciendo un giro en el acrónimo de la famosa serie de televisión.
Los investigadores de los escenarios de colisiones del equipo de investigación de accidentes de Volvo, que celebra este año su 50 aniversario, están disponibles las 24 horas del día para asegurarse que Volvo Cars aprenda de los accidentes de la vida real y mejore constantemente sus coches.
«El arduo trabajo del equipo de investigación de accidentes permite a Volvo Cars asegurarse que un trágico accidente de tráfico pueda conducir a algo bueno, coches cada vez más seguros», dice Malin Ekholm, jefe del Centro de Seguridad de Volvo Cars. Al analizar de cerca lo que ha ocurrido durante cada fase de un accidente, el equipo proporciona información crucial sobre lo que se puede mejorar en nuestros coches».
El equipo comenzó su andadura en 1970. Cada vez que se produce un accidente que involucra a un Volvo alrededor de Gotemburgo, Suecia, ya sea de noche o de día, rápidamente llegan a la escena cuando se les notifica. En cuanto llegan, inician una investigación y documentan la secuencia de sucesos lo más detallada posible.
Eso implica hacer preguntas. ¿Cuán contundente fue el impacto? ¿Con qué rapidez intervinieron los sistemas de seguridad activa? ¿Cómo están los pasajeros? Otras preguntas incluyen: ¿Cómo era el clima? ¿Cuál era la hora? ¿En qué condiciones estaban las marcas viales?
Posteriormente, el trabajo continúa en la oficina. El equipo solicita informes policiales accesibles al público, se pone en contacto con el conductor y examina el coche cuando es posible. El equipo también trata de entender cómo el conductor experimentó el accidente, un proceso que involucra a los científicos del comportamiento del Centro de Seguridad Volvo Cars.
Por último, el equipo pedirá a las personas involucradas en el accidente que compartan sus partes médicos, lo que les permite tomar nota de cualquier lesión sufrida. Estos, son analizados por expertos en biomecánica, en cooperación con los físicos, para entender las causas exactas de la lesión.
Todos los datos y conocimientos recogidos están codificados y despersonalizados. Las conclusiones de esta investigación se comparten con los equipos de desarrollo de producto de Volvo, que la utilizan para desarrollar e implementar nuevas tecnologías en los próximos automóviles. El equipo también identifica cosas que no se pueden resolver actualmente, lo que permite a Volvo Cars mantenerse a la vanguardia del desarrollo de la seguridad.
Cada año, el equipo investiga alrededor de 30-50 accidentes in situ, pero los accidentes ocurren en todo el mundo y puede ser difícil de llegar a tiempo al lugar del accidente. En esos casos y en la medida de lo posible, los detectives trabajan para localizar en el mapa los accidentes con el apoyo del personal de Volvo y los servicios de emergencia más cercanos a la escena.
Además, el equipo también utiliza otras fuentes de información, como las bases de datos públicas de accidentes disponibles a nivel mundial para asegurarse de que se toman las medidas necesarias.
«El equipo de investigación de accidentes no es la única fuente de datos de investigación para nuestros expertos en seguridad, pero juega un papel importante para que entendamos realmente los detalles», añade Malin Ekholm. «Los accidentes siguen ocurriendo, pero hoy en día las consecuencias son mucho más leves y es mucho más raro que se produzcan lesiones graves de lo que solía ser».