Allá por la década de los 80, el catálogo de Ford España ofrecía un panorama relativamente interesante, sobre todo por el futuro lanzamiento del nuevo Ford Sierra, un coche que llegaba para romper con todos los moldes y hacer olvidar al cuadradote Ford Taunus (el Ford Granada, de diseño similar, era algo más grande). También se contaba con el Ford Escort y con el recién lanzado Ford Fiesta, el cual estrenó la planta de la marca situada en Almussafes, en Valencia.
Sin embargo, aunque no aparecía en el catálogo, había un coche que se podía adquirir en España y que, dado su diseño, su talante y sus motores, ha terminado siendo uno de los coches más apreciados por los aficionados: el Ford Capri. El caso es que el Capri, con un eslogan bastante curioso (“El coche que te prometiste a tí mismo”), fue presentado en el Salón del Automóvil de Bruselas en 1969 y rápidamente se le tildó de “Mustang europeo”. Y ciertamente, el coche fue un éxito, vendiendo casi dos millones de unidades entre 1969 y 1986.
El Ford Capri RS monta un motor V6 preparado por Cosworth
El Capri, aunque haya unidades de todas las generaciones circulando por España actualmente, no llegó oficialmente hasta que se abrieron las importaciones a inicios de los 80, casi al final de su vida comercial. Y aún así, fue un coche que levantó pasiones en nuestro mercado, al igual que el Opel Manta, un coche que se encontró con el mismo panorama comercial y que a los conductores de aquellos años, teniendo lo que tenían a disposición, vieron en estos coches una compra más que interesante. Sobre todo el Capri, con ese morro largo y mirada de pocos amigos.
Aunque en verdad, es que tenía pocos amigos era la versión de competición, o al menos una de ellas, el Ford Capri RS, un monstruo equipado con un V6 retocado por Cosworth y adornado con una carrocería “engordada” por doquier. No cabe duda que su aspecto es premonitorio y deja claro que no es un Capri normal y corriente, aquí hay algo especial. Se trata de un coche que compitió de tú a tú con el BMW 3.0 CSL en las pistas de carreras…
El Ford Capri RS fue una de las estrellas del campeonato alemán de turismos en la década de los 70, pues era un coche rápido, muy rápido. Comparado con sus versiones de producción, ni siquiera se podía decir que fuera el mismo coche ya que las prestaciones estaban muy, muy lejos. Tomaba su base de partida del Capri 2600RS, una de las versiones más deportivas del modelo y una de las más buscadas por los fanáticos del modelo. Pero una cosa es partir del modelo y otra que se parezcan en algo.
Bajo el capó, un corazón de 3,4 litros retocado por los señores que habían creado el que fue uno de los motores más laureados de la Fórmula 1, capaz de girar hasta las 8.750 rpm y rendir 450 CV, encargados de mover 1.050 kilos. Una auténtica bomba que hoy día, usado para carreras en cuesta, es un deleite para los oídos y para todos los aficionados que copan las cunetas. Ese motor está colocado tres centímetros más atrás que en el modelo de producción y además, tiene los radiadores delante de las ruedas traseras. Sí, esas aberturas no son adornos, tras ellas están los radiadores. Una solución para asegurar, como cabe esperar, un buen reparto de pesos.
No obstante, uno de los apartados más delicados de este coche es su eje trasero, un eje rígido, aunque tenía muelles y no ballestas como en producción. El cambio era un manual de cinco relaciones de ZF.
Si te gusta esta bestia, en Bélgica tienen uno a la venta. Una unidad que cuenta con un buen palmarés en competición (también en carreras de históricos), aunque su motor y su caja de cambios están completamente reconstruidos y están sin carreras. ¿Precio? No hay cotizaciones para estos coches, pero un Ford Capri 2600 RS no baja de 40.000 ó 50.000 euros y las versiones de carreras suelen multiplicar al menos por dos esas cotizaciones.
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