¿Conoces el Ford GT90? Es un prototipo que presentó Ford Motor Company en la década de los 90, que hacía homenaje al más que mítico Ford GT40 y que llegó a rumorear que acabaría en producción. Un coche que todavía hoy, 26 años después, sigue siendo plenamente vigente, tanto por diseño como pro prestaciones.
Sí, efectivamente, ya han pasado 26 años desde que Ford pusiera sobre la moqueta del Salón del Automóvil de Detroit, allá por 1995. En aquellos años, la firma norteamericana se encontraba exultante, con un poderío económico destacado, teniendo bajo su control a las británicas Jaguar y Aston Martin. Fue la época del Jaguar XJ220, pero también de otros ilustres que ya empiezan a contar con muchos años en su haber, como el Ferrari F50 o el McLaren F1.
Los rasgos del Ford GT 90 eran mucho más radicales y agresivos, con un diseño impactante
El diseño del Ford GT90 era y sigue siendo impactante, con trazos rectos y rotundos, muy futuristas en aquellos años, que le daban una personalidad muy marcada y potente. Era un deportivo de tomo y lomo, espectacular se mire desde el ángulo que se mire, no en balde estrenaba el diseño que marcó toda una generación de modelos de Ford, el famoso “New Edge”. Fue el lenguaje de diseño que dio forma a la primera generación del Ford Focus o al Ford Ka y que fue todo un éxito.
Obviamente, como cabe esperar y se puede apreciar en las imágenes, los rasgos en el Ford GT90 eran mucho más radicales y agresivos. Un lenguaje de diseño que también afectaba al habitáculo, con formas angulares y cortantes que caracterizaron los coches de Ford durante la segunda mitad de los años 90 y comienzos del 2000.
Sin embargo, lo que realmente llamaba la atención del Ford GT90 eran sus prestaciones. Colocado en posición central-trasera había nada menos que un V12 6.0 con cuatro turbos suministrados por Garrett, que podía entregar la nada despreciable cifra de 730 CV y 895 Nm de par. Cifras que incluso hoy son espectaculares, sobre teniendo en cuenta que el motor tomaba como punto de origen el Ford Modular V8 4.6, un propulsor que daba vida a coches como el Ford Crown Victoria.
Con este motor, Ford anunciaba un 0 a 100 km/h en 3,1 segundos, un 0 a 160 km/h en 6,2 segundos y una velocidad máxima de 407 km/h. Una cifra de velocidad que acabó por alcanzar, por cierto, el Bugatti Veyron algún tiempo después. Es decir, de haber llegado a producción, el Ford GT90 habría sido un adelantado a su tiempo y quizá, el Veyron nunca habría nacido. O habría llegado antes, quién sabe…
No sorprende a nadie que el Ford GT90 se convirtiera en un icono de los 90, junto al Lamborghini Diablo y el mencionado anteriormente Ferrari F50, por poner unos ejemplos. Fue protagonista en videojuegos como el Gran Turismo 2 y, por supuesto, del Ford Racing. Maisto fabricó y comercializó una maqueta a escala 1/18 y Top Gear llegó a tenerlo en su programa, con un jovencísimo Jeremy Clarkson al volante. Mucho marketing para luego quedarse en un “simple” prototipo.
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