“De tal palo, tal astilla” es una frase utilizada cuando se habla de las similitudes entre padres e hijos; para expresar la herencia genética. No siempre es así, pero en esta ocasión hablaremos de aquellos casos donde el refrán se puede usar a la perfección.
Muchas familias han dejado su huella en la historia del deporte motor internacional, y la Fórmula 1 no ha sido una excepción en sus más de 70 años de historia.
Los Brabham, Jack y sus herederos
El australiano Jack Brabham ganó dos títulos mundiales con la escudería Cooper (1959 y 1960), antes de decidir crear su propio equipo, con el cual obtuvo su tercer y último campeonato en 1966.
Tuvo tres hijos: Geoff, Gary y David, todos pilotos. El primero desarrolló casi toda su carrera en Estados Unidos y nunca llegó a la F1, pero los dos restantes sí. Gary fue el piloto encargado de conducir el Life F190, sin saber que se enfrentaba a uno de los peores monoplazas de toda la historia de la Fórmula 1. Abandonó el equipo al darse cuenta que no tenía ningún futuro. Y por último, David participó en dos temporadas en la Fórmula 1, primero con el equipo de la familia, el Brabham Racing, y luego con Simtek, sin sumar ningún punto.
Los Hill y un destino marcado
Graham Hill fue uno de los pilotos más destacados de aquella Fórmula 1 de los años 60. Debutó con Lotus en 1958 y se retiró en 1975 para ocuparse de la gestión de su propia escudería fundada tiempo antes. Entre estas fechas, logró dos títulos mundiales (1962 con BRM y 1968 con Lotus), 14 victorias y 26 podios en la categoría reina. Desafortunadamente, falleció en un accidente aéreo a finales de 1975, después de que su equipo hiciera unas pruebas en Paul Ricard.
En el momento de la muerte de Graham, su hijo Damon tenía 15 años y ser piloto de automovilismo no estaba en sus planes. Pero, según él mismo reconoció décadas después, seguir los pasos de su padre fue una forma de superar su trágica pérdida. Con casi 19 años dio sus primeros pasos en el mundo de las dos ruedas, y recién cumplidos los 24 probó por primera vez un monoplaza de competición. Cinco días antes de cumplir 32 años, edad en la que muchos pilotos empiezan a ser “descartados”, Damon Hill inició por primera vez un Gran Premio de Fórmula 1, el de Silverstone en 1992 con una escudería Brabham sumida en la ruina.
El equipo desapareció meses después pero el piloto británico consiguió un lugar en Williams para la temporada 1993. Ese año logró sus primeros triunfos y en los dos siguientes fue el subcampeón del mundo, antes de ganar el campeonato en 1996. Graham y Damon fueron la primera dupla de padre e hijo campeones de la F1 y la única durante muchos años..
Los Villeneuve, Gilles y Jacques
Gilles Villeneuve es uno de los pilotos más recordados que nunca ganó un campeonato de Fórmula 1. A pesar de solo correr en algo más de cuatro temporadas, el canadiense marcó una generación de fanáticos de la F1. Ganó seis carreras en 12 podios, pero falleció en la clasificación del Gran Premio de Bélgica de 1982 tras una desafortunada maniobra con otro coche.
Gilles tuvo un hijo al que llamó Jacques. Este debutó en la CART en 1994 y después de ganar la Indianapolis 500 y lograr el campeonato del año siguiente, pasó a la Fórmula 1 con el equipo Williams. Estuvo cerca de ganar en su carrera de debut con aquel potente Williams FW18. El título de ese año estuvo entre Jacques y su compañero Damon Hill, y finalmente fue para el británico. En la temporada 1997 se vivió una de las definiciones de campeonato más escandalosas, que terminó con el canadiense campeón y Michael Schumacher descalificado del mismo. Tras esto, Jacques nunca volvió a ganar un Gran Premio y deambuló por varios equipos hasta su retiro en 2006.
Los Andretti, un campeón y una promesa de campeón
Mario Andretti es uno de los pilotos más exitosos de la historia del automovilismo norteamericano. En el campeonato mundial, logró 12 victorias en 131 carreras y el campeonato de la temporada 1978, a bordo de los recordados Lotus 78 y Lotus 79. Entre otras escuderías, también corrió para Ferrari y Alfa Romeo y su última carrera fue Las Vegas 1982.
Su hijo Michael llegó a la Fórmula 1 en 1993 con la escudería McLaren, tras grandes éxitos en la CART. El coche no era el mejor y el equipo siempre se centró en su compañero Ayrton Senna. Ron Dennis llegó a decir que veía en él a un campeón del mundo pero la realidad fue todo lo contrario. No se adaptó a un coche tecnológicamente más avanzado que los Indy ni a los circuitos, desconocidos para él en su mayoría, y tuvo muchos fallos en sus pocas participaciones. Logró un podio en Monza, su última carrera en McLaren y en la Fórmula 1.
Los Rosberg, un finlandés y un alemán; dos campeones
Keijo “Keke” Rosberg debutó en la categoría reina en 1978 y no llegó a una escudería competitiva hasta 1982. Ese año estuvo marcado por el retiro de Carlos Reutemann, la muerte de Gilles Villeneuve, el accidente de Didier Pironi y el título del propio Rosberg con una sola victoria sobre su Williams. Continuó otras cuatro temporadas en F1, en Williams y McLaren, en donde logró otros cuatro triunfos. Keke, a diferencia de Graham Hill, pudo ver a su hijo ser también campeón.
Nico Rosberg nació en Alemania y corrió con dicha nacionalidad en sus 11 temporadas. Debutó con Williams en 2006, pero no ganó su primer GP hasta el 2012 con Mercedes. Dos años más tarde comenzó el dominio de la escudería alemana y, tras dos subcampeonatos, pudo desbancar a Lewis Hamilton y lograr su objetivo de ser campeón y retirarse. Logró un total de 23 triunfos.
Los Rosberg ruedan con sus monoplazas campeones en Mónaco:
Los Piquet, mismo nombre pero diferente legado
Otro apellido de campeón. Nelson Piquet padre ganó tres títulos mundiales (1981 y 1983 con Brabham y 1987 con Williams) en su paso por la Fórmula 1 entre 1978 y 1991. Además, ganó en 23 ocasiones, fue el más rápido en clasificación en 24 y subió al podio en 60.
Por el otro lado encontramos a su hijo Nelson Piquet junior. Fue contratado por la escudería Renault para 2008 como compañero de Fernando Alonso. Si bien nadie esperaba que Nelsinho estuviera a la altura del bicampeón mundial que tenía al lado, su temporada y media en la F1 fueron muy pobres, y su nombre siempre estará ligado al crashgate del GP de Singapur de 2008, en el cual chocó intencionalmente para beneficiar a su compañero, por orden del director del equipo Flavio Briatore.
Los Schumacher, el emperador y el joven príncipe
Michael Schumacher fue el máximo ganador de la Fórmula 1 hasta la era Hamilton. 91 victorias y 155 podios en 308 carreras y siete títulos mundiales en 19 temporadas.
En 1999 nació su segundo hijo, Mick Schumacher. A los nueve años, él comenzó a correr en karts, bajo el nombre de Mick Bestch para evitar la sobreexposición por ser hijo de Michael. Fue escalando categorías hasta llegar a la Fórmula 2, en donde terminó de materializar su ingreso a la Fórmula 1 al obtener el título en 2020. Terminó firmando con la humilde escudería Haas para esta temporada 2021.
Otros casos recientes
En el último siglo han habido varios hijos de antiguos pilotos en la máxima categoría. El más resonante sin dudas es el de Jos y Max Verstappen. Solo una carrera necesitó Max con un coche competitivo para vencer estadísticamente a su padre. Jos the Boss como era apodado, llegó a la F1 en 1994 con el equipo Benetton, pero su paso no fue el esperado y sus dos podios logrados son menos recordados que el accidente que sufrió en una parada de repostaje de combustible en Hockenheim o cuando en Interlagos 2001 chocó al líder de la carrera Juan Pablo Montoya mientras era doblado. Por su parte, Max es el piloto más joven en debutar en Fórmula 1 y tiene mucho camino por recorrer.
Pasando al caso de los Magnussen, tenemos a Jan y a Kevin. El primero corrió una temporada y media para el equipo Stewart, además de una carrera con McLaren. Logró un solo punto, curiosamente en su última carrera, antes de ser sustituido por Jos Verstappen. Mientras que Kevin participó en seis temporadas completas para McLaren, Renault y Haas, logrando un podio en su carrera de debut.
El compañero de Kevin Magnussen en Renault en 2016 fue Jolyon Palmer, quien tuvo un paso por la F1 olvidable. Hijo de Jonathan Palmer, debutó ese año y fue echado del equipo antes de finalizar la temporada siguiente. Por su parte, Jonathan corrió más de 80 carreras para diferentes escuderías en los años 80 y su mejor resultado fue un cuarto puesto.
Seguimos con los casos de los japoneses Satoru (piloto de F1 entre 1987 y 1991) y Kazuki Nakajima (temporadas 2008 y 2009). Ninguno dejó su huella, pero entre ambos, quien más permaneció en la categoría y tuvo mejores resultados fue Satoru.
Por último, cabe mencionar el caso de los Winkelhock. Manfred participó en más de 50 Grandes Premios entre su primer intento en 1980 y su trágica muerte en agosto de 1985 (falleció en una carrera de sport prototipos). Su hijo Markus estaba próximo a cumplir cinco años cuando sucedió el accidente. Él también fue piloto y participó en una sola carrera, el Gran Premio de Europa de 2007, en el cual tuvo un particular protagonismo.
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