Reino Unido ha sido, durante décadas, una de las regiones del globo con los mejores fabricantes de vehículos del mundo. Y decímos vehículos y no simplemente coches, porque de allí también salieron algunas de las motocicletas más deseadas. A saber, Jaguar, Rolls-Royce, Bentley, Aston Martin, McLaren, Land Rover, Lotus, Morgan… Y podemos sumar, en motos, Vincent, Norton, Triumph, BSA, Brough Superior, Excelsior, Villiers, Velocette, AJS… La crème de la crème sobre ruedas de las que apenas quedan un puñado en activo y además, bajo control de terceras empresas, como es el caso de Bentley o Rolls-Royce –en manos de Volkswagen y BMW respectivamente–.
La industria del automóvil británica han caído en cadencia y solo hay que ver, por ejemplo, el estado actual de Jaguar, una compañía que lleva con el mismo catálogo desde hace muchos años y que no parece que vaya a cambiar próximamente. En realidad, Jaguar no pondrá nada nuevo en circulación y esperarán mientras desarrollan su tecnología eléctrica, que será la apuesta más grande que haga Jaguar de cara a su futuro. El próximo automóvil de Jaguar será totalmente eléctrico y desde ese momento, no habrá más motores de combustión interna en la firma británica, lo que bien podría ser su sentencia de muerte o, por el contrario, el revulsivo que necesita la marca.
Es evidente que Jaguar no está en su mejor momento, aunque TATA Motors, la empresa que ostenta el control de la compañía –y de Land Rover– ha inyectado mucho capital desde que se hizo con las dos marcas. Sin embargo, una serie de modelos problemáticos –la pobre fiabilidad también afectó a Land Rover– y una falta de modelos con carisma y auténticas novedades, han provocado que la marca caiga en el desinterés general. Jaguar ya no es lo que era, y puede que no vuelva a serlo nunca. Atrás quedarán modelos como el Jaguar XJ6, un coche cuyo diseño resultaba arrebatador desde cualquier ángulo y sus prestaciones, dignas de los auténticos Jaguar: deportividad vestida con el traje más elegante, pero sin perder ni un ápice de agresividad.
Aparecido en 1968, el Jaguar XJ8 fue obra de Sir Williams Lyons, un tipo que era capaz de dirigir los designios de su propia compañía, al tiempo que también diseñaba sus coches. El señor Lyons buscaba reemplazar al Jaguar MK2, al S-Type, al Jaguar 420 y al MKX de una sola tacada y al parecer, según las pruebas de la época, no solo fue capaz de lograrlo, sino que superó a dichos modelos y a todos sus rivales. Según la revista Autocar, en un test realizado en la década de los 60, Jaguar debería duplicar el precio del XJ6 y catalogarlo como el mejor coche del mundo porque “dinámicamente no tiene igual, independientemente del precio”. ¿Opiniones exageradas y muy influenciadas por su sensación patriótica? Quizá, pero también es justo reconocer que Jaguar siempre destacó por su deportividad y por su clase. Algo así como Aston Martin, pero con un catálogo más variado y no tan exclusivo.
Lyons destacó como ingeniero y entre sus peculiaridades, estuvo el compartir componentes en toda la gama de vehículos, una solución que se empleó también en el Jagar XJ6, aunque se acompañó con una gran cantidad de elementos de nuevo desarrollo. No siempre se puede vivir de lo mismo, es imprescindible evolucionar. Así, además de su sensacional diseño, la carrocería incorporaba las últimas ideas en cuanto a estructura de seguridad y reducción de NVH –vibraciones y ruidos de baja frecuencia, que por lo general, resultan molestos–. La suspensión también era nueva, con geometría antihundimiento, soportes superiores de poliuretano, dirección asistida con un servo más grande y potente y entre otras cosas, unos neumáticos desarrollados específicamente para el XJ6.
Además, se desarrolló un nuevo subchasis delantero para el motor y todo el tren de rodaje delantero, que estaba montado sobre soportes de goma. La dirección de cremallera también estaba montada en el subchasis, y era la primera vez que se usaba en un Jaguar. Se mejoró el aislamiento, la calefacción y la ventilación.
Detalles que hacían del Jaguar XJ6 uno de los mejores de su clase, aunque en realidad lo que más influía en ese, además de todo el apartado técnico, era el nuevo motor de 2,8 litros y su nueva caja de cambios manual. Los ingenieros de Jaguar prestaron especial atención a la refrigeración y se puso un esfuerzo especial en el aislamiento acústico y el sellado de puertas y ventanas.
Así, el Jaguar XJ6 se presentó ante todos como uno de los sedanes deportivos más refinados que circulaban por la carretera a finales de los años 60, llegó a conseguir el premio al Coche del Año 1969 y cuando apareció el XJ12 –con motor V12–, ese refinamiento se multiplicó por 10, al igual que las prestaciones.
El Jaguar XJ6, como el E-Type o el MK2, es uno de los modelos más icónicos de todos los tiempos, uno de los mejores coches con el felino en pleno salto adornando el capó. Ningún Jaguar posterior, si hacemos caso a los expertos en la marca, ha sido capaz de ofrecer el mismo conjunto y las mismas sensaciones.