Jensen International Automotive quiere traer de vuelta a la vida su famoso Interceptor, un modelo que se fabricó entre finales de los 60 y mediados de los 70, animado por un enorme V8 yankee. Un automóvil que hoy acapara miradas allá por donde va, sobre todo si quienes se fijan en él son iniciados en este mundillo de los coches.
Los Jensen Interceptor nunca destacaron por tener una imagen sofisticada o poderosa, no es un coche que gire cabezas a su paso, pero fue uno de los coupé más famosos de Reino Unido. Presumía de combinar la clase y la elegancia británicas, con el poderío de un motor americano, junto a los acabados de un buen Gran Turismo europeo.
El Jensen Interceptor monta un motor V8 de Chrysler con 6,2 litros y 330 CV
Jensen comenzó a fabricar automóviles cuando dos hermanos, Richard y Alan, compraron una fábrica en 1934 con la idea de crear coches para puristas. Coches de la vieja escuela en 1934, algo que cuesta un poco entender pues el automóvil, por aquella época, no llevaría más de 50 años recorriendo las calles de medio mundo (si tomamos como punto de partida el Patent motorwagen de Karl Benz). ¿Cómo sería un coche “de la vieja escuela” en aquellos años?
Una de las cosas que siempre han caracterizado a Jensen es que nunca, en ningún modelo, ha usado motores de fabricación propia. Todos los motores de Jensen han sido de Ford o Chrysler, al igual que las cajas de cambios, todas automáticas y de origen norteamericano, como la famosa Torqueflite.
No obstante, con el Jensen Interceptor se fue un poco más allá y no solo se empleó un motor estadounidense, se usó un motor al más puro estilo muscle car, un V8 de Chrysler con 6,2 litros y 330 CV, unido al cambio automático Torqueflite de tres velocidades. No era, por tanto, un prodigio de ingeniería, ni siquiera en cuanto a chasis, ya que el puente trasero era un eje rígido con ballestas semielípticas, aunque al menos incorporaba un diferencial de deslizamiento limitado Salisbury Power-Lock.
Con el Interceptor II se recurrió a un diseño italiano que también se fabricaba en Italia. La carrocería fue obra de Vignale, mientras que la fabricación corría a cargo de Touring, para luego salir rumbo a Reino Unido donde se completaba el montaje de los coches. Los primeros chasis también se fabricaron en Italia, un conjunto tubular que iba soldado a la carrocería.
También hubo versiones con el V8 de Chrysler con 440 pulgadas cúbicas, o dicho de otra forma, 7.200 centímetros cúbicos. Se ofreció en dos versiones de potencia y sólo se fabricaron 232 unidades. Algo más numeroso fue el descapotable, que primeramente se destinó a Estados Unidos y al final, también se vendió en Europa continental.
No obstante, el más interesante de todos los Jensen Interceptor fue el FF, que son las iniciales de Formula Ferguson. Básicamente, se trata de un Jensen Interceptor con tracción a las cuatro ruedas, una versión que además incorporaba un sistema antibloqueo de frenos (un ABS).
Jensen International Automotive quiere recuperar este mítico coupé, pero con ligeros cambios. Bueno, en realidad son algo más que ligeros cambios y sólo se conserva el exterior y algunas cosas del habitáculo, el resto, tanto transmisión como chasis, son nuevos o totalmente revisados.
Para la creación de los nuevos Jensen, se parte de los chasis originales, los cuales se desnudan, se refuerzan y se modernizan con nuevos cableados y elementos auxiliares. El motor deja de ser un Chrysler y se adopta un V8 de origen General Motors, concretamente un bloque de Chevrolet en dos versiones, una con compresor y otra sin compresor (LS3 y LSA). Se trata del motor del Corvette C6 en el primer caso, con 436 CV y uno de los motores que usó Cadillac en varios modelos, alcanzando los 558 CV. Ambos irán unidos a un cambio automático de seis relaciones también de General Motors.
El conglomerado americano también suministra el eje trasero o el depósito de combustible. No así en el caso del tren rodante delantero o la dirección, que son las originales pero revisadas y actualizadas. También se cambian geometrías de la suspensión, el kit de muelles y nuevas barras estabilizadoras.
Para el habitáculo se toma como base de partida el original, pero se rediseña todo y se renuevan tanto tapicerías como asientos, mandos e indicadores. Todo de una mayor calidad y por supuesto, con todos los sistemas de conectividad actuales, tales como el Bluetooth o el sistema de navegación.