Lancia está a punto de regresar al mercado, aunque la Lancia que veremos no tendrá nada que ver con la de antaño. Stellantis, el enorme conglomerado automovilístico que ampara las actividades de la firma italiana actualmente, ha planeado un futuro premium y eléctrico, en la senda de las tendencias más actuales y con un talante que hará de Lancia algo así como una marca de moda, pero en el sector de los automóviles.
En el pasado, Lancia también algo similar a una marca de moda pero sobre ruedas. Los diseños que presentaban sus coches eran algo fuera de lo común, sobre todo allá en los años 60, cuando se lanzaron al mercado coches como el Lancia Fulvia, un modelo presentado en 1963 y que tuvo muchas versiones, aunque la más recordada y deseada es el Fulvia HF, la versión más prestacional del coupé, carrocería que se lanzó al mercado en 1965.
La primera versión que salió al mercado del Fulvia, por tanto, fue un sedán, un cuatro puertas que combinaba un aspecto clásico, con volúmenes muy marcados y formas muy rectas, con algunos detalles puramente Lancia, como los detalles del frontal –faros y calandra enmarcados en una tira cromada de formas curvas– y una zaga con una personalidad muy marcada, con pilotos muy estrechos y una tira cromada que recorría todo el lateral y terminaba haciendo una curva hacia arriba, lo que influía claramente en la línea del coche. Aquel sedán era, sin lugar a dudas, un rival directo para el Alfa Romeo Giulia, uno de los sedanes más deportivos de aquellos años.
El coupé es, quizá, la versión más conocida y deseada del Lancia Fulvia, el cual, como se ha comentado, apareció en 1965, durante la celebración del salón de Ginebra. Al igual que el sedán, se basaba en la plataforma del Lancia Flavia coupé modificada y se convirtió en el arma perfecta de la firma italiana para participar en rallies, una de las competiciones donde Lancia siempre estaba presente y además, con grandísimos resultados.
La gama del Lancia Fulvia arrancó con un pequeño motor V4 de 1.100 centímetros cúbicos y 58 CV, que creció hasta los 1.216 centímetros cúbicos con la puesta en escena del coupé, que junto a una nueva configuración de la admisión y el escape, aumentó su cifra de potencia hasta los 85 CV. Nada mal para un motor de poco más de 1.200 centímetros cúbicos y nada mal para un coche que apenas pesaba 900 kilos.
En aquellos años, allá por la década de los 60 y también la década de los 70, 85 CV era una muy buena cifra para un diseñado “para las masas”. No obstante, si se quería competir con garantías, esa potencia se quedaba corta y Lancia puso en circulación los famosos Fulvia HF –por High Fidelity–, que ya pasó a rendir 88 CV gracias a diferentes cambios como dos carburadores dobles para la alimentación del motor o unos nuevos árboles de levas. También se redujo el peso hasta los 825 kilos a base de montar elementos fabricados con aluminio y la eliminación de los paragolpes –algo realmente típico en aquellos años, incluso en la calle, pues daba una imagen muy racing–.
De todas formas, aunque 88 CV era una potencia interesante para aquellos años, en competición se colocaba, todavía, como una base con poca base. Hubo que esperar hasta la aparición del H.F. de 1967, que ya presumía de un motor con 100 CV, para, poco después, recibir un nuevo motor de 1.584 centímetro cúbicos y 115 CV unido a un cambio manual de cinco relaciones. Al año siguiente apareció el H.F. 1.3S, con 91 CV, mientras que el H.F. 1.600 pasaba a rendir nada menos que 130 CV, lo que hizo de este coupé italiano uno de los más rápidos del momento, pues el peso se mantenía en torno a los 900 kilos. Fue entonces cuando el Lancia Fulvia empezó a ganar campeonatos en rallies.
No podemos dejar de lado al Lancia Fulvia Zagato, una de las creaciones más llamativas sobre el chasis del Fulvia coupé. Recibió la denominación de Lancia Fulvia Sport Zagato y se caracterizaba por tener una carrocería más ligera y aerodinámica, pues se fabricaba con aleaciones ligeras, al tiempo que se podía solicitar con los motores 1.3 d e 86 CV y 1.3S de 91 CV.
A partir de 1972 el Lancia Fulvia comenzó a perder terreno frente al sensacional Lancia Stratos, nacido expresamente para arrasar en competición hasta, finalmente, jubilar al Fulvia en 1976.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.