Los vehículos eléctricos también tienen historia y vehículos clásicos. ¿Sabías que el primer vehículo en superar los 100 km/h fue un vehículo eléctrico? Fue nada menos que hace 121 años, el 1 de mayo de 1899 en Achéres, una localidad cercana a París, donde el Jamais Contente, un vehículo dotado de una carrocería elaborada en aleación ligera y con forma de torpedo balístico conducido por el ingeniero belga Camille Jenatzy superó la por entonces mítica barrera de los 100 km/h.
Ningún otro modelo lo había conseguido antes y este torpedo con cuatro ruedas , cuya aerodinámica y estabilidad seguro que dejaban mucho que desear dada la elevada posición de conducción y la configuración del vehículo. El coche puede visitarse en el museo del automóvil de Compiègne (Francia). Pese a todo ello, el Jamáis Contente marcó un registro de 105,882 km/h, que superaba en 13,10 km/h la velocidad máxima alcanzada hasta la fecha, la acreditada en su día por el Conde Gastón de Chasselopu-Laubat el 4 de marzo de 1899, cuando con su coche dotado con un motor de combustión alimentado por gasolina “voló” a 92,78 km/h.
Pese al éxito logrado, los vehículos eléctricos cayeron en desuso, aunque no en el olvido pues fueron muchos los que desde entonces siguieron evolucionando estas mecánicas e intentaron nuevamente ponerlas al alcance de sus clientes en distintas épocas y fases de la historia, pero los intereses de la industria del petróleo y la conveniencia, seguridad y practicidad que los motores de combustión aportaban siempre ganaron la batalla, hasta que en la actualidad, los perjuicios acumulados por la combustión han provocado el creciente interés por la movilidad eléctrica.
Uno de esos fabricantes fue Peugeot, marca que ya en 1902 estudió el uso de vehículos dotados con motores eléctricos como alternativa para sus vehículos de reparto, llegando incluso a producir algunos ejemplares, aunque tal proyecto fue rápidamente abandonado dado el bajo rendimiento que los vehículos ofrecían frente a otras motorizaciones. Sin embargo, eso no hizo que el León agachara la cabeza, y sus ingenieros siguieron pensando y evolucionando su idea.
Así, en 1941, cuando durante la segunda guerra mundial el racionamiento de combustible incitó a los fabricantes a buscar nuevas energías alternativas al petróleo, la marca francesa comercializó el que sería su primer vehículo eléctrico de producción en serie, el VLV (Vehículo ligero de ciudad). Este vehículo se mantuvo en producción desde junio de 1941 hasta febrero de 1943 y de él llegaron a fabricarse 377 unidades. Con este modelo Peugeot se convirtió en uno de los primeros fabricantes en comercializar un automóvil eléctrico en su gama de vehículos de producción en serie.
Tras la contienda, el combustible volvió a suministrarse y el interés por tecnologías de impulsión distintas a los carburantes cayó notablemente. No fue hasta los años 70 y 80 del pasado siglo cuando con la llamada crisis del petróleo, el interés por la movilidad eléctrica a gran escala volvió a renovarse. Por aquel entonces, la marca del León se asoció con empresas como Alshtom y EDF (la compañía eléctrica nacional francesa) con la intención de crear versiones de impulsión eléctrica en distintos prototipos de la época de Peugeot, especialmente en los modelos de la gama del modelo 104, los que a priori por su tamaño parecían los más apropiados para ello. Los trabajos sobre los protoripos de la gama 104 para su desarrollo eléctrico contemplaban 4 variantes de modelos coupé y 3 furgonetas o vehículos de carga. Estos trabajos también se desarrollaron sobre los utilitarios Peugeot J5 y D9.
En 1983, Peugeot inició un nuevo programa en materia de electrificación, esta vez centrado en uno de sus modelos más icónicos, el 205, y en colaboración con el fabricante de baterías SAFT. Aquel programa fue el germen del que, de manera continuada, se ha venido llevando a cabo sobre los distintos sucesores del 205. De entrada, también dio paso al programa en serie del Peugeot 106, modelo con el cual el fabricante francés intentó llevar a cabo un experimento único en su momento, como fue el poner a disposición de sus clientes —mediante un sistema de autoservicio— una flota de vehículos 106 eléctricos. Así, en diciembre de 1993 nació la operación experimental denominada “50 vehículos eléctricos en La Rochelle”, el equivalente a lo que hoy podríamos considerar como un pionero de los actuales servicios de carsharing.
Entre 1990 y 2010 Peugeot va mostrando en distintos Salones y eventos del automóvil algunos prototipos en los que manifiesta su interés por la movilidad eléctrica como solución de futuro. Así, dio a conocer el prototipo del Ion en 1994, el Tulip en 1996 y el Touareg en 1996. En 2009 presentaría también un original concept car, el BB1, con motivo del Salón de Frankfurt y en 2010 llegaría otro concept realmente sorprendente, el EX1, con el cual la marca logró hasta seis récords internacionales de aceleración en exhibiciones de demostración llevadas a cabo en Monthery (Francia) y China.
Es durante estas dos primeras décadas del siglo XXI cuando la transición energética obliga a la industria del automóvil a enfrentarse a grandes cambios de cara al futuro y la electrificación de las gamas se convierte en un tema básico de cara a reducir los riesgos climáticos y medioambientales, con la mejora de la calidad del aire que respiramos como principal objetivo a conseguir. Es por eso por lo que durante estos últimos años venimos asistiendo a un elevado número de lanzamientos comerciales de nuevos modelos completamente eléctricos y de nuevas versiones electrificadas de las gamas ya conocidas en numerosos fabricantes.
En el caso de Peugeot (el que hoy nos ocupa), la marca lanzó al mercado en 2019 una gama completa de vehículos de bajas o nulas emisiones de CO2, y ha anunciado que todo su portfolio de vehículos estará electrificado al 50 por ciento antes de finalizar el presente año 2020 y al 100 por cien en 2025. El nuevo concept 508 Peugeot Sport Engineered presagia el desarrollo de una eficiente línea de modelos de producción en serie completamente electrificados y el nuevo e-208 viene anticipando el camino a seguir en el resto de series del fabricante francés.
Nueve meses después del lanzamiento de la variante eléctrica de la nueva gama del 208, los concesionarios de la marca ya muestran en sus exposiciones otras variantes eléctricas de modelos de su gama: los turismos e-2008, 508 Hybrid, 3008 Hybrid4 y los comerciales e-Expert, e-Traveler y, de manera inminente, el nuevo e-Boxer.
La evolución eléctrica Peugeot
El desarrollo de la electrificación en la gama de vehículos de Peugeot viene marcado por los principales hitos conseguidos por los principales modelos que el fabricante del León ha venido creando desde 1941, estos son los más destacados de ellos:
- Peugeot VLV (1941)
La primera gran alternativa eléctrica de la marca llegó con la II Guerra Mundial para hacer frente a la carestía de combustible y a la necesidad de realizar desplazamientos en las ciudades y centros urbanos. Este Vehículo Ligero de Ciudad (VLV) adoptó inicialmente una silueta de mini-cabriolet de dos plazas espaciadas entre sí. Estaba diseñado como un ciclocar, dotado de una ancha vía en la zona delantera y otra vía más estrecha en la trasera.
Para impulsarse recurría a la electricidad acumulada en 4 baterías de 12 V situadas en el vano delantero del VLV que aportaban la energía a un motor eléctrico de 3,3 CV de potencia que, sin diferencial, transfería el movimiento y la potencia al eje trasero. Apenas alcanzaba los 36 km/h de velocidad máxima. Gracias a la capacidad de sus baterías, el VLV ofrecía una autonomía de entre 74 y 80 kilómetros, un alcance que a la vista de los rangos que hemos tenido hasta hace muy poco tiempo resulta cuando menos especialmente sorprendente dada la tecnología disponible en su época. Quizás buena parte de ello se debiera al hecho de contar con una carrocería realizada enteramente en aluminio, lo que hacía que el coche pesara tan solo 365 kilos, baterías incluidas.
Dada la situación bélica, lo habitual fue ver tanto a médicos como a personal del servicios de correos utilizando las 377 unidades que Peugeot fabricó de este modelo entre 1941 y 1943 en su factoría de la Ille-de-France en La Garenne. El VLV dejó de producirse cuando las autoridades del régimen existente en Vichy durante la guerra prohibió su producción en 1943.
- Peugeot 106 electric (1993)
Tras la comercialización de su vehículo eléctrico J5 a empresas y otros colectivos, en julio de 1995 Peugeot inició la venta del 106 Electric, después de haber desarrollado una interesante experiencia colectiva de movilidad eléctrica en la ciudad de La Rochelle. En colaboración con EDF, la marca del león cedió durante dos años el uso de 25 unidades del modelo para que fuera probado por las calles de esta villa por particulares, profesionales y administraciones locales. El 106 eléctrico se produjo entre 1993 y 2003, aunque no tuvo mucho éxito. De los 2.798.246 unidades vendidas del 106, apenas 3.542 correspondieron a su variante eléctrica.
- Peugeot Ion Concept (1994)
Presentado en el Salón de París, el Ion era un vehículo concebido como solución factible para los desplazamientos diarios por la ciudad. Su equipamiento y confort eran bastante avanzados para la época y claramente superior a lo que los modelos de producción en serie de su tiempo y categoría ofrecían. Era un vehículo dos puertas de cuatro plazas amplias y cómodas pese a contar tan sólo con 3,32 m de largo y 1,60 de ancho. El motor era eléctrico de corriente continua de 20 kW, alimentado por la energía acumulada en baterías de níquel-cadmio.
- Peugeot Tulip (1996)
Era el coche diseñado ad-hoc para un sistema de transporte urbano libre, individual y público que se experimentó en distintas localidades de Francia. El coche trataba de aportar todo lo necesario para cubrir los desplazamientos por la ciudad, al tiempo que buscaba conciliar el automóvil con el respeto al medioambiente. Los vehículos estaban en alquiler tanto para los distintos organismos de la ciudad como para su uso por el público. A través de una oficina central se organizaba tanto la gestión del sistema, las reservas de los vehículos, el mantenimiento de las unidades disponibles y la facturación a los clientes.
- Peugeot Touareg (1996)
En el Salón del Automóvil de París, junto con sus principales novedades de aquel año Peugeot presentaba este concept car de un vehículo pensado para el ocio y el tiempo libre. Se trataba de un vehículo eléctrico todo terreno con tracción 4×4, de silencioso funcionamiento y, ante todo, respetuoso al máximo con el medio ambiente. El motor eléctrico se alimentaba de la carga de las baterías de níquel-cadmio situadas en el respaldo de los asientos delanteros. Entregaba una potencia de 35,5 kW. La mecánica eléctrica estaba asistida por otra térmica monocilíndrica que actuaba también como generador para la recarga autónoma de las baterías. Gracias a este sistema, el Touareg disponía de una autonomía de 300 km con apenas 15 litros de combustible.
- Peugeot e-Doll y Bobslid (2000)
Nuevamente el Salón de París fue el escaparate de las ideas de futuro de la marca para la movilidad eléctrica. Peugeot desarrolló su creatividad en torno al programa de desarrollo denominado “City Toyz” (juguetes de ciudad), que comprendía cuatro modelos diferentes dos de los cuales eran eléctricos: los llamados e-doll y Bobslid. El primero era un concept con capacidad para transportar a tres personas en su interior. Estaba derivado directamente del Scoot’elec, scooter eléctrico fabricado por la división de motocicletas de Peugeot.
En cuanto al otro concept, el Bobslid, era igualmente un vehículo tres plazas, dispuestas en dos filas , una delante centrada y dos traseras. Para impulsarse únicamente empleaba la energía producida por 40 motores eléctricos dispuestos en las cuatro ruedas a razón de 10 por cada una de ellas. Otra de sus peculiaridades era que en lugar de volante, el Bobslid recurría al uso de un joystick para controlar los movimientos del coche.
- Peugeot BB1 (2009)
Un concept car urbano de apenas 2.50 m de longitud con capacidad para cuatro personas a bordo e impulsión puramente eléctrica. En su momento, el BB1 representó un renovado aire en materia de diseño, arquitectura estructural, reparto de dimensiones, estilo interior, conducción y conectividad. Todo ello buscando además ofrecer el mayor respeto al medio ambiente, tanto en la fase de producción como de uso y posterior desguace y reciclaje de los materiales empleados en la construcción del vehículo. Además de ultracompacto, el BB1 también era ultraligero, pues apenas pesaba 600 kg gracias al uso de materiales como el carbono en su construcción. La autonomía de poco más de 100 km, aunque algo escasa, resultaba suficiente para un uso diario en entornos urbanos.
- Peugeot e-2008
Toda la evolución de Peugeot en materia de movilidad eléctrica se está ahora aplicando en los modelos de su gama. El fabricante francés ya comercializa el nuevo e-208 y cuenta con distintos modelos híbridos. A todos ellos se les va a añadir en breve el nuevo e-2008, un vehículo SUV ultra-tecnológico, en el que se incorpora la nueva generación del i-Cockpit 3D original de la marca acompañado de innovadores equipamientos y ayudas a la conducción.
El e-2008 ofrece 320 km de autonomía (según mediciones WLTP), una potencia de 100 kW (136 CV) y 260 Nm de par máximo de entrega inmediata (disponibles desde 0 km/h), lo que le facilita unas prestaciones de primer nivel que garantizan unas sensaciones de conducción de primera categoría.
Peugeot ha reunido algunos de estos modelos dentro de una amplia exposición sobre movilidad eléctrica en el Museo L’Aventure Peugeot sito en la ciudad de Souchaux (Francia) y que va a permanecer abierta hasta el domingo 31 de enero de 2021. La exposición también reúne vehículos híbridos de la marca, camionetas eléctricas carrozadas por Janoir en 1926 e incluso los prototipos de vehículos eléctricos basados en la serie del 202 en 1940.