El Lotus 340R es uno de esos modelos que han pasado desapercibidos para los aficionados e incluso para los amantes de la misma Lotus. Solo se fabricaron 340 ejemplares en el año 2000 y seguramente, no habrás visto uno en vivo nunca, aunque eso no quita que sea uno de los modelos más raros y más puristas y pasionales. Básicamente, porque se trata de Lotus Elise llevado al extremo de la sencillez y la ligereza.
Lotus, desde que Colin Chapman decidiera crear la compañía, siempre se centró en diseñar coches lo más ligeros posible. Eso les ha llevado a prescindir de cosas que, en otros deportivos, parecen básicas, como los asientos y elevalunas eléctricos, la dirección asistida, la tapicería de cuero, la moqueta del habitáculo… detalles nimios que no sirven para nada cuando se trata de conducir. Los Lotus no son coches populares, son coches apreciados por los fanáticos de la conducción más purista y quizá, por ello, han acabado en manos de Geely, que se ha cargado por completo la esencia de la marca.
Pero eso no es importante ahora, porque no tiene nada que ver con el Lotus 340R, un coche que apareció hace más de 20 años y todavía hoy mantiene su espectacularidad y su purismo. De hecho, es posible que hoy día sea un coche más purista todavía, en un mundo donde los automatismos y las pantallas se han vuelto más importantes, incluso en coches deportivos, que la sencilla pasión por conducir. Y para conducir, repetimos, no hace falta automatismos, ni tapicería de piel ni pantallas táctiles.
El 340R, como se ha comentado ya, partía de la plataforma y elementos mecánicos del Lotus Elise, pero llevaba la filosofía del minimalismo al extremo. Basaba su diseño en el Lotus 340 concept que se mostró en el salón de Birmingham de 1998, de forma que presenta una imagen muy radical y claramente lúdica, pues prescinde de puras o techo. Es más, las ruedas se encuentra fuera de la carrocería, como ocurre, por ejemplo, con un KTM Xbow, un coche que repite el mismo concepto del Lotus 340R, pero de forma más exclusiva y elitista al contar, entre otras cosas, con chasis monocasco de fibra de carbono. Por el contrario, el Lotus 340R tenía una estructura de aluminio.
Dicha estructura, el chasis, hace funciones portantes, es decir, que a diferencia de los automóviles convencionales, los paneles de la carrocería son una parte esencial de la integridad estructural del coche. Es un elemento de una sola pieza, diseñada para ser totalmente desmontable para facilitar el acceso a los principales componentes mecánicos.
Todo el diseño fue obra del jefe de diseño de Lotus por aquel entonces, Russell Carr, quien dirigió a su equipo hacia un concepto de coche muy radical y enfocado al disfrute en pista, aunque cabe decir que el Lotus 340R estaba homologado para circular por vías públicas, aunque la suspensión, completamente regulable, dejaba claro su talante. Curiosamente, el diseño influyó en los posteriores modelos de Lotus, como en la segunda generación del Elise, que apareció dos años después.
Como la mayoría de los modelos de Lotus, al menos por aquellos años, no tenía un motor especialmente potente. En esta ocasión, se montaba el propulsor Rover K-Series en versión VHPD –variante de altas prestaciones–, que tenía cuatro cilindros y 1,8 litros, bloque y culata de aleación –y 16 válvulas–, que rendía 177 CV a 7.800 revoluciones y 173 Nm de par a 6.750 revoluciones. Se podía pedir para uso exclusivo en pista, lo que significaba eliminar el catalizador y otra serie de restricciones, para tener una potencia de 195 CV. Puede que parezca poca cosa, pero el coche pesaba 701 kilos. La relación peso-potencia, en la versión con catalizador, es de poco más de 3,5 kilos por caballo, es una relación peso-potencia de superdeportivo.
Esa versión para pista, el llamado Track Pack, añadía cosas como un volante de liberación rápida con especificaciones de carrera, kit para adaptación de arnés de cinco puntos y un tacómetro Stack con luces de sincronización de cambios y cronometraje de vueltas.
La variante “normal”; por diferenciarla de alguna forma, equipada, no obstante, buenos componentes. Los frenos era de AP Racing, que suministraba discos performados y pinzas, mientras que Yokohama se encargaba de calzado con unos AO38R, unos neumáticos casi semi slick con compuestos específicos para el 340R.
Cuando Lotus anunció la producción del 340R, también anunció que solo se fabricarían 340 unidades. Unidades que se vendieron, todas, antes de que el primer ejemplar saliera de la línea de montaje.
La unidad que aparece en las fotos la vendió el especialista Collecting Cars.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.