Durante los años 90, Maserati tuvo momentos un tanto oscuros y complicados. De Tomaso todavía controlaba la compañía, aunque FIAT se dejó ver en los primeros compases de aquella década comprando la mitad de la marca al argentino, el cual había sacado hacía no mucho un nuevo modelo con el tridente en el frontal: el Maserati Shamal.
Por aquellos años, Maserati no se podía considerar una marca fiable, sus modelos tenían problemas y ellos eran conscientes, pero parece que también eran incapaces de solucionarlo, porque esto venía de atrás, desde el Maserati Biturbo, que fue sustituido por el Maserati Ghibli y este, a su vez, fue reemplazado por el Shamal.
El Shamal, que luce el nombre de un viento muy particular de las planicies de Mesopotamia, se convirtió en un coche de culto y actualmente, es complicado encontrar unidades por debajo de los 65.000 euros, todo lo contrario que, por el ejemplo, el Ghibli, que se puede conseguir incluso por debajo de los 30.000 euros.
Ciertamente, estos tres modelos se parecen muchísimo entre sí, aunque el más moderno en cuanto a imagen, además de ser también más agresivo, es el Maserati Shamal. Quizá por eso y por supuesto, por sus 326 CV procedentes de un V8 de 3.217 centímetros cúbicos y dos turbos. Cuando salió al mercado, el Maserati Shamal era uno de los coches más potentes y rápidos del mercado. Era un coche deportivo, rudo, exigente y, obviamente, sin electrónica de ningún tipo para dulcificar sus reacciones.
Su silueta era obra de Marcelo Gandini, que supo darle una enorme personalidad y hacer que diera la impresión que acaba de salir del gimnasio gracias a una carrocería muy musculada y a unas proporciones bastante equilibradas. Gandini supo evolucionar el diseño que dio sus primeros pasos con el Maserati Biturbo de 1982, diseñado por Pierangelo Andreani (por entonces en Giugiaro).
“Puede ser nostalgia, pero todos ellos tienen todavía un encanto que supera los defectos más mundanos”. – Declaraciones desde Maserati Fuoriserie
Ahora, después de más de dos décadas, Maserati se ha planteado el regreso del Shamal a modo de restomod. Lo han llamado “Project Rekall” y tiene como influyente a Carlo Borromeo, diseñador del Delta Futurista, la resurrección del mítico Lancia Delta HF Integrale creada por Automobili Amos.
Por el momento es tan solo una creación digital, pero podría convertirse en realidad. De hecho, desde Fuoriserie quieren que los aficionados participen en su configuración, preguntando a los seguidores en redes sociales si prefieren, por ejemplo, un motor de combustión interna o un motor eléctrico.
“El nombre Shamal siempre ha despertado nuestra curiosidad. Bajos números de producción, elegantes toques de Gandini en todos los sentidos, un pilar B estructural que actúa como una barra antivuelco adecuada, un alerón delantero colocado en la parte inferior del parabrisas que reduce la resistencia creada por los limpiaparabrisas y, por último, pero no menos importante, un excelente punto de partida para Project Rekall”. – Declaraciones desde Maserati Fuoriserie
Tal y como está el mercado, con antiguos modelos volviendo a la vida tal y como eran en sus inicios, aunque fueran hace 60 años, el Maserati Shamal podría ser una buena resurrección y así, pulir los fallos que tenía en su momento. Los restomod están más de moda que nunca, al igual que la fabricación de “coches viejos” y cosas como la “autenticidad”.
El Maserati Shamal restomodo, o “Project Rekall”, tiene hueco en el mercado. Ahora sólo falta saber si la marca tiene los recursos y los aficionados, aquellos que se puedan permitir lo que cuesta un coche de estos, tengan una buena reacción frente al lanzamiento.