Finalmente, McLaren ha homologado las cifras de aceleración del Artura, su nuevo híper deportivo eléctrico, estableciendo con ellas nuevas referencias a escala global en cuanto a rendimiento para modelos con motorización híbrida se refiere.
En su día, el McLaren P1 TM —primer hypercar híbrido— y el Speedtail Hyper-GT, marcaron los primeros grandes registros obtenidos por modelos electrificados, que permanecieron inalterados durante largo tiempo. Ahora, en esta nueva era de la movilidad eléctrica comenzaremos a ver como comienza una nueva carrera en pos de la mayor capacidad de aceleración, la mayor velocidad eléctrica, … La avanzada unidad de potencia del Artura, que combina el rendimiento de un motor gasolina con el de un propulsor eléctrico para avanzar sobre el asfalto ofrece una combinación inigualable en cuanto a respuesta al acelerador, aceleración y capacidad de cero emisiones. El Artura ha sido diseñado para sobresalir en materia de prestaciones y experiencias de conducción se refiere, tanto en los recorridos urbanos de a diario, como en sobre el asfalto de las carreteras o las pistas de competición.
Con el Artura, McLaren se posiciona en lo más alto a nivel de tecnología híbrida
Elaborado al igual que el resto del coche bajo avanzados conceptos de construcción ultraligera, el conjunto motriz del Artura se sitúa a la vanguardia del mercado en cuanto a alto rendimiento se refiere. Su diseño se ha conceptuado para aprovechar todas las ventajas que ofrecen tanto los motores de combustión interna como los que funcionan con energía eléctrica y establecer nuevas referencias en cuanto a rendimiento combinado y eficiencia se refiere entre los superdeportivos.
Además de la excelencia aerodinámica alcanzada en el diseño del Artura, minimizar su peso fue clave también para diseñar el nuevo tren motriz y alcanzar el rendimiento, la agilidad y favorecer el máximo compromiso con el conductor del coche que cualquier McLaren ofrece. El Artura rompe por completo con la tradición V8 que estableció el McLaren 12C, el primer deportivo de la marca. Por primera vez, el corazón de un modelo de la marca es un motor V6 de combustión interna de 3.0 litros de capacidad. Se trata de un propulsor completamente nuevo desarrollado por los ingenieros de McLaren específicamente para ser incorporado en el Artura.
El nuevo motor no solo ofrece un elevado rendimiento, también una excepcional compacidad. Para reducir el centro de gravedad del coche, el cigüeñal debía de ir a la altura más baja posible, por ello, en lugar de un ángulo de apertura de 180º en la “V” que conforman los cilindros los ingenieros de Woking optaron finalmente por establecer una apertura a 120º, dado que además también aportaba espacio suficiente para integrar los dos turbocompresores dentro de los bancos en una configuración de V caliente. Gracias a ello, se obtienen importantes beneficios a la hora de expeler los gases de escape, dado que este se sitúa de manera más recta, lo que favorece un circuito de salida sin apenas restricciones.
El nuevo bloque V6 genera 585 CV de potencia máxima y la misma cifra de Nm de par. Es 190 mm y 220mm más corto y estrecho respectivamente que el V8 doble turbo de 4.0 litros que tradicionalmente utilizaba McLaren en sus hiperdeportivos para lograr rendimientos semejantes. Este cambio no sólo aporta importantes ventajas en cuanto a compacidad y eficiencia, también implica nada menos que una reducción de 50 kilos en el peso del motor y, por tanto, del vehículo.
Pero las mejoras que esta mecánica V6 aporta frente a la habitual V8 van más allá de la propia configuración del motor, dado que los ingenieros han aplicado sobre el mismo su maestría para dotarlo de nuevas e innovadoras tecnologías a nivel interno que han permitido igualmente alcanzar las ganancias en peso y rendimiento antes mencionadas. Así, la culata y el bloque de cilindros cuentan con núcleos que han sido impresos mediante tecnología 3D, que favorece un enfriamiento del material más homogéneo y preciso incluso en los pasos microcompactos de apenas 2 mm con los que cuenta entre los cilindros. Esto permite que el bloque cuente con los orificios principales revestidos directamente en lugar de con los revestimientos por separado, algo especialmente importante en espacios donde el combustible se inyecta a presiones de 350 bar.
El nuevo bloque V6 es un motor especialmente refinado. Cuenta con distribución por cadena en su parte trasera y se ha realizado una importante labor sobre él tanto para reducir los ruidos de su funcionamiento como las emisiones a través del filtro de partículas. Su entrega de par se envía a las ruedas del eje trasero mediante una nueva transmisión de ocho relaciones de marcha que también ha sido diseñada especialmente para ofrecer la mayor compacidad posible y ocupar como la mecánica el menor espacio posible a bordo del Artura. Para ello, el grupo de engranajes se ha reducido en 40 mm gracias al uso de un embrague anidado en lugar de disponer de una unidad paralela, al tiempo que una importante innovación de los ingenieros de McLaren ha permitido prescindir de la marcha atrás, encargándose ahora el impulso proporcionado por el motor eléctrico del Artura funcionando en sentido contrario de dotar del impulso necesario al Artura para circular hacia atrás.
El ultracompacto motor va dispuesto completamente integrado en la caja de la campana de la transmisión, lo que facilita la transferencia tanto de par al eje como la aceleración lineal a través de un diferencial eléctrico a ambas ruedas del eje trasero. El Artura cuenta con un diseño del funcionamiento del motor eléctrico mediante un flujo axial a través de imanes. Su diseño también es muy compacto y similar en tamaño al de uno de los discos de freno del McLaren. Apenas pesa 15,4 kilos y, aunque es más pesado que algunos componentes convencionales, como puede ser un rotor de hierro de los que habitualmente se usan, lo cierto es que permite generar hasta 95 CV y 225 Nm adicionales que se suman al rendimiento del motor gasolina V6 antes descrito.
El funcionamiento del motor eléctrico permite dotar al Artura de una autonomía de hasta 30 km en uso exclusivamente eléctrico y muy silencioso. Rango que alcanza gracias a la energía eléctrica acumulada en una batería de alta densidad de iones de litio compuesta por cinco módulos de 7,4 kWh que se encuentra completamente integrada en la estructura del chasis MCLA (McLaren Lightwight Architecture) del Artura justo por debajo del piso por detrás del conductor protegida en tres de sus lados por la estructura de fibra de carbono y en su parte trasera por el propio motor del coche. Una disposición especialmente eficiente, pues además de permitir una optimización del centro de gravedad del coche, beneficia la agilidad dinámica del mismo gracias a una mejora del momento polar de inercia que favorece.
Pero hay más. La batería híbrida está asentada sobre un colector de refrigeración que comparte con el nuevo sistema eléctrico de calefacción, ventilación y aire acondicionado que también se emplea en el Artura para controlar la temperatura del aire en el habitáculo. El Artura incorpora la misma tecnología que en su día se desarrolló para el McLaren Speedtail, que permite, mediante aceite dieléctrico, controlar su temperatura y la del motor eléctrico para mantenerla en los mejores niveles de funcionamiento y, así, lograr el más elevado nivel de rendimiento posible en todo momento.
La batería del Artura precisa de sólo 2.5 horas de conexión para cargarse hasta el 80 por ciento de su capacidad en un enchufe EVSE de uso convencional. La propia batería se encarga de administrar cuidadosamente su carga para evitar que, en ningún caso se quede descargada por completo y pueda disponer siempre de algo de carga en reserva para dar marcha atrás o arrancar el motor, aunque este permanezca desconectado durante períodos prolongados de tiempo. McLaren garantiza la batería del Artura durante 6 años o 75.000 km.
El conductor del Artura puede elegir en todo momento el motor que impulsa el coche, priorizando bien la autonomía bien la potencia, o eligiendo apagar el motor de combustión interna para favorecer un funcionamiento silencioso y cero emisiones. La batería del Artura puede igualmente recargarse hasta el 80 por ciento de su capacidad desde niveles bajos de carga en apenas unos minutos circulando en condiciones normales, lo que asegura que el Artura esté siempre dispuesto a cambiar a un modo de impulsión exclusivamente eléctrico.
Gracias al potencial que tanto el motor de combustión como el eléctrico aportan al Artura, éste alcanza una velocidad máxima limitada electrónicamente de 330 km/h. El Artura acelera de 0 a 100 km/h en apenas 3.0 segundos. Partiendo de parado, pone la aguja a 200 km/h en 8,3 segundos y en los 300 km/h en 21,5 segundos, cifras todas ellas espectaculares que sin duda contribuyen a hacer de él uno de los hiperdeportivos híbridos más atractivos del momento.
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