La industria del automóvil británica siempre ha sido una de las principales referencias mundiales, tanto por historia como por cultura o incluso apoyo político. Pero, sin embargo, el devenir de sus fabricantes no ha corrido la misma suerte, como también ocurrió con la industria de la moto, y al final todos han acabado siendo controlados por terceras empresas externas a Reino Unido.
Una de las empresas peor parada fue Rover y MG, las cuales, acabaron en manos chinas perdiendo totalmente su personalidad y su presencia en Europa. Rover es ahora Roewe (el sello Rover es propiedad de Ford, que la mantiene inactiva), un fabricante chino que no llega a Europa y que poco tiene que ver con la “vieja” Rover. Por otro lado, está MG, desgajada de Rover y en plena expansión europea en su nueva etapa bajo el control de SAIC (mismos propietarios de Roewe).
El Xpower SV es una de las máquinas más bestias con el sello de MG, aunque también uno de los deportivos con peor nacimiento de los últimos años
MG tiene un pasado deportivo por todos conocido, un pasado que por ahora queda totalmente olvidado al apostar por modelos actualmente muy populares, como los SUV con mecánicas electrificadas. No sabemos si algún día volverá a tener modelos con el talante pasional que tenían antes, pero para aquellos que quieran un MG deportivo, puede recurrir al mercado de ocasión y buscar cosas como el radical MG Xpower SV, una de las máquinas más bestias con el sello de MG, aunque también uno de los deportivos con peor nacimiento de los últimos años.
Corría el año 2001, verano, cuando se dio a conocer el MG X80, un prototipo que buscaba la creación de un superdeportivo británico, al más puro estilo británico: recurriendo a un propulsor americano. No era el mejor momento para un modelo de esas características, pues MG Rover estaba al borde de la catástrofe, con ventas en aumento, pero sin beneficios. También compraron la empresa Qvale, un pequeño fabricante italiano relacionado con Alejandro de Tomaso.
La última creación de Qvale, el Mangusta (en homenaje al modelo original de los años 60), sirvió de base para el mencionado MG X80, el cual acabó derivando en el MG Xpower SV, un deportivo de producción de 4,5 metros de longitud y el mismo V8 yankee equipado por el prototipo presentado en 2001. Era un V8 de aspiración natural, con 313 CV, cambio manual y capacidad para completar un sprint desde parado en 5,4 segundos.
Como cabe esperar, llamó mucho la atención, era un coche con un diseño llamativo, diferente a lo acostumbrado en el segmento, pero se hizo famoso por estar subdesarrollado. Algo lógico, no obstante, por la falta de liquidez que tenía MG en esos momentos. La prensa criticó el mal comportamiento a bajas revoluciones o la bajísima calidad de su fabricación, en especial lo espartano del habitáculo y en el poco esmero en los ajustes.
Aun así, tenía algunos detalles técnicos muy interesantes. Por ejemplo, el chasis, fabricado con acero, estaba vestido con una carrocería fabricada con fibra de carbono. Tenía un esquema de suspensión de paralelogramo en ambos ejes, los frenos contaban con pinzas Brembo y las llantas las suministraba OZ (desmontables en 18 pulgadas).
Igualmente, se esperaba una versión super potente, equipada con el motor del MG ZT-T Bonneville, que había sido diseñado para batir récords de velocidad en las famosas salinas de Bonneville (entró en el libro Guinness como el familiar más rápido del mundo, al alcanzar los 361 km/h). Hablamos de un V8 6.0 que podía llegar a los 765 CV que prometía prestaciones de órdago. Sí que hubo, al menos, una segunda versión, el MG XPower SV-R, que aumentaba la potencia del motor hasta los 385 CV.
MG entró en bancarrota en el año 2005, cuando se habían fabricado solamente 82 unidades. La producción de este coche se hacía en dos partes. Primero en Turín, donde se dejaba montada la mayor parte del vehículo y luego en Longbridge, donde se aplicaban los últimos detalles y se mandaba el coche a su propietario.
No obstante, aunque MG fuera adquirida por Nanjing Automobile, el MG Xpower tuvo una segunda oportunidad. Un entusiasta británico llamado William Riley, se hizo con un puñado de unidades, insignias y diferentes piezas, dando lugar al que se llamó MG Xpower SV-S y que además de ser más rápido que el original, también eliminaba algunos de sus defectos, como los trompicones circulando a baja velocidad.
Estéticamente era idéntico al XPower SV de MG, pero internamente había varios cambios. El primero era la adopción de un supercargador para el V8 de Ford, que se desmontaba y se reconstruía a mano por completo. La potencia en este caso llegaba a los 520 CV, que se veían acompañados por una nueva configuración de muelle y amortiguador, así como un control de tracción recalibrado y un diferencial de deslizamiento limitado. También se desarrolló un descapotable.
De todas formas, esta aventura fue cortada de raíz por Nanjing Automobile, quien demandó a Riley por usar el sello de MG sin su consentimiento.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.