No fueron precisamente pocos los que pusieron el grito en el cielo, cuando Mitsubishi anunció que dejaría de fabricar el Lancer y su versión Evolution tras 10 generaciones. La última fue la menos racing y la menos radical, perdiendo además la numeración en su denominación. Incluso había rumores sobre el malestar de Mitsubishi con los aficionados, que al referirse al modelo lo llamaban como “EVO VI”, “EVO VIII” … pero nunca como Mitsubishi Lancer.
La última evolución (nunca mejor dicho), se creó casi como una tradición, una rutina que llevaba cumpliendo desde la década de los 90. No obstante, las anteriores generaciones tenían como único motivo de existencia, la homologación de la versión de competición. Esto es, posiblemente, una de las necesidades impuestas por la FIA, que ha servido para la creación de algunos de los mejores coches de la historia, o al menos, de los más deseados por los aficionados.
El Tommi Mäkinen Edition era una serie limitada hecha sobre la base del Mitsubishi Lancer Evo VI
El Mitsubishi Lancer Evolution, el cual comenzó a venderse en Europa a partir de la quinta generación, era un sedán que no escondía sus intenciones, con una carrocería ensanchada, grandes entradas de aire, un llamativo alerón trasero y un motor de cuatro cilindros 2.0 Turbo, que se servía de una tracción total para fulminar a casi cualquier vehículo con el que se cruzara en un tramo de rallyes. No tardó mucho en convertirse en un objeto de deseo, el coche de los “quemadillos” y en un coche que muchas veces ha terminado siendo carne de cañón.
Dada su buena base para las preparaciones y potenciaciones, el Lancer Evolution ha sufrido infinidad de transformaciones, en ocasiones poco acertadas y excesivas, haciendo que encontrar una unidad en buen estado y poco “trillada”, sea un arduo trabajo. También han sido carne de carreras, acabando muchas unidades en los tramos de los nacionales y provinciales de rallyes. No en balde, ese era su motivo de existencia, ¿no?
Es interesante ver la evolución de este modelo a lo largo de los años, prestando atención a las opiniones de la prensa especializada y a lo que se dice en foros, donde se habla de unidades que incluso han superado los 500 CV con una “buena preparación”. Al mismo tiempo que se convertía en un coche de culto y las unidades en buenas condiciones escaseaban, los precios subían y subían hasta llegar a límites bastante irracionales. Se puede aceptar, hasta cierto punto, que se pida hasta 40.000 euros por un Lancer Evolution VII en buen estado, incluso podemos aceptar que haya usuarios que quieran la misma cifra por un Evolution V o un Evolution VI, pero una subasta en Reino Unido ha roto todos los récords y posiblemente, siente tendencia.
La subasta era del importador británico de Mitsubishi, que ha vendido sus coches clásicos entre los cuales había varios Lancer EVO. Y entre esos EVO, había uno muy especial, de hecho, uno de los Lancer Evolution más especiales de toda la saga, el Tommi Mäkinen Edition. Se trata de una edición especial lanzada al mercado en 1999, una edición limitada para conmemorar los éxitos de Mäkinen con la firma japonesa, ganando su cuarto mundial de rallyes consecutivo.
“Guau. Tener un coche que lleva tu nombre es algo grande. A lo largo de los años, he hecho una serie de sugerencias para el Lancer Evolution, haciendo hincapié en la importancia de facilitar el máximo control y diversión, además de brindarle altos niveles de rendimiento. El Lancer Evolution logra un hermoso equilibrio entre todos los parámetros de rendimiento y es el modelo perfecto para volver a escribir el libro de récords del WRC” – Tommi Mäkinen hablando sobre el hecho de ponerle un nombre a una edición especial del Lancer Evolution.
Era una edición limitada sobre la base del Lancer Evolution VI, el cual, contaba con algunas modificaciones que lo hacían todavía más eficaz. Mantenía el propulsor 2.0 turbo (1,997 centímetros cúbicos) con 16 válvulas, intercooler y una potencia de 280 CV a 6.500 rpm, junto a un par de 373 Nm a 2.750 rpm. Contaba con un cambio manual de seis relaciones y un sistema de tracción total que le permitían ir como alma que lleva el diablo por los tramos más complicados. El turbo, por ejemplo, era una unidad de titanio con un compresor pequeño, la tracción total añadía un diferencial trasero de deslizamiento limitado con embrague multidisco y control de guiñada (Active Yaw Control) así como una suspensión puesta a punto especialmente con la ayuda de Mäkinen.
Incluso contaba con cambios en el exterior, como los paragolpes con mejor aerodinámica, las llantas más ligeras con 17 pulgadas (compartían el diseño del Grupo A de rallyes) y unos frenos Brembo con pinzas de aluminio con cuatro pistones delante. También había asientos Recaro, nuevos tapizados… todo por un precio de la época que superaba los 6.000.000 de las antiguas pesetas. Exactamente, 6.300.000 pesetas las versiones más baratas, unos 55.000 euros actuales que, sumando la inflación, equivale aproximadamente a 79.333 euros.
Una cifra que, curiosamente, no está muy lejos de lo que ha obtenido el importador británico de Mitsubishi por su Lancer Evolution VI Tommi Mäkinen, el cual ha cambiado de manos por 115.000 euros. ¿Una cifra exagerada o totalmente correcta? Esto sentará precedente y no será raro ver como los Evo VI Mäkinen suben su cotización como la espuma…
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