Desde finales de los años 60 y durante toda la década de los 70, Plymouth, marca vinculada al grupo Chrysler, produjo un muscle car de altas prestaciones cuyo nombre hablaba a las claras de las expectativas que el fabricante americano tenía puestas en él: Road Runner.
El correcaminos, esa ave a la que el coyote persigue de continuo por el desierto y que nunca cazará debido a su endiablada velocidad era el apelativo perfecto para un modelo con el que Plymouth quería crear un vehículo capaz de hacer el cuarto de milla (402 m) en 14 o menos segundos.
Plymouth se empeñó en ello, y lo hizo pese a contar ya con un modelo semejante, el GTX, aunque no de tan elevadas aspiraciones prestacionales. Así nació el Plymouth RoadRunner, un muscle car con motor delantero longitudinal y propulsión trasera que rápidamente atrajo el interés de la juventud y aficionados norteamericanos.
Para utilizar el nombre del dibujo animado de la Warner. —y el propio dibujo, que tantas veces ha utilizado en su publicidad— Plymouth pagó 50.000 dólares en 1968 a Warner Brothers. Cantidad que tuvo que incrementar en otros 10.000 para poder desarrollar una bocina que emitiera el característico Bep bep con el cual el correcaminos se burla de continuo de su perseguidor, el coyote.
El Road Runner se presentó en 1968. Era un modelo en cuyo desarrollo se utilizaron partes y componentes de otros modelos de la marca ya existentes, pues una de las grandes bazas que Plymouth quería jugar era la del precio, de ahí su intención de hacerlo asequible desde el inicio.
Para ello partió de la plataforma B-Body de Chrysler que ya por entonces utilizaba la marca en modelos como el GTX o el Satellite. Y a partir de ella produjo un modelo caracterizado por una gran sencillez en sus planteamientos, con un interior simple y sin alharacas de ningún tipo y sin apenas opciones que poder añadir a su parco equipamiento de serie.
Su dotación de elementos era prácticamente espartana. Por no llevar, no llevaba ni alfombrillas. La palanca del cambio se montaba directamente sobre el piso del coche, con apenas una protección de caucho y en una posición que resultaba especialmente molesta para uno de los ocupantes del coche.
Comercializado inicialmente como un modelo coupé de tan sólo dos puertas y con un pilar entre la zona delantera y trasera dispuesto entre la parte delantera y trasera de sus ventanas, apenas un año después de su lanzamiento llegaría una variante descapotable dotada con un HardTop y carrocería también de dos puertas.
Su desarrollo se basó en el del Belvedere (el GTX se había desarrollado a partir del Satellite), un coche más aspiracional y de mayores niveles de acabado, con lo cual el cruce comercial quedaba claramente al margen en el posicionamiento de ambos modelos en la gama del fabricante americano.
Para impulsarse, el RoadRunner recurria al uso de un motor Chrysler de la serie B. Un V8 de 6,3 litros de capacidad y 340 CV de potencia máxima que aportaba 576 Nm de par. Por unos 800 dólares adicionales, Plymouth también ofrecia el coche con el conocido motor V8 HEMI de la marca, un 7.0 litros de 430 CV de potencia y 665 Nm de par máximo, con el cual el asalto al cuarto de milla no planteaba problema alguno.
A una velocidad media de 169 km/h, el RoadRunner “volaba” para recorrer los 402 metros en apenas 13,4 segundos. Un registro que no pasó inadvertido y que provocó un enorme interés sobre el modelo, hasta el punto que de las 2000 unidades que Plymouth aspiraba a vender en 1968 se paso nada más y nada menos que a comercializar 44.599 unidades. Y ello pese a que Dodge presentó su modelo Super Bee ese mismo año.
Nuestro interés por este modelo viene dado por el restomod que a partir de él ha elaborado Kevin Hart, el conocido humorista y actor norteamericano. Un gran amante de los vehículos de altas prestaciones y especialmente interesados en los muscle cars norteamercanos de los años 60,70 y 80.
Una de las últimas adquisiciones que ha incorporado a su amplia colección es el Plymouth RoadRunner del año 69 que se aprecia en las imágenes que acompañan a estas líneas y cuyo principal atractivo se encuentra bajo su capó delantero, donde se oculta un motor de 7.0 litros de capacidad que desarrolla unos nada despreciables 940 CV, casi los mismos que ofrece un superdeportivo como el aclamado Bugatti Veyron.
El RoadRunner de Kevin Hart no es un modelo orginal, sino un restomod cuya restauración ha corrido a cargo de Savaggio Desing, un estudio de diseño americano que ha elaborado a medida el coche siguiendo estrictamente los deseos del actor y humorista.
El coche mantiene el aspecto general del modelo original, pese a que para ello ha sido preciso crear numerosas piezas nuevas para su carrocería que además han precisado de ajuste especiales. Del modelo original apenas se conserva el techo, las puertas, los guardabarros, y los paneles de los cuartos traseros del coche.
Todo ello se ha montado sobre un bastidor que también ha sido personalizado para satisfacer los deseos de Hart. Se le h dotado de piezas nuevas en los pisos del coche, Cuenta con nuevo cortafuegos, soporte del radiador, nuevos cubos para alojar las ruedas, un maletero elaborado en fibra de carbono al que se le ha añadido una toma de aire central, y jaula antivuelco integrada.
Y, siguiendo la estética de la época se le ha dotado de distintos elementos acabados en aluminio para mejorar su imagen de acabado. Por ejemplo, la parrilla elaborada en tres piezas, los marcos de las luces traseras o el espejo de la puerta del conductor y las manijas que abren estas.
El trabajo llevado a cabo ha sido muy completo, tanto a nivel estético como mecánico y el resultado alcanzado es ciertamente espectacular. Para sus deseos, Hart partió de la imagen que el coche proyectaba a través de la unidad que aparece en la película Halloween de Mike Myers, en el cual el color negro adquiere especial protagonismo.
Como aquel, monta llantas HRE de 18 pulgadas con un diseño de corte retro elaborado a partir del uso de dos aros concéntricos en color rojo. Una combinación cromática ciertamente llamativa que, además, Hart ha querido igualmente que se repita en el interior del coche, donde predomina el negro con el rojo en contraste que se aplica a las costuras de la tapicería de cuero, el volante o el pedalier.
Para mantener mejor la apariencia vintage del conjunto se ha dotado a las llantas con cubre llantas HRE y tapacubos de palanquilla de tres piezas, así como con un completo equipo de frenado firmado por el especialista Brembo.
La mecánica es la ya mencionada 7.0 litros V8 HEMI, un bloque híbrido elaborado a partir de componentes procedentes de otros bloques Demon y Hellphant, cuyas partes internas han sido especialmente reacondicionadas. Manivela, pistones, bielas, árbol de levas y las cabezas de los pistones son completamente nuevos.
El motor ha sido objeto de numerosas modificaciones a fin de incrementar su potencial. Así, se le ha dotado de un sistema de sobrealimentación Whipple de 3,8 litros, reforzado los pistones, incorporado las cabezas de los cilindros del Dodge Damon y acoplado una nueva transmisión manual de seis relaciones de marcha Tremec 6060 que envía todo el potencial del motor al eje trasero del coche. La suspensión ha sido rebajada a base de recortar sus muelles y torretas y en la delantera se ha integrado la X-Gen 595 de Detroit Speed & Engeneering
La personalización del RoadRunner de Kevin Hart se ha llevado incluso más allá del propio vehículo. El actor ha recibido una serie de elementos elaborados con el material sobrante de los distintos componentes del vehículo. Así, cuenta con unas nuevas deportivas Nike Air Max 1 cuyo diseño se ha elaborado a juego con el del coche, a partir del cuero sobrante de la elaboración de la tapicería de los asientos y con piezas de fibra de carbono e insignias Roadrunner en aluminio excedente del utilizado para la carrocería.
Y con el sobrante del cuero salpicado de naranja que se ha utilizado para guarnecer la cabina le han elaborado un cinturón y una billetera, aunque esta no podrá llenarla en algún tiempo dado el elevado precio pagado por la restauración efectuada, cuya cuantía el propio Hart no ha querido desvelar…
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