Los restomod son creaciones sumamente especiales, coches que buscan combinar el encanto y sabor de lo viejo, con tecnología, construcción y calidad modernas. No todo el mundo lo entiende y hay incluso quien piensa en el restomod como una forma de estropear un clásico, pero como en todo, hay niveles, en ocasiones muy superiores a lo que es capaz de crear cualquier fabricante.
El restomod es un movimiento muy popular en Estados Unidos, donde cualquier automóvil es un posible proyecto de restauración y modificación, pero en Estados Unidos la cultura del motor es muy particular y diferente a lo que entendemos en Europa como pasión por los coches. De allí llegan algunos de los mejores especialistas en este segmento, como Singer, uno de los especialistas más famosos en esto de los restomod. Singer se centra siempre en creaciones con base Porsche.
Emory Motorsport es un especialista estadounidense en restomods sobre Porsche 356
De Estados Unidos también nos llega Emory Motorsport, otro especialista en restomod y sí, también en Porsche, alcanzando una calidad de fabricación absolutamente alucinante. Además, al igual que Singer, sus creaciones son de tal nivel que se les podría considerar fabricantes y no un taller especialista. Sobre todo si nos fijamos en sus criaturas más elaboradas, como por ejemplo el Emory 356 RSR. No obstante, cabe destacar que Emory trabaja principalmente sobre base Porsche 356, y creednos cuando decimos, que el cuidado por el detalle y de la personalidad del coche, es exhaustivo.
“El RSR es un pequeño hot rod sin límites. Demasiadas personas están preocupadas por lo que pensarán los demás. Quiero fabricar coches como más me guste; a algunos les va a encantar y a otros no les va a gustar, pero al final del día creo que la gente lo apreciará, pase lo que pase, por el nivel de detalle, la mano de obra y la artesanía que se utilizó para hacerlo” – Rod Emory, CEO y propietario de Emory Motorsport
Se puede ver a simple vista que el Emory 356 RSR es algo muy, muy especial. Con sólo fijarse en la parte trasera, donde todo es prácticamente nuevo y donde asoman dos turbos que no son precisamente pequeños. Y sí, todo empezó con un Porsche 356, aunque uno en un estado bastante calamitoso. Concretamente, la base de partida es un Porsche 356 B de 1960, cuya carrocería estaba bastante oxidada y su habitáculo no estaba en mejor estado. Sin embargo, esto no era importante, porque según Rod Emory, querían sacar las mejores piezas de varios modelos y años de Porsche y unirlas en un paquete que fuera divertido, emocionante y alucinante.
La carrocería original fue casi desechada y se crearon nuevos paneles de aluminio. No se respetó al 100% las formas del modelo, pero querían hacer algo muy especial y se tomaron la libertad de modificar todo lo que fuera necesario. Aunque se guardó mucha coherencia con las líneas originales del coche y el diseño, en general, podría pasar por un coche de la década de los 60. Además, algunas secciones se enrollaron a mano en una rueda inglesa, un proceso similar al utilizado en la fábrica original Gmünd.
Dicha carrocería se acopló al chasis de un Porsche 964 C2 de 1990, permitiendo añadir otros componentes como unas suspensiones KW más rígidas y racing, neumáticos más anchos y de paso, aprovechar los frenos del 964.
El lo referente al motor, se parte de un bloque de 964, pero en lugar de tener seis cilindros, sólo tiene cuatro. Rothsport Racing creó un nuevo bloque de cuatro cilindros y un nuevo cigüeñal para poder realizar la transformación. Al mismo tiempo, se añadieron dos turbos Garrett montados al estilo del Porsche 935, que permiten un rendimiento más que respetable con una potencia que ronda los 400 CV.
“Hay un estilo que recuerda a los viejos Abarth de carreras, está la sección de cola del 935, cosas del 996/997 en el frontal y el área de los faros; incluso MOMO nos fabricó llantas exclusivas con tuerca central estilo 935/956” – Rod Emory, CEO y propietario de Emory Motorsport
No cabe duda que el trabajo llevado a cabo por Emory es algo fuera de lo normal, aunque más que un Porsche 356, es un Porsche 964 transformado. Al menos se ha mantenido el estilo en el habitáculo del 356, con un salpicadero de mínimo tamaño, un volante de tres radios tapizado en piel (el mismo, por ejemplo, que emplea Singer) o unos asientos de carreras sin reposacabezas. Sin embargo, nada es original, todo ha sido creado ex profeso. El salpicadero y los pedales, por ejemplo, se fabrican con fibra de vidrio ámbar, el selector del cambio tiene un pomo de un Porsche 935 y los asientos son fabricados a medida y tapizados con un material similar al Nomex, muy parecidos a los usados en el Porsche 908.
Emory asegura que es un coche con el que rinde homenaje a la historia de Porsche en el automovilismo, pero también es un coche claramente californiano.
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