El mítico circuito Twin Ring Motegi, construido por Honda en 1997 a unas dos horas de Tokio, es de sobra conocido entre los aficionados a las carreras de Fórmula 1 o de MotoGP. Lo que no saben muchos es que el circuito de Honda no es sólo un lugar de peregrinación para los fans del motor, sino también un parque de atracciones en plena naturaleza con mucho encanto para toda la familia.
En estos tiempos en que hemos tenido que aplazar todos los planes de viajes por la pandemia del coronavirus, os proponemos una visita “imaginada” a esta fábrica de sueños donde el todo lo relacionado con el mundo del motor se convierte en magia. Y si en el futuro tienes la ocasión de visitar Japón, ¡no dudes en incluirlo en tu itinerario!
El Honda Collection Hall, la joya de la corona
Sin duda, el principal motivo que atrae a visitantes de todo el mundo a pasar por Motegi es el Honda Collection Hall, tres pisos repletos de sueños, historias y más de 350 modelos míticos de Honda en todas sus formas. El museo reúne la mayor colección de productos ingeniados por la marca desde sus inicios, ¡un verdadero paraíso para los fans del motor!
Si te apetece echarle una ojeada en estos días en los que debemos aguantar las ganas de explorar el mundo por el bien de todos, Honda te ofrece la posibilidad de hacer desde tu sofá el tour completo por las tres plantas del museo, gracias a la función Photo Sphere de Google Street View. No te pierdas mitos como la RC143, la primera moto Honda en ganar un GP de motociclismo (el de España de 1961); el RA271, el primer monoplaza F1 de Honda, o el S500, el primer turismo fabricado por la compañía.
Un bosque muy activo
El circuito está rodeado de bosque, que forma parte de las propias instalaciones. Un entorno magnífico para pasear por la naturaleza, o embarcarse en las atracciones guiadas del Mobi Park, llamadas Dokidoki e Itadaki. Itadaki es un laberinto de madera pensado para que niños y adultos lo recorran en unos 30 minutos, una especie de gymkana en la que hay que conseguir sellos a la vez que aprendemos sobre el ecosistema de la región: las abejas, los murciélagos, las serpientes… Dokidoki, en cambio, es una carrera de obstáculos que incluye cuerdas, puentes colgantes, escalada sobre las rocas… Hay dos niveles de dificultad y, de todas maneras, si la cosa se pone demasiado dura, hay numerosas salidas para escaparse sin tener que llegar al final. Eso sí, ¡hay que asegurarse de ir bien equipados y con el calzado adecuado!
A parte de estas dos atracciones, el bosque ofrece muchas más oportunidades de diversión. Especial mención merece la tirolina de 500 metros, una de las más largas del país nipón, que sobrevuela el bosque a 20 metros de altura y ofrece una vista de pájaro sobre el circuito de carreras absolutamente extraordinaria.
¡Todos a sus volantes!
Los fines de semana en los que no hay competición, el Twin Ring Motegi se abre a pilotos de todas las edades. Hay un sinfín de actividades para los más pequeños, aunque los no tan pequeños también pueden disfrutarlas. Mini-circuitos, karts, simuladores… Incluso hay una Escuela Honda de Conducción y la Escuela Honda de Motociclismo, que ofrecen talleres de seguridad tanto para padres y madres como para niños y niñas.
Hay actividades para todos. Los pilotos más pequeños pueden subirse con un adulto en la carrera de obstáculos Acro-X y aprender sobre seguridad vial en el circuito del bosque, mientras los niños más mayores (de 8 años en adelante), disfrutan de las motos eléctricas en un circuito hecho a su medida. Por supuesto, ¡todos siempre bien protegidos con cascos, rodilleras y protectores de codos! Palabras mayores son las atracciones para las niñas y niños que ya midan más de 135 centímetros: ¡ellos sí que cogerán velocidad en los circuitos Drift S y Dream Kart!
Y lo mejor: si queréis disfrutar al máximo las actividades que el circuito ofrece para toda la familia, ¿por qué no hacer noche en el mismo Hotel Twin Ring?