La década de los 80 no fue benévola con Alfa Romeo, durante esos años, la marca se ganó a pulso la mala fama que ha estado arrastrando hasta nuestros días, gracias a unos coches que adolecían de fallos que acabaron con toda su credibilidad. Una situación que arrancó algo antes, en los años 70 con el Alfasud y que se logró corregir cuando FIAT se hizo con el control de la marca. FIAT compró Alfa Romeo en 1986 y comenzó una reestructuración, acometiendo algunos cambios que tuvieron como resultado los Alfa Romeo 164 en 1988 (se comenzó con el desarrollo antes de la llegada de FIAT, pero estos desestimaron muchas cosas y cambiaron el proyecto), así como los Alfa Romeo 155, 145 y 146, que ya compartían muchos elementos con otros modelos de FIAT.
El último Alfa “auténtico”, por así decirlo, fue el 75, que se lanzó al mercado en 1985, que recibía su nombre para rendir homenaje al 75 aniversario de la Anonima Lombarda Fabbrica automobili y que, además, sería el último Alfa Romeo de propulsión hasta la llegada del Giulia mucho tiempo después (el 8C Competizione y el 4C no cuentan, son deportivos puros, no turismos “convencionales). El 75 estuvo en producción hasta 1992, siete años de vida comercial que permitieron colocar 386.387 unidades.
A groso modo, el Alfa 75 era básicamente lo que se entendía en aquellos años como un Alfa Romeo. El diseño, cargado de personalidad, fue obra de Ermanno Cressoni, que salvó muy bien algunos escollos de tener un bajo presupuesto (el perfil de plástico negro está ahí para ocultar una soldadura) y que sirvió para vestir un chasis que talante deportivo con caja de cambios colocada en posición transaxle en conjunto con el diferencial (con eje trasero De Dion) logrando un reparto de pesos del 51/49 % sobre el eje delantero y el trasero respectivamente.
Uno de los Alfa Romeo 75 más especiales fue, sin lugar a dudas, el Turbo Evoluzione, una versión creada por la marca para, como en los mejores casos, homologar la versión de competición
El Alfa Romeo 75 contó con una gama de versiones bastante completa, destacando el 75 Turbo, con motor 1.8 de 155 CV, el V6 (basado en el diseño de Busso) con 156 CV, el turbodiésel de 90 CV o el Alfa 75 Twin Spark, una de las versiones más conocidas de la gama, gracias a un motor de 2.000 centímetros cúbicos con inyección electrónica y un sistema de variación de fase para el árbol de levas de admisión, entre otras cosas como la doble bujía que le daba nombre, que rendía 148 CV. No olvidarnos de la evolución del V6, que pasó de 2.5 a 3.0 litros con los que lograba 188 CV.
Homologación para el Grupo A
Sin embargo, uno de los Alfa 75 más especiales fue, sin lugar a dudas, el Turbo Evoluzione, una versión creada por la marca para, como en los mejores casos, homologar la versión de competición. Corría el año 1987 y Alfa quería estar presente en el Grupo A de la FIA, pero para ello, tenía que fabricar 500 ejemplares de producción del coche con el que participaría. Una de esas normas geniales que tenía FIA, geniales al menos para los aficionados, pero que hoy ya no es lo mismo.
El Grupo A abarcaba rallies y circuitos (turismos) y tenía como base de la normativa, que los coches participantes tenían que derivar de un modelo de producción con una tirada mínima de 2.500 unidades. Una producción que no es excesiva, pero vender ciertos modelos en ciertas cantidades, a veces no es fácil, sobre todo para determinados fabricantes, así que se añadió una cláusula que permitía 500 unidades de algunos modelos (los “Evolution”). Es evidente que muchos optaron por esta cláusula, entre ellos, Alfa Romeo, que quería participar en el Campeonato de Turismos Europeo.
Hubo varias opciones cuando se comenzó con el proyecto. Por un lado, se barajó la posibilidad de emplear el bloque V6, un motor “muy Alfa”, pero que acabaría siendo descartado en favor del 1.8 Turbo, más ligero y con más posibilidades de potenciación y evolución, aunque no se pudo usar tal cual, y no nos referimos a la obligatoria preparación y adaptación a competición.
El Alfa 75 Turbo Evoluzione no lo tuvo tan fácil
Una curiosidad de este motor, es que no cumplía con el reglamento, pues el factor de multiplicación para motores turbo asignado por la FIA (era de 1.7), solo permitía usar motores de 1.762 centímetros cúbicos sin sobrepasar el límite de 3.0 litros, pero el 1.8 Turbo de Alfa llegaba a 1.779 centímetros cúbicos. Así los ingenieros redujeron el diámetro de los pistones en 0,4 milímetros y pusieron camisas más gruesas que de paso, fortalecían el bloque, lo que a su vez permitía una mayor “afinación” del motor para competición. Sin embargo, el motor, con las modificaciones, rendía la misma potencia que el motor original y eso fue un problema, porque las versiones de competición nunca lograron las prestaciones que deberían haber tenido para plantar cara a los M3 e30 y Sierra RS Cosworth.
Algunos equipos, durante la evolución del coche, se percataron que la línea de escape era ridículamente restrictiva cerca de la dirección en los coches con volante a la izquierda. Así que cambiaron todo el ensamblaje y cambiaron el recorrido del escape, permitiendo el uso de tuberías más grandes. Y esto es solo una anécdota de algunas de las cosas que tuvieron que hacer los equipos para que el Alfa 75 fuera competitivo. No fue hasta el final de temporada cuando se logró acabar una prueba entre los cinco primeros clasificados.
El Alfa Romeo 75 Turbo Evoluzione de producción, con una presión de soplado del turbo Garret, rendía 156 CV, aunque al parecer, había unidades que podían superar los 200 CV en banco sin ninguna modificación. No es una potencia especialmente llamativa para una versión tan exclusiva como esta, anunciando una aceleración de 0 a 100 km/h en poco más de siete segundos y una velocidad máxima de 210 km/h.
Había muchas más cosas que se cambiaron, como su estética, de la que no hace falta mencionar gran cosa porque se aprecia claramente en las fotos (quizá, decir que además de su estilo absolutamente ochentero, más parece un tuning de una empresa auxiliar que de la propia marca). Pero hay cosas que no se ven, como las suspensiones con un nuevo tarado que, según pruebas de la época, era bastante duro, los frenos, con discos en las cuatro ruedas, eran también algo más grandes y potentes (los traseros colocados a la salida del diferencial) y contaban con nuevo sistema ABS.
El Alfa Romeo 75 Turbo Evoluzione causó furor por su diseño, lo que provocó que muchos aficionados modificaran sus 75 para que se parecieran al Turbo Evoluzione, algunos con bastante tino. Sin embargo, es fácil identificar un 75 Turbo Evoluzione auténtico, pues el número de bastidor debe tener el código “162B1”.
Hasta hace poco era sencillo encontrar unidades por 30.000 euros e incluso menos, pero ahora han aumentado de cotización y rondan entre los 50.000 y los 60.000 euros.
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