Se ha demostrado que las adversidades sacan lo mejor de nosotros mismos: despierta el ingenio, aumenta las ambiciones, potencia las habilidades de cada uno y permite que surjan proyectos interesantes y a veces, prometedores. En España lo sabemos muy bien, después de muchos años bajo el férreo control de Francisco Franco, que cerró nuestras fronteras para potenciar el producto interior. Fue una época de ingenio y de ideas que, a pesar de todo, no siempre salieron bien.
Algo similar ocurrió en Brasil, donde el gobierno, dirigido por el General Emilio Garrastazu Médici, también quiso potenciar el producto nacional a base de impedimentos a las importaciones de diferentes artículos, como es el caso de los automóviles. Eso provocó que muchas marcas foráneas establecieran divisiones en el país, para poder comercializar sus productos sin problemas de aduanas y demás trabas legales. Gracias a eso, coches como el Volkswagen Beetle, el famoso escarabajo, tuvieron un enorme éxito, ya que se trataba, como todos seguramente sabréis (o casi todos), de un vehículo sencillo, económico y fácil de mantener. Volkswagen también tuvo mucho éxito con vehículos pesados como los autobuses, haciendo que la idea de tener fabricas en el país fuera de lo más rentable.
Sin embargo, el automóvil es un artilugio que mueve pasiones, siempre habrá alguien que quiera algo más que un “simple” vehículo funcional y barato de mantener y de adquirir. Y eso es algo que no importa donde suceda, pues en España, por ejemplo, los SEAT 600 potenciados eran legión por la pasión de muchos “locos”, por poner un ejemplo. Y eso, sin contar con las versiones deportivas que lanzaron los diferentes fabricantes presentes en nuestro país.
Es evidente que en Brasil también había amantes del automóvil que querían más, más diseño, más prestaciones, más técnica; por eso surgió el Volkswagen SP, un pequeño deportivo que sol se vendió en el país de la Samba y que resulta todo un caramelo para los amantes de los coches clásicos, que no dudan en importar unidades a Europa para poder disfrutar de un coche super interesante.
Proyecto X
Por aquellos años, la división de Volkswagen en Brasil estaba dirigida por el alemán Rudolf Leiding, quien puso en marcha el llamado “Proyecto X”, que acabaría dando lugar al Volkswagen SP. Pero no lo hizo “ a lo loco”, se basó en varios estudios de mercado que indicaban que habría hueco en la gama para un modelo de talante y diseño deportivo. Así, organizó un equipo de trabajo que estaba bajo las órdenes de Marcio Piancastello, asistido por Jorge Yamashita Oba, José Vicente Novita Martins y el ingeniero Christian Schiemann, que contaron con total autonomía respecto a la casa matriz alemana. Es decir, se trataba de un proyecto exclusivo de Volkswagen Brasil sin intervención de la central alemana.
Volkswagen do Brasil siempre contó con bastante autonomía, sin tener que recurrir a la central alemana, así que un proyecto así tampoco sería un problema. Además, en la filial tenían ganas de desarrollar un producto 100% brasileño, que se vendiera en el mercado local y en algunos países vecinos, aunque acabó llegando también a África, Oriente Medio, Portugal y Canarias (por eso es relativamente fácil encontrar unidades en España).
El proyecto de desarrollo comenzó en 1969, estando listo el primer prototipo para su presentación en la Feria de la Industria Alemana de marzo de 1971, saliendo a la venta las primeras unidades en 1972. Esto sucedió pocos meses después de la marca del presidente de Volkswagen do Brasil, Rudolf Leiding, quien se marchó para ocupar un nuevo puesto en Alemania. No obstante, se dice que estaba muy orgulloso del modelo resultante, tanto, que se llevó una unidad a su país natal, uno de los primeros Volkswagen SP2, un coche que también tenía encandilada a su esposa. Por cierto, fue Leiding quien puso en marcha el proyecto que acabaría siendo el Volkswagen Golf, en respuesta a la caída de ventas del “Escarabajo”.
Motor tradicional alemán, refrigerado por aire, y en dos versiones
Con el modelo totalmente desarrollado, se le denominó Volkswagen SP, iniciales que hace referencia a la ciudad de Sao Paulo, o según la fuente, a “Special Project” o “Special Protoype”. Estéticamente era un coche llamativo y atractivo, con una línea afilada y deportiva, un coupé puro con motor trasero que tomaba como base de partida la plataforma del Volkswagen 1600 y que contó con la colaboración de Karman-Ghia Brasil en su desarrollo. También se recurrió a numerosas piezas de otros modelos de la marca fabricados en Brasil, con el objetivo de contener los costes y de no tener que importar ni un solo componente.
La gama del Volkswagen SP contó con dos versiones: el SP1 y el SP2. El primer estaba equipado con un tradicional motor de cuatro cilindros bóxer refrigerado por aire, colocado colgando tras las ruedas traseras, que con 1.6 litros rendía 65 CV. El segundo, hacia uso de un motor ligeramente más grande, un 1.7 litros colocado en la misma posición (como cabría esperar), que rendía 10 CV adicionales, es decir, 75 CV, con los que presumía de una velocidad máxima de 160 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 13 segundos. Cifras deportivas a comienzos de la década de los 70.
El Volkswagen SP1, en contra de lo que podría ocurrir actualmente, no contó con la aceptación esperada por su poca potencia, aunque era, lógicamente, el más barato de la gama. Solo se vendieron 88 unidades y fue retirado del mercado en muy poco tiempo. Esto provocó que las malas lenguas aprovecharan la denominación del modelo para criticarlo, llamándolo “Sem Potencia” (sin potencia en portugués). Aún así, el Volkswagen SP2 tuvo mejor aceptación, sobre todo porque su potencia de 75 CV movía mucho mejor los menos de 900 kilos. Era un coche relativamente pequeño, con 4.218 milímetros de largo, 1.611 milímetros de ancho y 1.157 milímetros de alto.
Finalmente, tras apenas cuatro años en el mercado, solo se vendieron 10.207 unidades, pues no resultó ser un coche barato en su momento. De todas ellas, 670 ejemplares fueron para el mercado europeo. Se llegó a plantear un Volkswagen SP3, equipado con un motor de 1.8 litros y 100 CV, pero no pasó de tener varios prototipos por su elevado coste económico.
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