Tras anunciar reiteradamente el lanzamiento del Gecko en los últimos años, el exclusivo fabricante de modelos deportivos de lujo Wiesmann se despacha ahora con el lanzamiento del Thuderball, la variante spider del tantas veces prometido deportivo.
Mucho se ha hablado en los últimos años del Project Gecko, un roadster deportivo muy exclusivo que Wiesmann, una pequeña marca alemana creada a mitad de la década de los años 80 del pasado siglo especializada en la producción artesanal de coupés y convertibles personalizados, tenía intención de lanzar al mercado en su reaparición como fabricante de automóviles. Al igual que sucedió con otros tantos preparadores y marcas de reducida producción con el cambio de siglo, Weismann sufrió los embates de la economía y tuvo que cesar su producción. Y de igual manera que sucede con muchos de ellos (De Tomaso, Hispano Suiza…) ahora quiere aprovechar el buen momento que viven las marcas exclusivas y de lujo para retornar con fuerza al mercado.
Fundado en 1988 por los hermanos Wiesmann, Friedhelm y Martin, el fabricante alemán produjo de manera enteramente artesanal atractivos modelos coupés y convertibles desarrollados y personalizados al gusto de sus compradores a partir de distintos diseños icónicos del pasado que, además, combinaban unas interesantes características y cualidades en materia de innovación, diseño e ingeniería. En su mayoría tales diseños y puntos de partida procedían básicamente de la industria alemana del automóvil y, más concretamente de BMW. Wiesmann produjo modelos como los MF30 (con el motor BMW V6 de 3.0 litros) y MF3 (con el 3.2 litros del M3), o los GT MF4 (con el V8 4.8 litros) y GT MF5 (con el V10 5.0 litros del M5), entre otros. Wiesmann siempre ha creado modelos capaces de convencer al purista que todos llevamos dentro. Vehículos elaborados a mano y personalizados al gusto de su propietario con diseños icónicos y acabados de muy alta calidad, en los que combina la innovación ingeniería y diseño alemanes con la elegancia y estilo clásicos británicos.
En 2014, Wiesmann quiebra y cesa su producción. Otra pareja de hermanos, esta vez británicos, los Berry, Roheen y Sahir, se hacen cargo entonces tanto de la marca como de sus instalaciones en Dülmen (Alemania). Es entonces cuando se da a conocer el Project Gecko, un coupé deportivo elaborado a partir de la base del BMW V8 cuya comercialización se anuncia para 2020, pero que actualmente aún no ha llegado a producirse en serie.
Contec global, la firma de los hermanos Berry que en 2016 coge las riendas de Wiesmann capitaliza los icónicos diseños de la marca elaborados en su día en colaboración con Roding Automobile, especialista en cortas series de producción y con un prestigio adquirido con sus trabajos para otros productores (E. Legend, EL1 de Audi Sport Quattro con motor eléctrico).
Tras el parón provocado por la pandemia, en marzo de 2022 Wiesmann vuelve a dar nuevas señales de vida mostrando tanto fotos y teaser del S1 Project, un roadster coupé completamente camuflado circulando sobre las pistas nevadas junto a la localidad de Erlkönig, del cual ahora presenta antes de lanzar el primero su versión Spider bajo el nombre de Project Thunderball, dotado con un motor eléctrico de 680 CV. El Project Thunderball se ha elaborado en paralelo con el Project Geckco (con motor ICE). Se trata del primer roadster convertible impulsado exclusivamente por un motor eléctrico que llegaría al mercado tras el lanzamiento del Tesla roadster que se comercializó entre 2008 y 2012 que en su día la marca eléctrica elaboró a partir de un Lotus Elise. El Thuderball sería pues el primer roadster convertible 100 por cien eléctrico. Está elaborado a partir de una arquitectura de 800 voltios y cuenta con dos motores eléctricos dispuestos en posición central sobre su eje trasero que, conjuntamente, entregan 680 CV de potencia máxima y rinden 1.100 Nm de par máximo.
El Wiesmann Thunderball está elaborado a partir de una arquitectura de 800 voltios, con dos motores eléctricos dispuestos en posición central sobre su eje trasero que entregan 680 CV de potencia y rinden 1.100 Nm de par máximo
Para proporcionar energía a ambos motores, el Thunderball dispone de una batería de 92 kWh (83 kWh utilizables) refrigerada líquidamente por agua y glicol y mediante el uso del sistema de aire acondicionado, que admite tanto recargas rápidas en puntos de carga de hasta 300 kW como mediante el cargador a bordo de hasta 22 kW que dispone a bordo. Todo el potencial del avanzado sistema de propulsión eléctrico —desarrollado en Alemania bajo especificaciones propias de Wiesmann— se transmite a las ruedas del eje trasero del Thunderball para desplazar las 1,7 toneladas que pesa el coche, cuya carrocería ha sido elaborada íntegramente en fibra de carbono. Aunque Wiesmann no ha desvelado aún las cifras correspondientes al rendimiento del Thunderball sí indica que el roadster ofrece tanto una gran maniobrabilidad como un elevado rendimiento. Según Wiesmann, el coche acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 s y disfruta de una autonomía de 500 km por cada carga completa de su batería.
El Thunderball cuenta con un avanzado sistema de frenado regenerativo cuyos efectos sobre la recarga de energía de la batería se pueden regular y ajustar desde las levas situadas en el volante con hasta cinco niveles de intensidad. Esto también permite disfrutar aún más de la conducción del coche, cuyo tacto, según comentan quienes ya se han puesto a su volante resulta emocionante, puro y muy dinámico a la hora de transmitir todas las sensaciones que aporta un vehículo de propulsión trasera. Con el Thunderball Wiesmann retoma las líneas clásicas que ya plasmó en el concept del Project Gecko. Aunque reinterpretada con formas un tanto más angulosas, mantiene su atractiva estética curvilínea de formas redondeadas características de su frontal. Este ha sido elaborado mecánicamente a partir de un único bloque de aluminio en el que se integran montadas sobre la zona frontal de las muy musculadas aletas delanteras unas grandes ópticas en las que destacan los grandes faros redondos a ambos lados.
La parte delantera del coche es extremadamente larga, con un capó elaborado en una sola pieza que va inserto en la depresión conformada por los muy voluminosos pasos de rueda. Siguiendo con la vista lateral, la silueta del coche muestra un roadster típico, de formas sencillas, modernas y clásicas a partes iguales que terminan por conformar una imagen visual muy atractiva a la vista. La zona trasera ofrece una imagen más insinuante, casi podría decirse que lasciva. La zona superior se remata con un alerón tipo cola de pato de tamaño acorde al conjunto. Bajo el mismo, se ubican a ambos lados unas ópticas LED de forma redonda que parecen surgir al igual que la vista delantera de las aletas traseras que conforman los voluminosos pasos de rueda traseros. En la zona inferior, carente de las habituales trompetas de escape, se ubica un difusor de generosas dimensiones y atractivo diseño que se ha elaborado íntegramente en fibra de carbono.
A bordo del Thunderball, los ocupantes del vehículo van a disfrutar de una cabina impresionantemente realizada en la que se combinan materiales de máxima calidad y lujo con un diseño marcadamente atemporal en el que encontramos interesantes detalles tanto de tipo neoclásico como de avanzada modernidad. Así, sobre la superficie del salpicadero por encima de la columna central y la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento a bordo, hasta 7 indicadores analógicos orientados claramente al conductor aportan importantes datos de interés (porcentaje de carga energética restante en la batería, temperatura, velocidad, …) para el control del vehículo. Tras el volante, lo que aparece es una pantalla digital de reducidas dimensiones (menores a las del sistema de infoentretenimiento) donde se ofrecen igualmente informaciones relevantes, replicando la gran mayoría de las presentes en el salpicadero.
Todo el interior es una mezcla de cueros de primerísima calidad acabados en diferentes colores y texturas tanto en asientos, como en el salpicadero y los guarnecidos de las puertas, donde los tiradores de las puertas están conformados por unas voluminosas cintas de cuero. Los asientos, de tipo semibacquet ofrecen la misma combinación. La guantera, frente a la plaza del acompañante es de tipo baúl y ofrece, además de un mecanismo de cierre suave una amplia capacidad para disponer en ella objetos de todo tipo.
Wiesmann ha previsto la producción de una serie de 1000 unidades del Thunderball todas ellas elaboradas íntegramente a mano y de forma completamente artesanal en sus instalaciones de Dülmen y personalizadas al gusto de cada cliente en sus contenidos. Lo que todavía se desconoce es la fecha en la que dará comienzo la producción prevista de los Project Thunderball, aunque Wiesmann ya ha abierto el libro de reservas, a razón de 300.000 euros la unidad (antes de impuestos), cantidad que puede variar en función de los caprichos que cada cliente quiera introducir en el acabado y terminación del modelo.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.