Francia, uno de nuestros países vecinos, cuenta con una larga y fructuosa historia en la industria del automóvil. Envidia de muchos, orgullo de otros, la industria automovilística francesa es, a todas luces, una de las más potentes del mundo desde siempre. Sirva de ejemplo un hecho interesante. Fue en Niza, Francia, cuando apareció por primera vez el nombre de Mercedes adornando el frontal de un automóvil. Pero además, entre otras cosas, Francia también ha contado con algunas de los constructores más potentes y famosos de la historia.
Sí, Bugatti es de origen francés, como también lo fue De Dion Bouton, Darracq, Panhard, Facel Vega o la mágica Figoni et Falaschi, que si bien no construía automóviles, si diseñaba y fabricaba auténticas obras de arte con ruedas (era un reputadísimo carrocero) para diferentes marcas. Sin embargo, hoy nos vamos a centrar en una firma que no siempre se recuerda, al menos entre los aficionados “de a pie”, un sello que estuvo activo hasta la década de los 50, siendo previamente absorbido por otro francés como es Delahay. Nos referimos a Delage, fundada por Luis Delage en 1905 y desaparecida definitivamente en 1953.
Delage fue fundada en 1905 y desapareció definitivamente en 1953
La época dorada de Delage fueron los años 20, llegando incluso a poner modelos en producción capaces de enfrentarse a Hispano Suiza, la referencia de aquellos años en cuanto a calidad y técnica. No en balde, casi desde el primer día de existencia, Delage era habitual en las competiciones, desarrollando muchos conocimientos y siendo capaz de crear automóviles especialmente rápidos, aunque fueron más apreciados fuera de su tierra natal. Entre los automóviles más destacados, según los expertos, está el Delage D8, un automóvil presentado en el Salón del Automóvil de París de 1929, luciendo una carrocería de tipo berlina de lujo.
En aquellos años, era normal comprar el bastidor del coche (léase: el chasis con el conjunto motor-transmisión, dirección, frenos y suspensiones) y acudir a las empresas especialistas en diseño y fabricación de carrocerías más afamadas, para solicitar la creación de un “vestido” apropiado para la cara y lujosa adquisición. Hoy día se sigue haciendo algo similar, pero los precios son tan absurdamente altos, que sólo la gente más pudiente puede permitirse una carrocería diseñada ex profeso. También es cierto que actualmente hay que cumplir infinidad de regulaciones para poder vender un coche en Europa, mientras que en aquellos años eso de las regulaciones y las homologaciones era algo inexistente.
Delage, durante sus primeros pasos como fabricante, empleaba motores de De Dion, pero luego, siendo un defensor de la publicidad que se obtenía de las carreras, sólo usaba motores de fabricación propia. Para el Delage D8 hubo dos propulsores durante su tiempo a la venta, un ocho cilindros en línea de 4,1 litros, el cual dejó su lugar a un nuevo motor de 3,6 litros, pasando a 4,8 litros algún tiempo después, el cual acabó siendo el motor más potente con 120 CV a 4.200 rpm.
Era un motor responsabilidad de Albert Lory y exclusivo para el D8 (algo impensable hoy día, a excepción de vehículos de altísima gama como Lamborghini, Aston Martin o similares), el cual fue elogiado por su silencioso funcionamiento y la técnica empleada: culata de fundición desmontable, cigüeñal sobre cinco apoyos con árbol de equilibrado, bielas perforadas, carburador con precalentamiento, bomba de gasolina eléctrica, regulación semiautomática del encendido…
La versión más deseada, o al menos una de ellas, basada en el Delage D8, fue el Aerosport, el cual lucía una carrocería creada por el hijo de Letourneur, llamado Marcel. Se trata de la familia propietaria de la carrocera Letourneur et Marchand, quienes desarrollaron algunas carrocerías para la gama Delage D8. En este caso, Marcel, quien había dibujado diferentes trabajos para Bugatti, Hispano Suiza o Voisin, imaginó una carrocería sumamente equilibrada, con curvados y elegantes guardabarros y una caída del techo en la parte trasera que hoy, le valdría el título de “fastback”. Destacar el corte de la ventanilla lateral en su parte final.
Elegante, sin excesos y con unos colectores de escape vistos por el lado derecho del frontal (al más puro estilo Mercedes SSK), el Delage D8 Aerosport es una obra de arte que puede alcanzar los cuatro millones de euros en subastas. Sólo se construyeron 12 unidades de las cuales, sobreviven un total de 8 coches. No obstante, hay quien dice que se fabricaron un total de 14 Delage D8 Aerosport y que sólo han sobrevivido 7 ejemplares.
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