Mantide. Un nombre que posiblemente no te diga nada, algo que por otra parte resulta un tanto lógico, pues da nombre a un coche que no llegó muy lejos. Ni por crítica, ni por fabricación. El Mantide es una de esas creaciones raras, que en ocasiones llevan a cabo los fabricantes o los estudios de diseño, dejando volar la imaginación de los responsables de su diseño o bien, con la intención de lanzar una pequeña serie.
Para conocer la historia de esta curiosa creación, debemos viajar hacia atrás en el tiempo, aunque no nos iremos muy lejos. Nos quedamos en el año 2009, en la celebración del Salón del Automóvil de Shanghái. Allí, en el stand de Bertone, llamaba la atención un automóvil de formas extrañas, que recibía el nombre de Mantide, del que se tenía intención de fabricar alrededor de una docena de unidades. Finalmente, solo se fabricó uno.
Esa única unidad fue subastada en 2020, tras haber salido a la venta en 2019 a través de un especialista en coches raros y muy caros. Pero lo hizo tras haber cambiado su color a blanco, cuando su color original era el rojo, un color que desapareció tras haber estado presente en Pebble Beach de 2009.
Se basaba en un Corvette ZR1
A veces, los estudios de diseños presentan sus propias ideas, sus propios coches, que por lo general, suelen ser un poco más llamativos de lo normal. Cuando un estudio de diseño como Bertone trabaja para un fabricante, se encuentra con muchas limitaciones, quizá no tantas como cualquier diseñador interno, que diseña coches fabricados en grandes series, pero las hay. Algo normal, no obstante, cuando se busca lanzar algo especial, pero sin que suponga una ruina, teniendo que aprovechar elementos ya existentes.
La base para este Bertone Mantide era el Chevrolet Corvette ZR1, un coche que se ganó el respeto de muchos en el mundillo del automóvil
Sin embargo, cuando no hay un gran fabricante por medio y es el propio estudio de diseño el que se hace responsable de los gastos y de la venta de los coches, las cosas son diferentes y las limitaciones las pone la normativa y no el presupuesto. El caso es que a veces se pierde un poco el norte y aparecen coches como el Mantide, cuyo aspecto es, cuanto menos, extraño. No vamos a decir, que sea feo, porque hay algunos ángulos que ofrece una imagen atractiva, pero es evidente que no se trata de un coche convencional.
El responsable de darle sus formas fue Jason Castriota, un tipo que trabajó en Pininfarina antes de recalar en Bertone y que posteriormente, también colaboró, por ejemplo, en el diseño del P4/5 de Glickenhaus. Para desarrollar el Mantide, Castriota se centró en el apartado aerodinámico y en la reducción de peso, intentando mantener algunos rasgos de Bertone, como son sus líneas rectas.
La base para este Mantide era el Chevrolet Corvette ZR1 (la generación C6), un coche que se ganó el respeto de muchos en el mundillo del automóvil gracias a sus prestaciones y a su aspecto, bastante racing. Castriota logró rebajar el peso del Corvette en 114 kilos, redujo la resistencia aerodinámica en un 25% y mejoró la carga aerodinámica en un 30%. Toda la carrocería estaba fabricada con fibra carbono y se usó magnesio para otros elementos. El motor V8 del Corvette ZR1, el LS9 de 647 CV y 820 Nm de par, enviaban todo el conjunto hasta los 350 km/h y podía acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos.
El declive de Bertone
Bertone, cuando presentó el Mantide, llevaba años en clara decadencia. Desde que falleciera Nuccio Bertone en 1997, todo fue de mal en peor y la empresa agonizó durante muchos años. El Mantide apareció casi al final de la agonía, cuando la empresa luchaba por sobrevivir entre luchas internas de los familiares (madre e hija, principalmente) y entre el devenir de diseñadores, dimisiones y decisiones poco acertadas y no consensuadas.
Poco después del Bertone Mantide, se presentaron el Alfa Romeo Pandion en 2010 y el Bertone Nuccio, con el que se pretendía celebrar el centenario de Bertone en 2021. Tras estos, no hubo nada más y Bertone, así como todos los activos, acabó subastada poco después. Por tanto, el Mantide tiene el dudoso honor de haber sido uno de los últimos coches de Bertone. De hecho, el Mantide no llegó a producción precisamente por los problemas que tenía por entonces el carrocero, pero deberían haber existido, como se ha comentado al inicio, un total de 12 coches, que se habrían vendido a un precio cercano a los dos millones de euros cada uno.
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