La FIAT actual dista mucho de FIAT de hace décadas. Actualmente, integrada en el Grupo Stellantis, apenas destaca por sus coches, teniendo una gama muy centrada en el FIAT 500 y en sus diferentes versiones, con un futuro donde los vehículos utilitarios serán la base de su negocio. Y en el fondo es una buena idea, porque FIAT siempre ha sido una especialista en vehículos utilitarios, aunque en su curriculum haya innovaciones como la sinergia entre marcas y el uso de la misma plataforma para crear diferentes modelos en distintas marcas.
Muchos pensarán que fue Volkswagen la marca que más apostó por la sinergia entre sus marcas, pero en realidad la idea surgió del Grupo FIAT, con el FIAT Tipo, cuya plataforma sirvió de base para coches como el FIAT Tempra (y la evolución sirvió para los Bravo, Brava, Coupé y Marea), como el Lancia Delta y Dedra o para los Alfa Romeo 145, 146, 155, Spider y GTV. Una innovación y una forma de trabajar que hoy día, emplean todas las marcas del mundo, logrando ahorros de costes y mejores resultados.
Pero esto es muy, muy cercano en el tiempo. FIAT tiene un pasado repleto de ideas, a veces locas, así como de innovaciones y de coches míticos. FIAT era una gran marca, pero no ha sabido adaptarse a los tiempos y ahora, no es ni la sombra de lo que fue. Una lástima, sobre todo cuando tiene en su haber aparatos como el FIAT Turbina, una creación que data de mediados de los años 50 que no solo llama la atención por su diseño, también por sus soluciones. Sí, su nombre ya deja entrever que tecnología usa, pero hay más.
La turbina de gas como el futuro de la automoción
Tras acabar la Segunda Guerra Mundial, hubo una obsesión generalizada por desarrollar motores y combustibles alternativos para los diferentes vehículos, se quería reducir la dependencia de la gasolina, muy escasa tras la guerra y, además, los motores a reacción que usaron los aviones en la guerra habían despertado el interés por esta tecnología. De hecho, la obsesión llevó a muchos fabricantes a invertir en el desarrollo de la turbina de gas, desatando una lucha sin cuartel que llegó a dar resultados muy llamativos.
En Estados Unidos se llegó a poner a la venta un coche animado por una turbina, el Chrysler Turbine de 1964, del que se fabricaron 55 unidades, pero antes de su llegada se habían creado diferentes propuestas e incluían a marcas como Renault, Rover-BRM y por supuesto, a FIAT. Los italianos, además, se dejaron llevar por la euforia que había entorno a los viajes espaciales, que por entonces era una cuestión que estaba presente en todas partes. El hombre llegó a la luna mucho después de la creación del FIAT Turbina, pero todo se estaba fraguando en aquellos años.
El FIAT Turbina no es el resultado de un trabajo de un par de días, en realidad se necesitaron siete años para completarlo
No obstante, el FIAT Turbina no es el resultado de un trabajo de un par de días, en realidad se necesitaron siete años para completarlo. Todo comenzó en 1948, hacía apenas tres años que había finalizado la guerra e Italia, integrante de los conocidos como “países del Eje”, no había salido bien parada de la contienda. Sin embargo, FIAT tenía, en aquellos años, la capacidad de recuperarse rápidamente y tenía coches como el FIAT 500 Topolino, que le permitían ofrecer coches sencillos y fiables, a cambio de muy poco dinero. Luego llegó el FIAT 600, nuestro “Pelotilla”, pero eso ocurrió algún tiempo después.
El FIAT Turbina, en realidad, buscaba diferentes objetivos. Por un lado, era un ejercicio tecnológico, una forma de demostrar que en Italia se podían desarrollar nuevas tecnologías y se podía experimentar y desarrollar combustibles alternativos. Hay que tener en cuenta que, por aquellos años, se quería olvidar los desastres de la guerra lo antes posible y abrir caminos hacia un futuro esperanzador con nuevas soluciones e invenciones.
Dante Giacosa fue uno de los responsables
El desarrollo del FIAT Turbina, como decíamos, comenzó en 1948 y tenía como responsables a los ingenieros Luigi Rappi y Dante Giaosa, ambos también responsables de coches como el FIAT 8V (Dante Giacosa también fue parte importante en el desarrollo del Topolino y fue el diseñador del FIAT 500 y del FIAT 600, por poner unos ejemplos muy conocidos). De hecho, el FIAT Turbina esconde bajo su llamativa carrocería, el chasis tubular del FIAT 8V, el coche que ambos ingenieros tomaron como base de partida.
Como era un desarrollo cuyo objetivo era demostrar de lo que eran capaces y de experimentar con nuevas ideas, decidieron vestirlo apropiadamente para la ocasión, intentando llamar todavía más la atención. Así, crearon una carrocería de líneas curvas y con grandes aletas, de clara inspiración yankee, decorando el artilugio resultante con una combinación de colores y unas formas que eran tendencia en aquellos años. Es un coche que no deja dudas sobre la época en la que nació.
Pero todo esto era sencillo, se venía haciendo desde hace décadas. La complicación venía de su grupo propulsor, la turbina alimentada por gas. No vamos a entrar en explicaciones muy técnicas y profundas, necesitaríamos mucho tiempo para detallar cómo funciona una turbina a reacción. Básicamente, diremos que la turbina necesita crear un chorro de aire muy caliente a base de quemar combustible, para lo que necesita una cámara de combustión, un sistema de inyección de combustible y un compresor. El aire es comprimido y enviado a una cámara de combustión donde se mezcla con el combustible y se quema, aumentando su volumen de forma espectacular y saliendo por el escape, es decir, por detrás, con una fuerza descomunal, empujando el vehículo hacia delante.
En el caso del FIAT Turbina, había dos rotores de dos fases, tres cámaras de combustión, dos para el compresor y una de ellas para la cámara de combustión, para luego acabar en la turbina, que hacía de grupo reductor. Además, esa turbina estaba conectada a las ruedas, entregando un par espectacular, siendo necesario un sistema de desmultiplicación. La turbina podía girar a 20.000 revoluciones, generando una potencia de más de 300 CV y lanzando al FIAT Turbina hasta los 300 km/h. El coche solo pesaba 1.000 kilos. Todo el grupo motor-transmisión fue obra del ingeniero Montalbone, que formó un equipo supervisado por Vittorio Bellacardi.
No era un proyecto rentable
Finalmente, con el prototipo construido y tras hacer algunas pruebas, el FIAT Turbina se presentó en el Salón del Automóvil de Turín. Tras esto, el proyecto fue abandonado. El primer motivo era la complejidad de todo el diseño y el desarrollo, luego estaba el consumo, espectacularmente alto y, para terminar, estaba la refrigeración. Este motor generaba una temperatura altísima y requería de un complejo sistema de refrigeración. En el caso del FIAT Turbina, como era un coche de exhibición, no se había llegado muy lejos en este apartado, pero para llevar esta tecnología a producción habría que hacer un desarrollo específico para la refrigeración y el aislamiento del habitáculo.
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