Disponible primero para los mercados norteamericano y asiáticos, a Europa con casi toda probabilidad no llegara hasta ya iniciado el 2024. Será entonces cuando los primeros equipos cliente de la marca en las distintas competiciones donde el modelo puede participar estarían en condiciones de poder adquirirlo.
El Nissan Z GT4 es la versión de competición desarrollada por los ingenieros de la marca japonesa de la actual generación del coupé de Nissan. Un vehículo pensado y desarrollado específicamente para hacerlo correr sobre las pistas de los circuitos en las competiciones Gran Turismo en la categoría GT4.
Su propulsor entrega 449 CV de potencia máxima. Nissan ya ha experimentado y puesto a prueba el Z GT4 directamente en las pistas de competición, alineando para ello distintas unidades en las competiciones del Super GT japonés o en las 24 horas de Fuji, donde pilotos y técnicos de la marca en colaboración con distintos equipos cliente de Nissan pusieron a prueba tanto el rendimiento como la resistencia del modelo a las exigencias máximas que exige la participación en la competición.
Para cuando llegue al continente europeo, los nuevos Z GT4 estarán ya por tanto debidamente contrastados en ambas materias, pues durante esta próxima temporada 2023 ya está previsto que el coupé de Nissan esté presente en las alineaciones de algunos equipos de las SRO Pirelli GT4 americanas así como también en las Super Taikuy Series de Japón. Además, a mediados del próximo año, una vez se inicie el año fiscal japonés, la marca ya contempla aumentar la presencia del modelo tanto en esas competiciones como en otras a celebrar en los distintos continentes, el europeo entre ellos.
En cuanto a los cambios que se incluyen en esta nueva edición del Nissan GT4 con respecto a anteriores entregas del modelo, el coche es unos tres centímetros más largo que su homónimo de serie destinado a un uso diario en carreteras abiertas y apenas unos mm más largo debido a la adopción de nuevos elementos destinados a mejorar su aerodinámica y estabilidad en la competición. Así, el coche mide ahora 4,38 m de largo, por 1,87 de ancho. Su peso es de 1.410 kilos, 171 kg más ligero que el Nissan Z que la marca ofrece de serie para su uso en carretera, pues una de las labores más importantes asumidas por los ingenieros durante su desarrollo ha consistido en aligerar al máximo posible el coche para acrencentar sus prestaciones y rendimiento sobre la pista. Labor en la que, a buen seguro, ahondarán aún más los diferentes equipos que apuesten por él para hacerlo correr.
En cuanto al interior, el de esta versión GT4 obviamente difiere bastante del que Nissan ofrece en las unidades destinadas al mercado abierto. Algo totalmente lógico si contemplamos el muy diferente tipo de uso para el cual ambas están destinadas. Los ingenieros y diseñadores de Nissan han tratado, en todo caso, de respetar al máximo posible la estética que se ofrece en los modelos de producción en serie, lo que significa que tanto el bloque correspondiente al panel de la instrumentación o el espacio ocupado por la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento a bordo se mantienen prácticamente sin variaciones en su diseño, aunque su contenido es radicalmente diferente.
Así, aún respetando los espacios habilitados en ellos, sus contenidos se han adaptado por completo para el uso en competición. El llamativo y atractivo cuadro del Z de calle se ha transformado en una pantalla de reducido tamaño en la que aparecen los datos facilitados por la telemetría del coche que el piloto pudiera precisar durante la carrera. El elegante y deportivo volante multifunción de tres brazos forrado en cuero de la versión de calle del Z cambia por completo para dejar paso a uno de más fino grosor, acolchado para facilitar un mejor agarre, con el arco inferior plano para facilitar los movimientos de las piernas y con su zona central ocupada por una superficie plana que se reserva para la posible inserción de ón de una pequeña pantalla de control, que estará completamente rodeada por los botones y controles que permiten regular los distintos sistemas de ayuda a la conducción y de gestión del vehículo integrados a bordo durante la carrera.
La pantalla de infoentretenimiento de la versión de calle desaparece por completo y su lugar lo ocupa una superficie que ciega por entero el espacio que esta deja. Por debajo, curiosamente se mantienen los controles del sistema de climatización del vehículo, elemento que seguramente será uno de los primeros que trataran de eliminar aquellos equipos que quieran que su coche pelee en serio por las victorias a la hora de buscar cómo reducir aún más el peso del coche. Justo por delante de estos, ya en la consola central, en el espacio que habitualmente ocuparía la palanca del cambio se ubican ahora los distintos controles e interruptores de los sistemas que habitualmente se utilizan en competición. Las funciones de control de la caja de cambios se realizan ahora a través de las levas dispuestas tras el volante.
En lo alto de la zona central del salpicadero se mantienen los característicos relojes analógicos que controlan las presiones del turbo y del aceite así como la carga de la batería. Curiosamente, los guarnecidos de las puertas se mantienen, al igual que los tiradores de las mismas, que no han sido reemplazados por las características cinchas que se emplean en los vehículos de competición. Eso sí, lo que no podía faltar es la obligada estructura que conforma la jaula de seguridad que los reglamentos FIA de todas las competiciones exigen para poder participar en ellas.
El motor que Nissan instala a bordo del nuevo Z GT4 es un seis cilindros en V de 3.0 litros de capacidad, que entrega los 449 CV de potencia máxima antes mencionados y rinde 600 Nm de par máximo, cifras que evidentemente pueden variar en función de los reglajes que establezcan los diferentes equipos a la hora de ajustar y preparar sus coches, siempre claro está dentro del marco que establezca cada campeonato en cuanto al balance prestacional que los coches pueden llegar a ofrecer en el mismo.
Evidentemente, el motor aporta un mayor rendimiento sobre la pista que el que ofrece sobre el asfalto de calles y carreteras en la versión de producción en serie, pues aún tratandose del mismo bloque en las unidades de esta ultima su potencia máxima está limitada a 405 CV, cifra más que suficiente para disponer de una experiencia de conducción más que deportiva en tráfico abierto, pero claramente por debajo de la que se puede experimentar sobre el asfalto de los circuitos con el GT4.
El coche ya ha sido presentado con motivo de la celebración del SEMA Show, la gran feria mundial del tuning, que se celebra en Las Vegas (EE.UU.), aunque ya se mostró previamente a finales del pasado mes de septiembre vestido igualmente con la librea tradicional de Nismo, la división de competición de Nissan. Sobre el capó delantero del coche figura el número 23, un dorsal exclusivo de Nissan en la competición, que aparece inscrito dentro de un circulo que asemeja ser el sol naciente, todo un símbolo bajo el cual corren los vehículos de la marca japonesa en las competiciones del continente americano desde los años 70 del pasado siglo.
En el cuarto trasero del coche, aparecen igualmente los nuevos logotipos Z, una moderna interpretación del que aparecía en las insignias originales de los 240 Z y Fairlady Z. Todo el coche luce los tradicionales colores rojo y negro que identifican a los coches de Nissan y Nismo en la competición.
Aunque aún se desconoce el precio que las futuras unidades destinadas a los mercados europeos podrían llegar a costar, si que podemos proporcionar el que tienen las unidades destinadas al mercado japonés, donde el Z GT4 ya se vende por 33.200 yenes, lo que viene a representar unos 229.000 dólares, que hoy por hoy es lo mismo que decir 229.000 euros, dada la actual paridad existente entre ambas monedas. En ese precio, Nissan Japón incluye tanto el paquete especial para la competición, no así los gastos de transporte ni los impuestos vigentes para el país del sol naciente.
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