Si hubiera que elegir un coche especial y carismático, entre todos los que ha fabricado BMW hasta la fecha, a nadie se le escapa que el BMW M3 e30 sería uno de los seleccionados en el caso de miles de aficionados. No en balde, cuando salió al mercado, el primer M3 resultó ser un automóvil espectacular, rápido y equilibrado, capaz de superar a coches con más potencia y por supuesto, capaz de ganar en competición a todos sus rivales. Por eso, entre otras cosas, ha llegado hasta nuestros días como una de las versiones más especiales y deseadas del BMW Serie 3, aunque actualmente, no es ni de lejos tan deportivo ni tan equilibrado como lo fue antaño. Ahora es cierto que resulta un coche realmente potente y rápido, pero es grande y es pesado, ya no es un “coche de homologación” como la primera generación.
No obstante, cuando el BMW M3 e30 comenzó su andadura comercial, ya se habían adelantado a la firma alemana con una versión similar, aunque más potente y más lujosa. Y fue, como cabría esperar, Alpina, que puso en circulación el Alpina B6 3.5. El especialista alemán es una de las compañías que mayor contacto ha tenido, casi desde siempre, con la marca bávara, tanto, que durante un tiempo fue Alpina quien se encargaba de los coches de competición de BMW e incluso trabajaron con la Bayerische en la creación de BMW Motorsport. No es de extrañar, por tanto, que a comienzos de 2022, BMW anunciara que había absorbido Alpina, la cual, mantendría su actividad comercial individual hasta el año 2025, momento en el cual, no sabemos, al menos de momento, que pasará con Alpina. ¿Dejará de ofrecer sus especialísimas versiones sobre modelos de BMW? Pues, por desgracia, quizá seamos testigos del adiós de Alpina o, por el contrario, podríamos ser testigos de una transformación. BMW se hizo con el especialista, ya que este, no podía hacer frente al obligado proceso de electrificación.
Pero volviendo nuevamente atrás, al BMW M3 e30, nos encontramos con una de las situaciones que, en ocasiones, suceden. Y BMW siempre ha sido consciente, pues uno de los apartados que destacan en la colaboración de ambas compañías, es que Alpina tenía acceso a los modelos de la marca alemana incluso durante su desarrollo y en BMW estaban de acuerdo con los desarrollos del especialista. También es cierto que los clientes de Alpina son distintos a los de BMW y eso, también, influye mucho sobre las decisiones que se toman y, obviamente, sobre los desarrollos que se llevan a cabo.
Corría el año 1985 cuando Alpina decidió lanzar una versión muy potente y deportiva del e30, un coche que, en aquel momento, estaba siendo un auténtico éxito, tanto de crítica como de ventas. Y para ello, se tomó como base de partida la versión más prestacional en aquel momento, el 325i, que estaba equipado con un motor de seis cilindros con 2,5 litros y una potencia de 171 CV. Sin embargo, el motor no se quedó donde estaba y fue reemplazado por un seis cilindros en línea que, como indica la denominación del modelo, alcanzaba los 3,5 litros, llegando a rendir 262 CV (254 CV en la versión con catalizadores).
Hablamos de un notable salto en cuanto a prestaciones, pero, precisamente, por eso se escogió el 325i, pues ya era un coche rápido y contaba con un chasis muy bien puesto a punto. Chasis, como cabría esperar, que fue revisado y actualizado para poder acometer las embestidas de su nuevo propulsor. No obstante, cuando apareció el BMW M3 en 1986, demostró que su puesta a punto y su deportividad, iba mucho más allá que en el Alpina B6 3.5. Además, el M3 e30 nunca se ofreció con carrocería de cuatro puertas, algo que si ocurrió con el Alpina B6 3.5.
Tras el lanzamiento del M3 e30, Alpina decidió dar un paso más hacia la deportividad y puso en circulación el Alpina B6 3.5 S, una versión que solo estaba disponible con la carrocería de dos puertas, la denominada coupé, y tomando como base de partida el recién presentado BMW M3. No obstante, aunque el cuatro cilindros del M3 era un motor muy alabado por sus prestaciones, también dejó su lugar al mismo seis cilindros de 262 CV. Es decir, no había cambios en cuanto a motor del Alpina B6 3.5 al Alpina B6 3.5 S, solo se distinguían por la base sobre la que se desarrollaba el modelo, que en el caso del primero, como hemos comentado, era el BMW 325i, y en el segundo, el BMW M3.
Fabricado entre 1987 y 1990, solo se fabricaron 62 ejemplares del Alpina B6 3.5 S, mientras que del Alpina B6 3.5 se alcanzaron las 219 unidades.
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