Lamborghini, desde que está bajo en amparo de Volkswagen, no se ha visto en problemas económicos, ni uno solo. Además, la calidad de sus coches ha subido muchísimos enteros, aunque también hay que tener en cuenta que son automóviles cuyo mantenimiento es altísimo. Lo mejor de su pertenencia al Grupo Volkswagen-Audi es que tienen el futuro asegurado, son una buena liquidez y un respaldo muy potente. Sin embargo, actualmente, Lamborghini podría funcionar con libertad sin tener que contar con VAG, pues cuentan con ingresos más que suficientes para subsistir con soltura. Y los tendrán durante muchos años, pues tienen un modelo que sirve, básicamente, de fuente ingresos inagotable: el Lamborghini Urus.
El Lamborghini Urus es un éxito sin precedentes en la marca, un coche que ha sido tan acertado, que los dirigentes de la marca están encantados con su presencia y ya planean un futuro muy largo para este modelo. Sin ir más lejos, será uno de los coches que adopten la tecnología eléctrica cuando la marca dé el salgo definitivo hacia la electrificación. Es la opción más lógica cuando el Urus es el modelo más vendido del catálogo, incluso ha llegado a un nivel de tanto peso, que acapara alrededor de la mitad de las ventas de la marca. Dicha situación, ha servido para que muchos aficionados, contrarios a los SUV, acusen a Lamborghini de convertirse en fabricante de SUV y abandonar los coches deportivos.
No cabe duda de que se trata de comentarios totalmente fuera de lugar y con el único fundamente de que un coche acapara la mitad de las ventas de un fabricante. Pasa algo similar con Porsche, que vende Cayenne y Macan a espuertas, pero nadie acusa a la empresa de ser un fabricante de SUV y de haber dejado los coches deportivos a un lado. En realidad, Porsche vende SUV para poder dar vida a coches como el Porsche 911 GT3 RS, o como el Porsche 918 Spyder, máquinas pasionales y de prestaciones absurdamente altas, que son la auténtica base de la compañía. Y en el caso de Lamborghini ocurre lo mismo, vende Urus para poder crear coches como el Huracán STO o el Lamborghini Aventador SVJ.
Sin embargo, es curioso comprobar como el Urus es presa de toda clase de críticas, pero cuando se trata del Lamborghini LM002, las cosas son bien diferentes. Cuando aparece este coche a colación, la gente se echa las manos a la cabeza y alaban la bestialidad creada por la firma italiana, que, además, nada tiene que ver con lo que hacía la empresa hasta ese momento y tiene un origen poco menos que peculiar. El LM002 no es un coche de producción, o al menos no empezó su vida como un modelo diseñado para ser comercializado, comenzó su existencia como un vehículo militar para la convocatoria de la American Company MIT, para el desarrollo de un vehículo todo terreno de altas prestaciones para las Fuerzas Armadas estadounidenses.
El proyecto presentado por Lamborghini era el Cheetah, un aparato muy serio, con el motor de origen Chrysler colocado en posición trasera central –en aquellos años, en la década de los 70, Lamborghini era propiedad de Chrysler–, que, sin embargo, fue rechazado en favor de la propuesta de AM General, el famoso Hummer. Que fuera rechazado no significó que el desarrollo cayera en saco roto, pues Giulio Alfieri, ingeniero de Lamborghini, retomó el trabajo y lo adaptó al uso civil. El resultado se llamó LM01 –Lamborghini Militari 01–, el cual, mantenía el motor en posición trasera. Hubo más evoluciones, como el LMA con el motor colocado en posición delantera, hasta que finamente se presentó el Lamborghini LM002, la versión definitiva que pasaría a producción, en 1986.
Cuando se presentó el Lamborghini Urus, todo el mundo, o casi, se apresuró a compararlo con el LM002, cuando en realidad, ambos modelos no tienen nada que ver. Comparten logotipo, pero no parecen siquiera fabricados por la misma empresa. El LM002 es un coche realmente tosco, “de campo”, un auténtico todoterreno diseñado para ser un vehículo imparable sea cual sea el camino elegido, aunque no por ello se dejó de lado detalles como un habitáculo repleto de piel o un propulsor de gran tamaño y mucha potencia. También hay que tener en cuenta la diferencia en gustos y en la situación del mercado en general, pues en la década de los 80, los todoterreno “de verdad”, eran coches apreciados y con un lugar en el mercado. No como ahora, que los vehículos “off road” parecen abocados a desaparecer.
Así, el Lamborghini LM002 era un vehículo con chasis de largueros y carrocería de fibra de vidrio que, como curiosidad, se fabricaba en España, en las instalaciones de Irizar, en Guipúzcoa –es un conocido fabricante de autobuses–. El motor se tomaba del Countach Quattrovalvole, que tenía 5.167 centímetros cúbicos repartidos entre 12 cilindros colocados en V. La alimentación corría a cargo de seis carburadores dobles Weber, aunque las últimas unidades montaron inyección. LA potencia era de 450 CV a 6.800 revoluciones y el peso total del conjunto era de 2.700 kilos, dado que, además del chasis de largueros característico de los todoterreno, tenía tracción total, caja de transferencia y tres diferenciales con bloqueo. No superaba los 210 km/h, pero superaba pendientes brutales.
El Rey de Marruecos fue el primero en encargar una unidad, mientras que las Fuerzas Armadas de Arabia Saudí encargaron 40 ejemplares. Gaddafi, dictador en Libia, hizo un pedido de nada menos que 100 unidades con especificaciones militares –se podían montar armas de fuego en el techo– y así podríamos seguir con una larga lista de usuarios famosos, como Sylverster Stallone, lo que provocó que se conociera el modelo como “Lambo Rambo”.
La producción terminó en 1993 y entre los disparates que se llegaron a ofrecer, estaba un motor de siete litros y 600 CV, procedente de un fueraborda.
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