Juan Miguel Domínguez Seda | 19 junio, 2025

Estamos en el mes de las 24 horas de Le Mans, la carrera de resistencia más famosa del mundo y una de las tres que componen la famosa Triple Corona del Automovilismo. Cada edición de esta carrera es única y tiene infinidad de historias y anécdotas que contar. Pero hoy, con motivo del 70 aniversario, vamos a hablar del episodio más oscuro de esta carrera y del automovilismo en general, el conocido como Desastre de Le Mans, el accidente más trágico de la historia del automovilismo. Nos centraremos en su contexto, qué pilotos y marcas se vieron involucrados en este accidente y, sobre todo, las consecuencias posteriores y las medidas de seguridad que se aplicaron a raíz de este accidente ¡Comenzamos!

Contexto

Las 24 horas de Le Mans era la cuarta ronda de la temporada 1955 de Campeonato del Mundo de Sportscars, lo que hoy conocemos como el WEC. Ferrari venía de ganar las dos primeras ediciones de este Mundial en 1953 y 1954, siendo además el vigente ganador de Le Mans al vencer en 1954 con un Ferrari 375 Plus con el argentino José Froilán González y Maurice Trintignant.

En las tres rondas anteriores del Mundial, la cosa estuvo bastante igualada, ya que cada carrera fue ganada por una marca distinta. Ferrari ganó la carrera inaugural, los 1000 km de Buenos Aires, Jaguar ganó las 12 horas de Sebring y la Mille Miglia fue ganada por Mercedes-Benz. Así que Le Mans 1955 iba a ser un duelo a tres entre las citadas marcas. Ferrari logró la pole en Le Mans con el italiano Eugenio Castellotti al volante. Empezaron bien los italianos la prueba, pero poco a poco fueron cayendo por problemas de fiabilidad, lo que hizo que la cosa quedara entre Jaguar y Mercedes.

Un accidente fruto de un malentendido

Pocas horas después del comienzo de la carrera, los dos Mercedes comandaban la carrera, mientras que el Jaguar de Mike Hawthorn estaba también en la pelea. Era el momento de hacer el cambio de piloto y, en ese momento, Hawthorn, que luchaba por el liderato decidió entrar en boxes maniobrando de una manera muy brusca. Hay que decir, que en esta época, no había un muro de separación entre el pit-lane y la meta, simplemente había unas líneas discontinuas pintadas en el suelo.

Esta maniobra brusca, hizo que un doblado, el Austin Healey de Lance Maklin, se apartara por fuera para no dar a Hawthorn. Esto provocó un efecto en cadena que hizo que el Austin Healey le diese al Mercedes de Pierre Levegh. El francés levantó la mano sabiendo que se iba a estrellar, para que Fangio, que venía justo por detrás, se apartara a tiempo, cosa que el argentino logró in extremis salvándose de milagro. Con el contacto de Levegh a Macklin, el Mercedes salió volando y cayó en la tribuna principal, provocando la desintegración de su coche, un gran incendio y la muerte de 84 personas, 83 espectadores más el propio Levegh, que tenía 49 años de edad.

Consecuencias

 Sorprendentemente la carrera no se paró, ni se suspendió, aunque tuvo su explicación. Si hubieran sacado la bandera roja y hubieran cancelado la carrera en ese momento, la evacuación habría colapsado los accesos del circuito, impidiendo la llegada de todo tipo de vehículos de emergencia. La carrera siguió adelante, pero desde Stuttgart, ordenaron la retirada de los Mercedes de carrera en señal de respeto a las víctimas. Jaguar siguió adelante y lograron con Mike Hawthorn e Ivor Bueb la primera victoria de la marca británica en Le Mans, en una prueba en la que el resultado fue lo de menos.

Lo que de verdad importó aquel día, fueron las medidas radicales que se tomaron tras el accidente. Mercedes-Benz abandonó a finales de 1955 toda competición deportiva del motor, incluida la F1 y no volvería hasta finales de los 80. Este accidente fue el que provocó que se creara un muro de separación entre el Pit-lane y la meta. También se implementó la obligatoriedad de los cinturones de seguridad en los coches de carreras, ya que hasta ese accidente no se ponían para poder salir más rápido de los coches en caso de incendio. La última gran consecuencia que hubo fue la cancelación masiva de eventos entre 1955 y 1956, e incluso la prohibición de carreras automovilísticas en países como Alemania, Francia, España y Suiza hasta que se mejoraran las medidas de seguridad en los circuitos. Todos los países mencionados levantaron el veto en 1956, salvo Suiza que lo mantuvo hasta 2022.

Como hemos visto, Le Mans 1955 fue una carrera trágica. Es esa parte de la historia del automovilismo que es difícil de contar por las cosas que pasaron, pero al mismo tiempo, es una historia que debe ser conocida, para que no nos olvidemos de la evolución de las medidas de seguridad en las carreras, y que toda precaución es necesaria para disfrutar del automovilismo de la manera más segura posible, aunque el componente de riesgo siempre esté presente.

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